El Ayuntamiento ha impulsado la recreación virtual del antiguo castillón que durante siglos defendió el Reino de Navarra
En esta época donde la realidad virtual ha conseguido que podamos descubrir mundos fantásticos o viajar al futuro, también ha contribuido en la recuperación histórica.
Gracias a una recreación virtual, la población sangüesina ha podido conocer qué aspecto tenía el antiguo castillón que durante siglos defendió al Reino de Navarra en la cuenca media del río Aragón.
Esta fortaleza se ubicaba en el alto de Arangoiz y formaba parte de la misma línea defensiva que Aibar, Cáseda, Peña o Gallipienzo. En 1172 Sancho VI el Sabio le concedió el burgo y estuvo activo hasta 1519, cuando se llevó acabo el plan de desfortificación en el reino.
La iniciativa de este proyecto se forjó en el año 2012, con motivo del 500 aniversario de la conquista de Navarra. Desde entonces, el Ayuntamiento de Sangüesa ha trabajado para la recuperación del entorno y la consolidación del castillón, según ha explicado Rober Matxin, concejal de urbanismo.
En 2017 el investigador de castillos de Navarra, Iñaki Sagredo, llevó a cabo un proyecto de documentación y excavación en el torreón. Esta primera campaña se centró en conocer la secuencia cronológica del castillo y en limpiar el terreno. Además, también se habilitó un acceso para que la ciudadanía y los visitantes pudieran conocer el lugar.
El año pasado Alexandre Duró informó sobre los pasos a dar y presentó un proyecto de obra que desde el Ayuntamiento esperan llevarlo a cabo en los próximos años.
Para no tener que esperar hasta entonces, durante los últimos meses el arquitecto Alexandre Duró y el profesional en modelado 3D para videojuegos y efectos visuales Iker Ibero han colaborado con el objetivo de ofrecer a la ciudadanía una recreación virtual para conocer el aspecto del castillón y poner en valor esta antigua fortaleza.
Alexandre Duró destaca que para sacar adelante el proyecto han estudiado el entorno y el paisaje de la zona y han realizado un gran trabajo de documentación. En este proceso también han participado los expertos Juan José Martinena e Iñaki Sagredo, quienes han consultado diferentes obras para reunir información tanto del torreón como de los demás elementos que complementaban el castillón.
Duró también recalca que han utilizado ortofotografías realizadas entre los años 1930 y 2022, las cuales resultaron ser de gran ayuda para obtener una vista general del entorno y conocer el perímetro de los diferentes elementos que formaban el castillo, como el burgo, el castro o el foso que rodeaba el castillo.
Iker Ibero, autor de la recreación virtual, confiesa que a pesar de haber sido un trabajo lento y complicado, están muy satisfechos con el resultado. Ibero explica que se han trabajado con pasos firmes y seguros: “Cualquier duda la consultaba con Alexandre para asegurar que el resultado final fuera el más parecido posible al original.”, afirma.
Además de la dificultad para recrear los edificios principales, Ibero ha tenido que investigar a cerca del paisaje y el entorno que rodeaba el castillón en aquella época.
Finalmente, la recreación muestra un torreón central de aproximadamente 20 metros de altura que contaba con una casa adosada. Estaba rodeado por unos muros de piedra de 12 metros de alto y dos metros de ancho. Al interior se accedía por un puente de madera que cruzaba el foso del castillo. En el exterior se ubicaban el burgo y el castro, en el cual vivían alrededor de 80 personas.
Tanto el Ayuntamiento como Duró e Ibero coinciden en que este avance tiene que servir como clave para garantizar que el castillón sea un hito de la identidad sangüesina y se siga investigando sobre este entorno.
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