El codirector de las excavaciones de Atapuerca reflexiona sobre el futuro de la humanidad en un contexto de desarrollo tecnológico acelerado
Eudald Carbonell i Roura es un prehistoriador, arqueólogo, antropólogo, geólogo y paleontólogo español. Foto: Josep Corbella
El arqueólogo Eudald Carbonell avisó hace 25 años de que la combinación de progreso tecnológico y cerebro de primate llevaría a la humanidad a una era de sufrimiento y destrucción. La única manera de evitarlo, dijo, era que los humanos desarrollemos una conciencia colectiva de especie y actuemos de manera racional por el bien común antes de que llegue el cataclismo. Eran tiempos de bonanza, le tomaron por agorero.
Los sucesos de los últimos años, con un control creciente de los ciudadanos mediante la tecnología, la incapacidad de actuar de manera colectiva contra el cambio climático y el triunfo de los egoísmos locales sobre la solidaridad global, parecen estarle dando la razón. La Vanguardia ha propuesto a Carbonell que actualice sus reflexiones a la luz de acontecimientos recientes.
-¿Qué lecciones ha extraído de la pandemia?
-Al principio de la pandemia me pregunté si podía convertirse en un factor de cohesión humana. Si podía ayudar a fomentar la solidaridad y mejorar las relaciones entre personas. Llegué a la conclusión de que, en lugar de mejorar las cosas, a largo plazo las iba a empeorar.
-¿Por qué?
-Porque el factor de cohesión social al principio de la pandemia era el miedo. No se cambia una herencia de millones de años de evolución en unos pocos meses. Una vez pasada la reacción inicial de solidaridad, habría un efecto péndulo en sentido contrario. La pandemia no ha aumentado nuestra conciencia colectiva, es una obviedad. Es preocupante porque, sin conciencia colectiva, colapsaremos como especie.
-Inteligencia artificial: ¿le ilusiona o le preocupa?
-Me interesa. La tecnología es lo que nos ha humanizado y nos ha socializado, lo que nos ha convertido en lo que somos, desde el paleolítico hasta hoy día. Es un factor adaptativo que ha aumentado la complejidad de las sociedades humanas. La inteligencia artificial es un paso más en esta dirección. Pero falta ver en qué se concreta. Si es un avance hacia una mayor complejidad social que nos humaniza más o si es un elemento disruptor que acerca la sociedad al colapso.
-¿Cómo interpreta nuestra incapacidad de frenar de manera efectiva el cambio climático?
-Me dice que nos creemos muy sapiens pero somos una especie imbécil. Los imbéciles han sido seleccionados por la evolución humana. La selección natural los elimina. La selección cultural los protege. No lo critico, lo constato.
-¿Le queda alguna esperanza de que aprendamos a actuar de manera solidaria con conciencia colectiva de especie?
-La solidaridad y el altruismo son inherentes a la humanidad. Somos una especie cooperativa porque, de otro modo, nuestras crías no sobrevivirían y nuestras sociedades no funcionarían.
-Pero la pandemia ha demostrado que, cuando altruismo y egoísmo entran en conflicto, triunfa el egoísmo.
-Es cierto, nadie asegura que nuestro sistema pueda subsistir. Fíjese si no en lo que está pasando con la globalización.
-La globalización?
-Es insostenible porque no resuelve los problemas que genera. No podrá subsistir.
-¿No es un ejemplo de la tendencia de la evolución humana hacia una mayor complejidad?
-Tonterías. Desde el punto de vista evolutivo, la globalización es el error más grande de la historia humana porque tiende a uniformizar el sistema en lugar de mantener la diversidad. En caso de crisis, como no hay diversidad, no hay alternativas, lo que lleva al colapso del sistema. Este es el punto en que estamos ahora. En lugar de pensar en términos de globalización y uniformización, deberíamos pensar en planetización y diversificación.
-¿Planetización?
-Conciencia planetaria de especie. El sistema humano y el sistema Tierra no estamos separados. Somos un mismo sistema. No puede haber sistema humano sin sistema natural.
-¿Un enemigo externo podría unir la humanidad? ¿Nos convendría tal vez una invasión alienígena o la amenaza de un meteorito?
-Claro que un enemigo externo uniría la humanidad. Pero no sería por solidaridad sino por miedo. De nuevo por egoísmo. Y seguramente de manera transitoria. No creo que nos hiciera mejores.
-Si la combinación de progreso tecnológico y cerebro de primate nos tiene que llevar a la desgracia, ¿deberíamos intentar frenar el progreso tecnológico en lugar de acelerarlo?
-Sí, pero no lo haremos. No forma parte de las aptitudes que ha desarrollado la humanidad. Al contrario, desarrollar tecnología es lo que la evolución nos ha preparado para hacer. Nadie tiene una inclinación natural a dejar de inventar.
-¿No se podría conseguir con una regulación internacional, por ejemplo en inteligencia artificial o edición genética?
-Sí, pero para eso haría falta la voluntad social de hacerlo. En lugar de impedir el progreso tecnológico, que es irreversible, deberíamos preocuparnos de que se hiciera manteniendo la diversidad y el equilibrio ecosocial. Diversificación y planetización, como le decía.
-¿Ve la humanidad avanzando hacia una mayor aceptación de la diversidad?
-Desafortunadamente no. A principios del siglo XIX sólo una minoría de la población sabía leer y escribir. A principios del siglo XXI sólo una minoría es analfabeta. Hemos socializado el conocimiento. ¿Pero ha servido esto para aumentar nuestra conciencia de especie? Muy poco. O en todo caso no lo suficiente, porque es un proceso gradual. Mi mayor temor es que, si no desarrollamos una conciencia colectiva, colapsaremos como especie.
-¿China es el futuro que nos espera, con un uso creciente de la tecnología para controlar a los ciudadanos?
-China es uno de los modelos posibles, desde luego. Un control que puede ser aceptado por los propios ciudadanos por miedo y por la eficiencia del Partido Comunista Chino. Sin un Partido Comunista fuerte, este modelo no sería posible. Hay decenas de millones de personas organizadas en China para que funcione.
-Cuando ve que lo que predijo hace 25 años se está cumpliendo, ¿se siente reivindicado?
-Reflexiono desde una perspectiva evolutiva de la humanidad. No veo que vayamos hacia un futuro más feliz, por lo menos no a corto ni a medio plazo. Nada me gustaría más que estar equivocado.
LA VANGUARDIA