Gonzalo Boye: “Nos pueden servir en bandeja la viabilidad de España como estado”

El abogado analiza en esta entrevista las consecuencias que puede tener el informe del abogado general del TJUE que apoya a Llarena

“Me preocupa que la gente tenga estados de ánimo que no se corresponden con una línea de defensa coherente de cinco años a esta parte”. Así de contundente se expresa Gonzalo Boye en esta entrevista, en la que rehúye cualquier tipo de sentimiento pesimista o de desánimo por el hecho de que el abogado general del TJUE haya apoyado, en su informe, al juez Pablo Llarena en la causa sobre las euroórdenes. El abogado de los exiliados está convencido de que la sentencia del tribunal no se corresponderá del todo con estas conclusiones y que, si finalmente, en el peor de los casos, les obligan a volver a la casilla de salida, están listos para hundir la viabilidad de España como estado de derecho.

— ¿Qué ha pasado para que el informe del abogado general esté tan alejado de sus intereses?

– Más bien creo que está alejado del actual derecho de la Unión Europea. Omitió cosas fundamentales, como la sentencia del 22 de febrero de este año del TJUE, el debate que hubo en la vista oral del 5 de abril, y también omitió que el ponente nos remitió unas preguntas a las partes sobre las que quería que nos expresáramos, y ni siquiera ha dado respuesta. Su razonamiento no tiene lógica alguna.

— ¿Cómo se entiende que haya dado este giro respecto a la jurisprudencia del TJUE?

— No lo sé. A nosotros nos ha sorprendido. No nos sorprende que no esté de acuerdo con nosotros, porque llevamos cinco años luchando, en Bélgica, en Alemania, y la fiscalía nunca nos ha dado la razón de entrada. De hecho, siempre se ha opuesto a nuestros planteamientos y después nos han acabado dando la razón. De modo que el hecho de que él no nos diera la razón entraba dentro de lo previsible. Pero de este modo, no. Esto no era previsible porque él mismo se sitúa al margen del actual derecho de la Unión.

— ¿Pueden haber pesado las presiones del Estado español?

— No lo sé. Yo no me pronunciaré en estos términos porque sigo siendo abogado en ejercicio y confío plenamente en las instituciones europeas, y la abogacía general es parte de estas instituciones. Otra cosa es que hagamos una crítica jurídica constructiva a un planteamiento jurídico destructivo, inconsistente, inalcanzable, que refleja una visión alejada de la realidad y que abre la vía a un riesgo muy serio de destruir lo que queda de la UE en términos de defensa de los derechos y libertades.

— ¿Por qué lo dice?

— ¿Porque si los derechos fundamentales de un ser humano dependen de que sean vulnerados conjuntamente con los de un grupo ingente, elevado e indeterminado de ciudadanos, ¿entonces de qué hablamos? La mayorís de los derechos fundamentales son derechos individuales y deben defenderse de forma individual. No se puede decir que para que se reconozca la vulneración de los derechos fundamentales de Pedro, de Juan o de Diego, sea necesario que los de todo el Estado estén en riesgo. Este planteamiento es absurdo y se extrae de la lectura parcial de una jurisprudencia del TJUE que, además, habla de cosas que él omite abiertamente en toda su exposición. Él dice que si la vulneración no es sistémica o generalizada, no se pueden revisar las vulneraciones de derechos individuales. ¿Quiere decir que si no nos torturan a todos, usted no puede revisar que me hayan torturado?

— Dice que el derecho del juez predeterminado por ley es limitable, y que en este caso la justicia española vigilará ya que se preserve. Existe una confianza ciega en la justicia española.

— El propio presidente del TJUE ha dicho alguna vez que la confianza mutua no es confianza ciega. De hecho, las autoridades belgas confiaban y confían en las autoridades españolas, salvo si les demostraban lo contrario, que es lo que nosotros hemos hecho.

— ¿Hay posibilidades reales de que el TJUE vaya en sentido contrario al del abogado general?

— Sí. Creo que el TJUE no va a avalar íntegramente estas conclusiones porque sería un cambio jurisprudencial a cinco meses vista. Me cuesta creer que el TJUE dicte una sentencia el 22 de febrero que va hacia un sitio, y dicte otra en septiembre u octubre que vaya hacia otro sitio. El TJUE nunca hace esto, porque va construyendo una jurisprudencia en la que hemos basado nuestra línea de defensa.

— Para que el TJUE fuera coherente consigo mismo ahora debería desautorizar el punto de vista del abogado general.

— Ha ocurrido alguna vez. Le recuerdo que en la vista oral quedó claro que no sólo la jueza italiana sino más jueces que intervinieron hicieron unas preguntas de las que se deducía la visión que tenían sobre ese presunto control en dos etapas. Me refiero al juez húngaro, que preguntó claramente a la Comisión si no aceptaban siquiera que esto pudiera afectar a un grupo concreto de personas.

— ¿Qué podría corregir el TJUE de las conclusiones del abogado?

— Normalmente el TJUE hace unas sentencias que no están cerradas. Suele dejar un margen para interpretar, para ir hacia un lado o hacia otro… En cambio, las conclusiones del abogado general son de una taxatividad impropia de una sentencia del TJUE.

— ¿Podrían tumbar la parte del informe que dice que Llarena puede repetir las euroórdenes?

— El problema es que él dice que puede enviarse una nueva euroorden. Pero la discusión no es esta, es si pueden enviar una cuarta euroorden. No estamos en una segunda euroorden, llevamos cuatro, y eso él lo omite. Por otra parte, dice que todas las preguntas de Llarena son admisibles, y hay unas que son hipotéticas y otras que ya están respondidas en la jurisprudencia del tribunal, algo que no le gusta a Llarena ni, al parecer, al abogado general. Y el TJUE deberá decir que este examen de dos fases es para estos casos concretos, pero también puede afectar a un grupo determinado de personas. Es que es impensable que el TJUE haya ido en una línea el 22 de febrero y ahora vaya en otra línea. No hablamos de cambiar una jurisprudencia de los años noventa; el abogado general propone que cambiemos la de este año.

— Debe estar preparado para una resolución en la que el TJUE compre punto por punto las conclusiones del abogado general.

— Sí. Y en este caso volveríamos a la situación en la que debería repetirse el procedimiento de Lluís Puig. Con lo que puede significar esto para España. Si se me permite el término, el abogado general, en sus conclusiones, viene a salvar la competencia del Tribunal Supremo español a riesgo de hundir la viabilidad de España.

— ¿Qué quiere decir?

– La viabilidad de España como Estado. Era más sencillo asumir que el Supremo no era el juez competente o que existía un riesgo de vulneración de derechos fundamentales en este procedimiento concreto que forzarnos a probar que existe un problema sistémico en España.

— Si así fuera, debería aportar toda la información a la justicia belga para demostrar que en España hay un fallo sistémico del poder judicial.

— Sobre todo respecto a un grupo concreto de personas. No sé qué más quieren. Quieren que pongamos sobre la mesa la Operación Cataluña, los audios y todo.

— Pero todos estos años ya han aportado una gran cantidad de material que demuestra un funcionamiento anormal de la justicia española.

— Nuestro planteamiento fue que existía un problema de falta de imparcialidad y vulneración del derecho de la presunción de inocencia. Éste es el planteamiento amplio. ¿Quieren que lo enfoquemos por el otro lado? Yo estoy dispuesto a ello. Pero no sé si a España le salen los números. ¿De verdad, quieren que un juzgado belga escuche las grabaciones de Villarejo hablando con jueces, fiscales y políticos sobre cómo encerrar en prisión a los independentistas catalanes? ¿Quieren esto?

— Toda la información que ha aportado estos años ya era de enorme gravedad.

– Hemos aportado esta información, pero en la causa de Lluís Puig no ha sido el eje fundamental de la discusión. Si ahora me dicen que el eje fundamental de la discusión debe ser éste, no tenga ninguna duda de que lo será. Y no dejaremos de discutir las demás cosas, pero si tenemos que pasar cuatro días discutiendo sobre cada uno de los puntos relativos al fallo sistémico respecto a un grupo concreto de personas de la administración de justicia y debemos ponerlos, traducidos al flamenco, todas las grabaciones de Villarejo con jueces, fiscales, políticos y periodistas, lo haremos.

— Al abogado general no le ha interesado la vulneración sobre un determinado grupo de personas. Si el TJUE confirma las conclusiones…

— Seamos claros: si el TJUE confirma punto por punto estas conclusiones, significa que se habrán cargado la sentencia del pasado 22 de febrero. Estaremos ante un cambio, y regresaremos a la casilla de salida ante un tribunal belga, y ya veremos qué tendremos que demostrarle, así de simple.

— Me refiero a la dificultad de demostrar…

— ¿Qué dificultad? No existe ninguna dificultad.

— Cuando está el ejemplo de Polonia como Estado con un fallo sistémico del poder judicial, cuando deba demostrarse en relación con España no sé si serán equiparables uno y otro caso.

— En Polonia existe un fallo sistémico del poder judicial en relación con un grupo de personas. Porque a los que están en el poder no les falla el poder judicial. En España el poder judicial tampoco falla a los poderosos. Falla a una gente determinada. Y aquí tenemos las conversaciones de jueces, abogados, fiscales, políticos y periodistas sobre cómo tramaron el cambio de resultados electorales en Cataluña mediante la Operación Cataluña, cómo han tratado de desprestigiar y cómo lo han acordado con jueces. Si quieren que ésta sea la discusión, ésta será la discusión. Pero esta discusión no la valorarán ni el TJUE ni el abogado general, la valorarán los jueces belgas y los medios belgas. Hasta ahora las grabaciones de Villarejo han salido en los medios españoles. ¿De verdad quieren una audiencia pública al respecto en Bélgica? ¿De verdad quieren esto? Se creen que éste era el mejor camino. Pero aquí no hay nada que salga gratis. Evidentemente, las conclusiones del abogado general no nos gustan, y yo estoy seguro de que no se corresponderán al cien por cien con la opinión del TJUE.

— ¿Y si debe volver a la casilla de salida?

— Si tenemos que volver para luchar con esto, no tengo ninguna duda de que lo haremos, y que pondremos un material que hace un año no teníamos. Tenemos en estos momentos más de cuatrocientos documentos traducidos respecto a muchas cosas; otros trescientos documentos o cuatrocientos que podemos traducir y un número significativo de audios, de grabaciones, hechas en relación con temas que afectan directamente a los exiliados, como la Operación Cataluña y la conjura entre policías, jueces, fiscales y políticos de una determinada posición. Tenemos causas abiertas por el presunto pago a un juez del Supremo en relación a una causa contra otro juez… ¿De qué hablamos? ¿Quieren que volquemos este camión sobre la mesa de los jueces belgas? Si lo quieren, lo haremos.

— Si le fuerzan a hacer esto también querrá decir que el TJUE no habrá querido entrar a valorar los derechos de la minoría nacional catalana.

— Sí.

— Ha intentado llevar al TJUE a un terreno de juego donde ya veremos si quiere jugar, pues.

— Sí.

— ¿Cómo podría recuperarse esta cuestión y hacer valer estos derechos?

— Eso todavía está en discusión en el TGUE.

— ¿ En la causa del suplicatorio?

— Sí. Y hace menos de un mes nos dieron la razón cuando dijeron que existía un riesgo evidente de falta de imparcialidad tanto del ponente como del presidente de la comisión parlamentaria JURI. Y era una resolución del vicepresidente del TJUE que lo decía, que es el ponente en la causa de las prejudiciales. Lo que no entiendo es esa dinámica depresiva y autodestructiva en la que parece que han entrado en Cataluña cuando las cosas ni son blancas ni son negras. Evidentemente, las conclusiones del abogado general son malas, no nos gustan, pero fíjese que esto no le puede gustar tampoco a ningún demócrata europeo.

— Porque pone en el centro la preservación de un mecanismo entre estados por encima de los derechos de las personas.

— Básicamente De la Tour dice que los fines justifican los medios. Las finalidades de cooperación jurídica internacional entre los Estados miembros justifican los medios y la privación de derechos fundamentales. Esto ha dicho claramente. Ya veremos si el TJUE quiere entrar ahí.

— Si en la causa de la inmunidad de Puidgemont, Comín y Ponsatí le dan la razón y dicen que el suplicatorio estuvo motivado por una persecución política, ¿esto podría ir bien para las prejudiciales de Llarena?

— No sé cómo funciona, pero sí puedo decirle que si nos reconocen el ‘fumus persecutionis’, eso tendría un papel fundamental en una cuarta euroorden contra Lluís Puig, si el TJUE acabara confirmando el informe del abogado general.

— ¿Cree que ha sido un error generar la expectativa de un retorno cercano de Puigdemont?

— ¿Por qué?

— Por si no acaba sucediendo tan pronto como ha dado a entender.

— Creo que no, que hemos hecho lo que teníamos que hacer en todo momento. Y de hecho nosotros jugamos nuestras cartas y el Supremo juega las suyas. No entiendo qué tiene que ver el planteamiento del abogado general con el regreso o no del presidente Puigdemont.

— Por si la resolución final de esta causa no va en la línea que cree.

— ¿Pero el regreso del president Puigdemont depende de esto o de su inmunidad?

— Dígamelo usted.

— Depende más de su inmunidad. También puede que nos plantemos un día en la puerta del Supremo y digamos: venga, vayamos a juicio, a ver cómo se lo monta.

— ¿Eso también se lo ha planteado?

— Es que la diferencia es que nosotros nunca hemos improvisado. Y a mí me preocupa que la gente tenga estados de ánimo que no se corresponden con una línea de defensa coherente desde hace cinco años y que hemos hecho las cosas como las hemos tenido que hacer.

— ¿Eso significa que la frase que dijo hace unos meses, “el president Puigdemont volverá antes que se piensa la gente”, podría repetirla igualmente ahora mismo?

— Sí, por supuesto. Nosotros tenemos una estrategia de defensa que no nos condiciona ni el abogado general ni las actuaciones del Supremo. Es nuestra estrategia de defensa. Siempre hemos actuado de acuerdo con lo que hemos diseñado y no según lo que ocurría. Las circunstancias puntuales pueden modificar determinadas tácticas, pero no la estrategia ni el rumbo a seguir. Creemos que no hace falta defender una cuarta euroorden, pero si nos dicen que sí, lo haremos, y sacaremos un provecho defensivo que seguramente no es lo que creían. Sinceramente, ¿cómo creen que encajará en un tribunal belga escuchar cómo se planifica la creación de causas falsas contra el independentismo y la alteración de resultados electorales en Barcelona y en Cataluña en general? ¿Cómo creen que se va a recibir esto en un tribunal europeo?

— Es el material nuevo que tiene.

— Ahora hemos escuchado las grabaciones de la Operación Cataluña, que no acabó en el 2017 sino que después se perfeccionó. ¿Cómo encajará un tribunal europeo que el abogado que alega ante ellos durante el período en que defendía a estos señores era espiado por el juez que resolvía sus recursos? ¿Cómo encajará esto? Nos espiaban por razones políticas. Me parece que el abogado general no tenía en cuenta estas cosas, porque si las hubiera tenido, no habría subido a ese barco. Salvar la competencia del Supremo puede servirnos en bandeja la viabilidad de España como estado democrático y de derecho.

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