DIARIO DE NOTICIAS ofrece a sus lectores el volumen de ‘Carlos II de Navarra’, escrito por Fernando Sánchez Aranaz
El rey de Navarra Carlos II, que ha pasado a la historia “injustamente” con el sobrenombre de “el Malo” protagoniza el volumen biográfico e Carlos II de Navarra. El rey que pudo dominar Europa escrito por Fernando Sánchez Aranaz y editado por Mintzoa. DIARIO DE NOTICIAS ofrece a sus lectores este ejemplar en una promoción de 11,95 euros + ejemplar del periódico –10,95 euros para suscriptores–.
La publicación aborda la figura de Carlos II desde una perspectiva biográfica e histórica. ¿Cómo presentaría brevemente a este rey?
–A mí Carlos de Évreux me ha interesado más como persona que como rey. Como rey en la época que le tocó vivir podemos hacer juicios sobre sus aciertos y sus errores, pero creo que para su época fue un buen rey para Navarra y, en mi opinión, una buena persona. Él era un señor feudal normando, nieto de un rey de Francia, hijo de la reina de Navarra, que fue alzado como rey de Navarra cuando tenía 18 años. Él no eligió ser rey, aunque tampoco lo rechazó, es más, le hubiera gustado ser rey de Francia, a lo que hubiera tenido derechos hereditarios si no hubiera sido por la ley sálica, que no sólo impedía reinar a las mujeres en Francia, sino también que las mujeres transmitieran la herencia. Me empezó a interesar el personaje en 2012, en el marco de la celebración del 30 aniversario del descubrimiento de las pinturas de la iglesia de Alaitza, en la Llanada de Álava. Esas pinturas fueron realizadas en 1367 por guerreros ingleses de las tropas de Eduardo de Woodstock, el Príncipe Negro, heredero del trono de Inglaterra y duque de Aquitania, aliado del rey Pedro I de Castilla para recuperar su trono, que le había sido arrebatado por Enrique de Trastámara, hijo bastardo de su padre el rey de Castilla Alfonso XI. Carlos II comprometió su apoyo a cambio de la devolución de los territorios del occidente de Navarra conquistados el año 1200 por el rey de Castilla Alfonso VIII. A mí, como navarro de Álava, que Carlos de Évreux hubiera trabajado por reunificar las tierras de Navarra ya me parecía algo digno de elogio, aunque el resultado de sus afanes fuera el que fue.
¿Por qué pasó a la historia con el sobrenombre de “el Malo”?
–El apodo se lo puso un historiador castellano del siglo XVI, Diego Ramírez de Ávalos, en su obra Crónica de los muy excelentes reyes de Navarra, publicada en 1534. El guipuzcoano Esteban de Garibay se hizo eco de ello y los historiadores franceses de la época lo acogieron con entusiasmo, en el marco del panegírico de la dinastía Valois, en horas bajas en aquellos momentos, de hecho el último Valois, Enrique III, sería sucedido en 1589 por el rey de Navarra Enrique de Borbón, paradojas de la historia. Historiadores navarros del siglo XVII como Arnaud Ohienart o José Moret no hacen mención de ese epíteto. Este Rámirez de Ávalos era descendiente de Juan Ramírez de Arellano, quien se había puesto al servicio de Enrique de Trastámara, por lo que recibió el señorío de Cameros.
Si como apunta en el libro, “la historiografía oficial la escriben los vencedores y por ello es necesario revisarla y reescribirla”, ¿qué novedades arroja esta publicación?
–Es posible que la novedad no esté en lo que se cuenta, sino en el punto de vista. Es decir, Carlos II ha pasado a la historia como “el Malo”, de la misma manera que su suegro, el rey de Francia Juan II, lo ha hecho como “el Bueno” y que Pedro I, que en su tiempo fue llamado “el Justiciero” ha llegado a nosotros como “el Cruel”. Si somos medianamente imparciales veremos que Carlos II no fue más “malo” que otros personajes de su época, incluso podríamos llegar a percibir que no fue peor que sus homólogos contemporáneos y que fue, con todas las particularidades de su vida, hasta una buena persona. Se trata simplemente de contar los hechos como pasaron, no con la intención de justificar otros hechos o a otros personajes.
La labor de documentación habrá sido larga y extensa, ¿con qué fuentes ha trabajado?
–No existen muchas biografías de Carlos II. Están la de Bruno Ramírez de Palacios y la de Luis Miguel Villar, luego trabajos más generales tanto en castellano como en francés que hacen referencia al personaje y diversos compendios documentales que aluden y reflejan los hechos de su reinado.
El subtítulo del libro presenta a Carlos II de Navarra como “el rey que pudo dominar Europa”. ¿Por qué no lo logró?
–Porque perdió todas las guerras en las que se involucró. En cierto momento los parisinos le reconocieron como rey de Francia, pactó con el rey de Inglaterra el reparto de Francia… Hay hechos que, a veces, pueden parecer intrascendentes, pero que según caiga la moneda, cara o cruz, cambia la historia. ¿Qué habría pasado si Pedro I no hubiera sido asesinado en Montiel por su hermano bastardo Enrique de Trastámara?
¿De qué manera marcó aquello el devenir de Navarra?
–Navarra, por su apoyo a Pedro I de Castilla, había recuperado sus territorios occidentales conquistados por Castilla en 1200. A partir de 1371 Enrique de Trastámara los fue conquistando, luego atacó a Navarra y creó en el sur una línea de plazas controladas por los castellanos.
Como ha dicho, Carlos de Évreux –conocido posteriormente como Carlos II de Navarra– inició su reinado en 1350, cuando tenía 18 años. ¿Cómo fue su entrada en Navarra y cómo le recibieron los navarros en un primer momento?
–Su llegada a Navarra fue desastrosa, por calificarla de alguna manera. Como era costumbre cuando juró el Fuero, requisito imprescindible para ser rey de Navarra, procedió al monedaje, es decir, a acuñar nueva moneda, pero su devaluación fue tan grande que provocó la protesta de los navarros que, como era habitual en ellos, se organizaron en juntas, que el nuevo rey, ignorante del proceder de los navarros y mal asesorado por sus consejeros franceses, reprimió con dureza. Sus dirigentes fueron apresados y cuatro de ellos ahorcados en el puente de Miluze, tras lo cual Carlos volvió a Francia para luchar por sus posesiones en aquel reino.
¿Cómo era la Navarra que se encontró entonces?
–Navarra entró en el siglo XIV en la órbita francesa por el matrimonio en de su reina, Juana I, con el rey Felipe IV de Francia, tuvo reyes y administradores franceses desde 1274 hasta 1349, con sucesos tan significativos y emblemáticos como la destrucción del burgo de la Navarrería de Pamplona en 1276. En 1337 comenzó la Guerra de los Cien Años, en principio entre Francia e Inglaterra, pero que repercutió en los reinos peninsulares. En 1347 la peste negra llegó a Europa, Navarra no se libró y perdió casi la mitad de su población. Podemos imaginar cual era la situación que encontró Carlos de Évreux en 1350.
En un principio, sus intereses en Francia llevaron a Carlos de Évreux a dejar de lado a Navarra, hasta que en 1365, por el Tratado de Saint-Dennis, renunció a su pretensión a la corona de Francia. ¿Qué llevó a Carlos de Évreux a poner fin a sus aspiraciones a la corona de Francia y centrarse en los asuntos de su Reino, pasando a ser exclusivamente Carlos II de Navarra?
–Los hechos consumados. Su interés por mantener sus posesiones en Normandía y en otras zonas de Francia, una vez se cierran sus aspiraciones a la corona de Francia, se explica no sólo por su mentalidad feudal, sino también por la necesidad que tenía de emplear los ingresos tributarios que le proporcionaban sus señoríos franceses en la recuperación del reino de Navarra.
Según apunta en uno de los capítulos, en 1378 Navarra quedó “humillada, atada de pies y manos”, con Carlos II de Navarra solo y con su heredero preso en Francia. ¿Cómo se llegó a esta situación?
–Fundamentalmente porque tras la guerra civil de Castilla, que empezó con la victoria de Pedro I y sus aliados en 1367, en los campos entre Navarrete y Nájera, Eduardo de Woodstock se retiró a Aquitania y, debido a que no había recibido lo prometido por Pedro I, ya no le apoyará cuando Enrique de Trasatámara vuelva a la carga, con la ayuda del rey de Francia y el de Aragón. De esa manera, tras el asesinato de Pedro I Navarra se quedó sin aliados. Por eso se afirma que en 1378 Navarra quedó “humillada, atada de pies y manos”, con Carlos II de Navarra solo y con su heredero preso en Francia, debido a que el rey de Francia, su tío Carlos V, le había tomado como rehén cuando fue a negociar con él.
Y en esta difícil etapa para Navarra, ¿qué medidas y decisiones tomó Carlos II para tratar de recuperar y levantar de nuevo al reino?
–Llegado ese momento, con su reino en condiciones de penuria económica y sin recursos militares, Carlos II no tuvo más remedio que pactar con los castellanos. De hecho su heredero, el futuro Carlos III, contrajo matrimonio en 1375 con Leonor, hija de Enrique de Trastámara. Las relaciones con su cuñado, rey Juan I de Castilla desde 1379 fueron buenas, de manera que se inició una etapa de alianza con Castilla que permitió, tanto en el resto del reinado de Carlos como en el de su hijo Carlos III, llevar a cabo una política acorde con la realidad de Navarra, tanto en lo político como en lo económico. En definitiva Carlos II, hasta su fallecimiento en 1387 pudo dedicarse a recuperar la vitalidad del reino, en lo que fue bastante eficaz.
Carlos II falleció en Pamplona el 1 de enero de 1387, ¿qué teorías hay acerca de su muerte y cuál cree que es la verídica?
–Como era de esperar los cronistas franceses y castellanos elaboraron fantásticas elucubraciones acerca de las causas de la muerte de Carlos II. Aunque no se sabe la causa exacta de su muerte, la documentación acredita la adquisición por parte de sus médicos de fármacos dedicados a aliviar dolencias digestivas. Tenía Carlos II en el momento de su fallecimiento 54 años de edad.
A lo largo de su vida, Carlos II había firmado testamentos en los que pedía que su corazón fuese depositado en la colegiata de Roncesvalles o en las villas normandas de Valognes o Évreux. ¿Qué cree que le llevaría a cambiar su testamento y pedir que su corazón fuese depositado en la iglesia de Santa María de Uxue, localidad donde sigue siendo custodiado hoy día?
–Podemos pensar que, tras centrarse definitivamente en Navarra, Carlos II fue consciente de que esa era su verdadera patria, a la que debía toda su dedicación. En esa etapa de su vida mantuvo una relación especial con Uxue, donde quiso establecer una universidad, deseo que no se llegó a hacer realidad.
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