Navarra conmemora su última batalla

La celebración en Salinas de Pamplona se retrasó una semana para evitar la provocación de Vox, que había organizado a la misma hora y en el mismo lugar un acto para celebrar la unidad de España

Imagen de la conmemoración de la batalla de NoáinJavier Bergasa

Decenas de personas han conmemorado esta mañana el 500 aniversario de la batalla de Noain. Un acto de carácter festivo que ha servido para recordar el último intento de recuperar la soberanía del reino de Navarra.

La celebración se ha retrasado una semana para evitar la provocación de Vox, que había organizado a la misma hora y en el mismo lugar un acto para celebrar la unidad de España.

La cita ha comenzado puntual a las 10.30 desde Salinas de Pamplona. Entre banderas de Navarra, dantzaris, gaiteros y joaldunak, los participantes han realizado la tradicional subida hasta la escultura de Ulibarrena, donde el historiador y exalcalde de Pamplona Joseba Asiron ha leído el pregón. La jornada ha continuado, también en ambiente festivo, con un aperitivo popular en Salinas de Pamplona.

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El pregón completo:

Ahora mismo hace 5 siglos, aquel 4 de julio de 1521, estos campos que veis aquí delante se encontraban sembrados con los cuerpos de los miles de caídos en la llamada batalla de Noain, 4 días antes, el 30 de junio de 1521. Aquí y allí deambulaban, aún asustados, unos cuantos caballos sin jinete, y por el suelo se veían las armas abandonadas, los cañones inutilizados y los carros incendiados.

-El trigo había quedado finalmente sin cosechar, aplastado además por el paso de los ejércitos. Un barro rojo y seco lo cubría todo, y encima, también caídas y abandonadas, yacían abatidas las banderas de Navarra.

-La libertad, la ansiada libertad y la independencia habían durado poco más de mes y medio, desde el 9 de mayo en que Asparrots entró en Baja Navarra atravesando el río Adur, hasta aquel nefasto 30 de junio.

-Navarra no había permanecido impasible en aquellos días, y el ejército legitimista había sido recibido como libertador. Cada vez que llegaban a un pueblo o ciudad se encontraban con que sus habitantes la habían liberado ya, expulsando a los ocupantes.

-Y en la capital del reino, en Iruñea, fueron Juan y Miguel de Jaso, los hermanos mayores de San Francisco Javier, quienes abrieron desde dentro las puertas de la ciudad a Asparrots.

-Los regidores de la ciudad, alcalde y concejales diríamos hoy, dejaron plasmada aquella alegría, aquel júbilo, al dejar por escrito que por fin se liberaban “de la servidumbre en que nosotros y toda Navarra habíamos caído”.

-Era el mismo espíritu que otros navarros antes, en una carta escrita al exiliado rey de Navarra, decían “Señor, apareced tan solo y hasta las piedras se armarán a vuestro servicio”.

-Y es que, mientras tanto, un ejército 3 veces mayor había ya penetrado en Navarra, dirigiéndose rápidamente a su capital, y aquí, a las puertas de Pamplona, terminó con la vida de cientos, tal vez miles de legitimistas, que se desangraron en estos mismos campos, y terminó también con la alegría y los sueños de muchos más miles de navarros y navarras.

-500 años han pasado desde aquel domingo caluroso de junio y, sin embargo, cuando miramos nuestra realidad con ojo crítico, comprobamos que todavía hay quien acude a Getze, a Noain, a este mismo paisaje con la idea de agraviar lo que este monumento significa. Lo hemos podido ver estos últimos días.

-Ello nos da la verdadera medida de lo que queda por hacer, y por eso es también el momento de recordar que todavía tenemos citas pendientes, la próxima en 2022, cuando se cumplan 500 años del asedio y toma del simbólico castillo de Amaiur.

-5 siglos después de la batalla de Noain, hay de nuevo navarras y navarros sobre los campos de Getze, pero esta vez son hombres y mujeres libres, y están en pie. Y las banderas que portan no han caído al suelo sino que ondean más libres y orgullosas que nunca.

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