Pues la pandemia vírica ha llevado a un confinamiento de las elecciones que debían celebrarse el 14F, que ahora parece serán el 30 de mayo. Unas elecciones a las que se llegaba, recordémoslo, como consecuencia de otra pandemia que padecemos, la pandemia judicial, que en su ejercicio de un poder togado sin controles, ejerce de garante del estado franquista del que es heredero el Régimen del 78.
Cómo llegábamos al 14F y lo que se decidía estaba clarísimo. Veremos si el 30M llegamos igual o habrá cambios. Yo, sinceramente, dudo que haya cambios, pero tampoco me atrevo a descartarlos.
Desde un punto de vista del independentismo, el 14F debía poner fin o continuidad al movimiento que nos llevó hasta el 1-O de 2017, que es, desde el punto de vista de nuestra independencia, lo más lejos que nunca hemos llegado desde la derrota de 1714 y la pérdida de nuestra soberanía.
El 1-O es una fecha fundacional de la nueva República que queremos hacer, un día en el que, entre todos, fuimos pueblo como nunca y tuvimos en nuestras manos la independencia.
Pero finalmente no fue posible. No la alcanzamos.
No alcanzarla nos abocó a un escenario de represión brutal, con prisión y exilio, con 155, etc. No alcanzarla no implicó derrota, porque el 21D el independentismo volvió a ganar en las urnas, demostró ser la opción política mayoritaria de nuestro país. Pero aún sin implicar derrota, el post 1-O nos ha sumido en una situación política de gran desconcierto, de incapacidad para construir cualquier estrategia política común para hacer la independencia y, lo que es peor, de una creciente fractura política entre las principales fuerzas políticas, que ha hecho saltar por los aires el “nosotros” que hizo posible el 1-O.
El 14F (y probablemente el 30M) teníamos que decidir entre dos visiones antagónicas sobre el 1-O, lo que implica y cómo condiciona todo nuestro futuro, como país y como independentistas: la visión de Oriol Junqueras, Raül Romeva y ERC y la visión del President Puigdemont y Junts. Tendremos que decidir entre dos “nosotros”:
1.- El nuevo “nosotros republicano” que propone ERC, con pacto blindado con los Comunes y alianzas y estrategias variables con PSC y CUP, con el objetivo de marginar y de aniquilar todo lo que representa Puigdemont y Junts. Hacer posible este nuevo “nosotros republicano” con los Comunes implica aparcar la independencia como objetivo, no sólo para nuestra generación, sino para las próximas
2.- El “nosotros independentista”que sigue reivindicando y proponiendo el president Puigdemont y Junts, para trabajar con ERC, CUP y la sociedad civil en una nueva estrategia independentista compartida y blindada que sitúe la independencia como nuestro gran objetivo político y nacional.
¿Cómo se originan y cómo se concretan y visualizan estas dos visiones con objetivos y estrategias antagónicas?:
1.- Para el MHP Puigdemont y Junts (y toda la transversalidad que le da soporte), el 1-O es una fecha fundacional, se reivindica lo que se hizo y la legitimidad alcanzada, pero se evalúa todo lo que pasó, los errores que se pudieron cometer, y que nos impidieron hacer efectiva la República. Estábamos plenamente legitimados democráticamente para hacer la República, pero quizás no lo suficientemente preparados y quizás cometimos algunos errores. De lo que se trata ahora es de provocar un escenario político que nos ligue con la legitimidad ganada el 1-O, y en un proceso democrático con mayorías democráticas reforzadas y evidentes a los ojos de todos, interna y externamente, retomar el camino para hacer realidad la República.
El President Puigdemont es quizás el líder político más importante del 1-O y, al mismo tiempo, quien más reflexión ha hecho y compartido con todos nosotros sobre qué implicó, qué errores se pudieron cometer y, desde este aprendizaje, qué es lo que ahora haríamos para culminar con éxito lo que fue el 1-O, la fecha más importante de nuestra historia desde el 11S de 1714.
En una entrevista de 18 de mayo de 2020 el President Puigdemont decía:
“La congelación de la declaración de independencia de Cataluña fue ‘un error histórico’, que asegura que ‘ahora no lo haría’. ‘Yo privilegié la vía del diálogo, este fue mi error. Yo ahora no decretaría la suspensión de los efectos de la declaración de independencia como hice”.
La visión que tiene el President Puigdemont, que es la que inspira la transversalidad de Junts, reconoce de manera explícita el valor del 1-O, la importancia fundacional de todo lo que hicimos, y centra su análisis en los errores que, visto como fueron las cosas, se pudieron cometer, de los que hemos aprendido y convertido este en fortaleza para hacer realidad la República.
2.- Para el Vicepresident Junqueras y líderes cualificados de ERC, como el consejero Romeva, que encabezó la lista de Junts por Sí que nos llevó al 1-O, hay que pasar página del 1-O, “pasar el duelo, en palabras de la número 2 de la lista ERC en BCN. Este pasar página, este pasar el duelo implica, además, pasar por encima, enterrar, todos los fundamentos democráticos y políticos que nos llevaron al 1-O, que lo hicieron posible, generando una visión estratégica nueva para hacer la independencia, para la que no sirve nada de lo que antes se defendía, una estrategia con nuevos aliados y nuevas condiciones y políticas para avanzar hacia la independencia.
Estas semanas hemos tenido declaraciones de Oriol Junqueras diciendo que con el 50% del país en contra no se puede hacer la independencia. En una entrevista el pasado 4 de enero Raül Romeva situaba en el 80% las necesidades de apoyo, y también decía que no se puede hacer la independencia “con la mitad del país en contra”. Es el discurso de ERC.
Este discurso sitúa a ERC en una posición radicalmente diferente a la que tenía en el movimiento independentista que nos llevó al 1-O.
Así, en una intervención el 14 de septiembre de 2015, a las puertas de las elecciones plebiscitarias del 27S, Raül Romeva, cabeza de lista de Juntos por elm Sí, decía que “68 escaños bastan para independizarse” .
Dos visiones antagónicas que condicionan absolutamente el futuro de nuestro país, y que el 14F teníamos que decidir qué elegíamos, cuál se imponía definitivamente a la otra.
Mientras que el President Puigdemont y Junts asumen el 1-O y analizan las decisiones que nos impidieron hacer efectiva la República, para no repetirlas, ERC, perfectamente explicado en estos dos cortes de Raül Romeva, ha pasado de considerar que 68 escaños es suficiente para hacer la independencia, a decir que no podemos hacer la independencia con la mitad del país en contra, situando el consenso para hacerla posible en el apoyo del 80% de la población.
En el caso de ERC sus posiciones políticas en relación a la independencia del 27-S y el 1-O y las actuales son como la noche y el día, no tienen absolutamente nada que ver. Pero han transitado de una a la otra como si nada, sin ningún tipo de reflexión, sin dirigirse al independentismo y decir “antes decíamos esto, y ahora decimos lo contrario, somos conscientes, pero lo hacemos porque… ” (aquí debería ir la explicación que no tenemos).
Y aquí radica el mayor interrogante en el que está sumido el independentismo post 1-O, aquí encontramos lo que tenemos que calificar como el mayor misterio del escenario político: ¿qué ha llevado a ERC de considerar suficientes 68 escaños para hacer la independencia, a decir que no se puede hacer la independencia con la mitad del país en contra, y situando en un 80% los apoyos para hacerla posible?
Así, es lógico preguntarse si ERC nos engañaba el 1-O y defendía una cosa en la que no creía, o nos engaña ahora, y se ha buscado este argumentario para justificar haber defendido algo y ahora lo contrario. ¿Y por qué se ha producido este giro tan radical?
En ausencia de cualquier explicación, sólo podemos pensar qué puede haber detrás. Y lo que yo pienso, esto ya es únicamente una opinión personal, sólo puede haber dos cosas, inconfesables ambas, que lo expliquen:
– La primera es camuflar una rendición de facto. No quiere decir que ERC renuncie a la independencia, sino que, ahora mismo, en esta generación, la cree imposible, cree no la podemos hacer. Así las cosas, hay que poner condiciones imposibles para hacerla, para “maquillar” esta rendición: que no somos lo suficiente, que no podemos hacerla con 50% en contra, que hay que construir nuevas mayorías “republicanas” que nos permitan llegar al 80%. Y el partido que el Régimen del 78 ha designado para facilitar esta “rendición” son los Comunes, que hasta ahora se han demostrado son la herramienta más eficaz del régimen contra el independentismo. El pacto blindado entre ERC y Comunes es, si tiene apoyo electoral suficiente, el instrumento de la rendición. La sumisión de ERC al Gobierno de España de PSOE y Podemos/Comunes en Madrid, y la vejatoria sumisión a Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona son, así, escenificaciones de esta rendición, que debe culminar con el asalto a la Generalitat.
– La segunda explicación que encuentro es que este cambio radical de ERC, este pasar del blanco al negro sin ninguna explicación pública, es un cambio en la prelación de sus objetivos. Así, sin renunciar a la independencia, éste ya no es su primer objetivo, su primer objetivo es lograr la hegemonía como partido y cargarse todo lo que representa el President Puigdemont y el mundo del Junts. Decir lo contrario de lo que se proclamaba el 27-S y el 1-O es el precio a pagar por ERC para liderar una nueva mayoría, un nuevo “nosotros”, con los Comunes y, desde fuera, el PSC, que les permita liquidar, hacer desaparecer, este espacio político contra el que están enfermizamente obsesionados, lo que ahora representa Junts. Residualizar hasta liquidar políticamente a Puigdemont y Junts es así el objetivo número 1. Y si para conseguirlo hay que aparcar la independencia y decir lo contrario de lo que se proclamaba el 1-O, se dice, porque solos no pueden, y necesitan de los partidos del Régimen del 78 para hacerlo posible.
A modo de conclusiones y de proyección del 14-F al 30-M:
Toda esta confluencia de visiones antagónicas es lo que atenaza e inmoviliza al independentismo desde el 1-O. El 14-F, con nuestro voto, teníamos que decidir cuál de las dos visiones y estrategias asociadas ganaba, se imponía a la otra.
Teníamos que decidir entre la propuesta política de ERC, de un pacto blindado con los Comunes para compartir todos los ámbitos de poder, desde ayuntamientos hasta la Generalitat, por un nuevo “nosotros republicano”, que impida un Gobierno independentista y que aparque la independencia para nuestra generación y las que nos siguen, poniendo condiciones imposibles para hacerla.
O la propuesta de Junts, para reconstruir el “nosotros independentista” que hizo posible el 1-O, con ERC y CUP, haciendo posible una nueva estrategia compartida para hacer realidad la independencia, para hacer realidad la República Catalana.
Tal y como estaban las cosas el 14-F básicamente votábamos si creemos en un nosotros independentista, que nos sume a todos: Junts, ERC, CUP y sociedad civil, y que trabaje por hacer realidad la República, o si lo dejamos correr y otras generaciones ya se lo buscarán.
Yo creo que así llegaremos también el 30 de mayo. Desgraciadamente. Sin embargo la parte optimista de mí, la parte que siempre me deja una ventana abierta para que pase lo que sabemos que es lo mejor que podría pasar, se resiste a descartar del todo que en estos meses hasta el 30-M no puedan pasar cosas que ayuden a modificar la posición de ERC, y que vuelva a alinearse, aunque sea poco a poco, con el “nosotros independentista”. Me consta que dentro ERC es mucha la gente patriota que “no compra” esta rendición encubierta o este situar la hegemonía del partido como principal objetivo que defiende la actual dirección, y que les ha llevado a este giro de 180 grados en relación a lo que defendían antes. Me consta que hay mucha gente patriota en ERC que no comparte este decir lo contrario de lo que se proclamaba el 27-S o el 1-O. veremos, pues, qué pasa.
En todo caso, estemos preparados y hagamos todo lo que esté en nuestras manos para volver al “nosotros independentista”, en el que estemos todos, y que nos permita blindar una estrategia compartida para hacer la independencia. Nos necesitamos a todos para hacer posible la independencia. Si no estamos todos, no hay independencia. Y la diferencia antagónica sobre la que decidiremos en las próximas elecciones es sobre si creemos y hacemos posible este “nosotros independentista” para hacer la independencia. Si gana ERC es evidente que, por generaciones, este “nosotros independentista” y por lo tanto la capacidad de hacer posible la independencia no estará presente. La única posibilidad de recuperar y blindar el “nosotros independentista” es que gane Junts, es el único que puede facilitar estar todos, es el único que puede hacer volver a ERC al “nosotros independentista”, y por tanto, el único que puede situarnos en condiciones de hacer realidad la independencia, con todos, entre todos. Porque si no estamos todos, no hay independencia.
Lo teníamos que decidir el 14-F, lo decidiremos el 30-M.
RACÓ CATALÀ