Sólo la independencia tiene sentido

Este fin de semana, Josep Casulleras Nualart en este artículo (1) y el catedrático y ahora también diputado Jaume Alonso-Cuevillas en este otro (2) han dejado claro a los lectores de VilaWeb que la decisión de la justicia belga de denegar la extradición del consejero Lluís Puig a España tiene una importancia determinante, única. Gonzalo Boye, con su acreditada facilidad para el marketing político, lo sentenció con una expresión directa y seca: “jaque mate”. No insistiré, por tanto, en las consecuencias de la sentencia, más allá de agradecer al consejero Puig la valentía personal y la determinación. Efectivamente, el castillo de naipes del juicio al proceso ha comenzado a caer y ya sólo es cuestión de tiempo para que se desplome del todo.

España ha recibido uno de los golpes más duros que podía encajar, con una repercusión que irá creciendo. Es verdad que ha costado mucho llegar a este momento. Alonso-Cuevillas lo describe, cuidadosamente, con su visión desde dentro del equipo jurídico. Ha sido necesario, pues, mucha paciencia. Se han tenido que poner muchas piezas instrumentales antes. Y algunas de estas piezas, al principio, no acabábamos de entender para qué servían. La opinión de la ONU, tan denostada, menospreciada y negada por la prensa españolista, ahora resulta que ha sido primordial, por ejemplo. Es evidente, por tanto, que nos podemos felicitar y podemos felicitar a todos aquellos que lo han conseguido. Por la calidad, por la constancia, por el conocimiento tan acertado de la realidad jurídica, de la realidad española y de la realidad europea. Pero ahora la pregunta que hay que responder es qué hacemos con eso. ¿Qué aspiración política nace de este triunfo? ¿De qué debe servir esta derrota judicial y haber trabajado tanto para conseguirla? ¿El objetivo es solamente responder a la represión o bien se trata de resolver de manera definitiva el problema que ha originado esta represión? ¿Qué se busca?

Y yo no veo más respuesta posible que el retorno a la raíz: lo que buscamos, lo que queremos es la independencia. ¿Qué sentido tendría, a estas alturas, otra opción?, ¿a qué más deberíamos esperar?

Durante estos tres largos años los catalanes hemos visto la peor cara posible del Estado español, y la hemos visto cuando mandaba la derecha pero también cuando manda la izquierda -¿o acaso ahora los presos no se encuentran en una situación peor que nunca? Pero, al mismo tiempo, hemos descubierto o constatado muchas cosas que teníamos que saber y demostrar para poder salir adelante. Como que la izquierda española sigue siendo más española que demócrata, como que el funcionamiento del Estado español no es compatible con el modelo democrático europeo, como que podemos disputar la calle a la represión y ganarle o como ahora que la Generalitat puede ser incluso un obstáculo para la independencia.

A pesar de esto, debo decir que entiendo a todo aquel que tiene prisa y está impaciente, insatisfecho y nervioso por todo lo que no sea la victoria final. Y entiendo también que la dureza de la represión española, las sombras sobre los hechos de octubre de 2017 y la batalla partidista susciten muchas dudas. Pero debemos ser conscientes de que en este combate entre dos naciones, como en todos los combates similares que ha visto la historia, el elemento determinante, que marca la diferencia, es la confianza en uno mismo. España lo sabe de sobra y por eso, por ejemplo, estos días ha escondido a conciencia a su población las consecuencias de la sentencia sobre el consejero Puig mientras nos bombardeaba constantemente con mensajes negativos, como no ha parado de hacer ni un solo momento en estos últimos años.

Sin embargo, su problema es que los mensajes ya no encajan con la realidad demostrable y en todas partes éste ha sido el preludio del hundimiento, el momento Txernòbil (3). No es que nosotros no tengamos problemas: nuestro problema principal es escapar de la dinámica de derrotados, de rehenes, en la que algunos nos han querido instalar y a la vez encontrar la manera de acordar una acción colectiva que nos devuelva rápido a lo que fuimos en otoño de 2017. Pero ahora esto también parece que va cambiando, poco a poco, con la propuesta clara del Consejo por la República de disputar el poder a España (4) o con este nuevo tono, positivo y estimulante, que va tomando la campaña electoral.

(1) https://www.vilaweb.cat/noticies/llarena-escac-i-mat-belgica-euroordre-analisi-josep-casulleras/

(2) https://www.vilaweb.cat/noticies/per-que-es-estrategicament-tan-important-la-denegacio-dentrega-del-conseller-puig/

(3) https://nabarralde.eus/es/el-momento-txernobil-de-espana/ Oreiginal: https://www.vilaweb.cat/noticies/el-moment-txornobil-despanya/

(4) https://www.vilaweb.cat/noticies/disputar-poder-proposta-consell-republica-independencia/

VILAWEB