Hoy 3 diciembre, en el calendario católico por el que nos regimos es San Francisco Javier y en Ipar Eskualherria, Xavier, una conmemoración al universal santo navarro Francisco de Jaso y Xavier (1505-1552) que fue elegido patrón de la Pelota Vasca en la Asamblea General de la Federación Internacional de Pelota Vasca el 23 de septiembre de 1962 en lruñea con motivo de la celebración del IV Campeonato del Mundo de Pelota.
Con este motivo se ofrece un repaso a la situación de los lugares del juego vasco de pelota en Euska Herria, un patrimonio tan singular con variadas apreciaciones y tan esencial a la idiosincrasia de nuestro pueblo, extraña y desgraciadamente muy abandonado. Debo referirme de modo personal ya que desde hace doce años recorro periódicamente el país para observar la situación, entre otros patrimonios singulares como el industrial, el de este sencillo y vital legado, en muchos casos histórico. Como entre otros por su antigüedad, el frontón de Ziburu (1826) o el de Etxague/Echagüe (1833) además de aquellos lugares del juego de pelota que se convirtieron en frontones insertados en plazas, Kalegoien, Elgoibar (1863), Goiko Losa, Azkoitia (1867) o el de Markina (1798) aunque reformado y cubierto en 1928.
Como intervenciones positivas en Ipar Eskualherria debe destacarse la restauración integral, suelo, paredes y gradas del céntrico junto a la avenida André Ithurralde, frontón de plaza libre (105×23 m) de 1923, de propiedad municipal. Asimismo la generalización de la prohibición de aparcar en la cancha y el excelente estado de conservación de los muchísimos y bellos frontones de todo tipo repartidos por el territorio, caracterizados en la mayoría de los casos por el remate curvilíneo del frontis y su color rosáceo, obviamente ninguno se cubre. Una muestra de la positiva influencia de la cultura francesa presente en muchos aspectos, en el norte de nuestro país en contra del negativo contagio español que padecemos en el sur. También es loable la restauración del frotis adosado a un edificio y definición de la plaza en Arbona /Arbonne. El histórico frontón de plaza de Ziburu presenta una grieta en toda la altura de su frontis que debe ser, por obvios motivos, reparada ya de además denota abandono.
Asimismo, debe resaltarse la restauración científica del monumental frontón de plaza de Otxandio (1857), con la renovación parcial del enlosado en piedra arenisca de suelo y la limpieza y planicidad del frontis y pared lateral (30,5 m, 9,9 anchura y 10 altura). También con similar criterio en la plaza Cardenal Orbe de Ermua un frontón (28x9x11) bien emplazado entre dos hileras de viviendas con la elegante silueta decreciente de su pared izquierda se han reparado paredes y suelo con un hormigón fratasado pero se ha repetido el discordante color verde.
En cambio, resulta muy satisfactorio la concienciación sobre el sentido patrimonial, etnográfico de estos lugares que, entre otros, se manifiesta muy positivamente en Aizarnazabal. Un frontón de 1886 adosado lateralmente a la iglesia de San Miguel Arcángel con el impecable estado de su frontis y pared izquierda, la adecuada relación con el probadero y el bolatoki situados paralelamente y la acción emprendida ya hace años de evitar el aparcamiento en la cancha con unos pivotes. Un ejemplo a imitar al que solo faltaría para alcanzar la excelencia una mejor adecuación del pavimento de la Herriko Plaza vinculando el conjunto iglesia-frontón al Ayuntamiento situado enfrente recuperando el tradicional conjunto de la plaza frontón en el urbanismo de Euskal Herria.
De otra tipología de frontón es loable la actuación de la Diputación de Araba/ Álava en el reducido pero interesante frontis adosado la iglesia de San Juan Bautista definiendo un espacio para el juego a la vez que formalizando una plaza entre arbolado en el pequeño concejo de Murga del municipio de Aiara /Ayala.
Despropósitos y deformaciones
Desde hace unos años se está deformando el concepto de plaza frontón con unas cubriciones agresivas por su volumen, tipología, materiales y color incluso en ocasiones agravadas con cerramientos, que han destruido demasiados entornos coherentes, aunque como artefacto arquitectónico sean interesantes. La excusa de la climatología no tiene consistencia, incluso por el cambio climático, en Iparralde es parecido y hay más cosas que hacer en un día de lluvia. La experiencia recogida por entrevistas a lugareños es que sirve de poco, “entra agua igualmente”, “nos han tapado vistas”, “cerraron el frontón y se jodió (sic) la pelota, ya no juega la juventud.” Si a esta deformación se le añade el pintado de verde, el frontón se transforma en un rincón oscuro, lúgubre. No se consideran las obras realizadas en zonas deportivas y parques, cuyos frontones no tienen repercusiones de impacto ni un sentido patrimonial cultural.
Se evidencia una carencia de elemental cultura sobre las preexistencias arquitectónicas y la silueta paisajística del entorno además de la insensibilidad municipal, no contestada socialmente, y la de los organismos superiores que en ocasiones incluso financian las obras. Estas afecciones ya se manifiestan incluso cuando se promueven concursos de ideas donde se ven propuestas con atrocidades constructivas sin respeto al ámbito del emplazamiento de considerable impacto e incluso ofensivas paisajísticamente.
En Araba, dos proyectos previstos en el frontón Iturbero de 1876 en el núcleo histórico de Araia-Asparrena mediante un irregular concurso, afortunadamente se ha paralizado probablemente a la vista de lo presentado que destroza todo el entorno. Y en Apilaiz/Apellaniz el empeño del concejo del municipio de Arraia-Maeztu de cubrir el singular frontón neo-racionalista de 1959 contra toda lógica cultural está en entredicho. Afortunadamente la población de Zubieta en Nafarroa hace pocos años supo reaccionar, debatir y rechazar un proyecto degradante que destrozaba el centro del pueblo.
Otro gran despropósito ha sido la pretensión, mal encaminada, en Oñati de tapar, que es la palabra más precisa y sinónimo de ocultar el extraordinario y gran frontón de Foruen Plaza de 1860, que ya sufrió el añadido degradante de unas gradas de hormigón. A demás por Decreto 157/2012, de 24 de julio, se calificó como Bien Cultural, con la categoría de Conjunto Monumental, el Casco Histórico de Oñati en el que está calificado de Protección Media. Es uno de los tres que junto con Elgoibar y Azkoitia se insertan notables plazas ya conformadas.
En Ultzurrun reducido concejo del municipio de Ollo en el valle del mismo nombre de Nafarroa, se pretende deformar una sencilla pero coherente plaza en escala, tipología y color, centro de gravedad social del pueblo con el agravio de una cubierta que por si misma ya supone una absurda enorme agresión. El recurso de la lluvia resulta ya retrógrado. Afortunadamente, existe una culta y sensible reacción social que aprecia y previene del desastre que supondría esta construcción.
Como amenaza está la iniciativa de cubrir el Frontón Egaña en Mutriku situado en un emplazamiento topográficamente complejo que viendo la propuesta municipal con un proyecto muy deficiente se podría convertir el lugar en un rincón sombrío, marginal. Es precisa una mayor consideración por los espacios públicos de los municipios. En su límite municipal junto a la desembocadura del Deba, están los restos del frontón Ondarbeltz que requieren una inmediata resolución que podría financiare con el 1% cultural de la obra pública que prevé la Ley6/2019 de Patrimonio Cultural Vasco de la reciente y afortunada intervención en la carretera GI-638 o cuando finalice la obra del puente sobre la ría.
Un caso ejemplar es el Gesaltza Añana / Salinas de Añana, un frontón de 1870 situado en lo más alto del pueblo, donde con acertado criterio se eliminó la cubierta que creaba un impacto ambiental agresivo. Su carácter de referencia en el paisaje le otorga una especial responsabilidad respecto de las propias salinas que están reconocidas como Patrimonio Agrícola Mundial desde 2017.
Entre las recientes más dolosas por su similar impacto negativo, con un volumen exagerado, desconsideración espacial y la alteración de la silueta, del y desde pueblo negativamente perceptible en un amplio entorno geográfico, la cubrición de Arraitz (2017) y también la gigantesca en Asterain/Astrain (2017) sobre un bello frontón de 1933, dos de los casos recientes más lamentables.
Es deseable que pasados unos pocos años para disimular el fracaso y el despilfarro se desmantele todo lo superpuesto con el concepto cultural de añadidos degradantes y el lugar recupere su identidad primigenia.
Asimismo en Zeanuri se ha cubierto por imposición municipal sin debate alguno el bello frontón de plaza de 1929 creando por el volumen añadido un nefasto impacto negativo en el entorno, ensombreciendo y entristeciendo la plaza restando asoleamiento y lo más rechazable, a unos 200 metros de un frontón cubierto y cerrado. Es incomprensible tan escasa sensibilidad. Curiosamente en este municipio al pie del alto de Barazar parecía posible haber ofrecido, de acuerdo con la alcaldesa, en el ámbito de las Jornadas Europeas de Patrimonio del pasado octubre la conferencia La plaza frontón, ágora vasca, que es un manifiesto de defensa de esta peculiar tipología urbanística, su sentido patrimonial y antropológico, a la vez que contiene una contundente crítica a las cubriciones. Evidentemente resulta ya inútil el esfuerzo divulgativo en lugares donde se impone la política a la cultura y la sensibilidad.
El frontón Toki Alai de Zalduondo es el resultado de una construcción precedente de relevancia histórica de 1819 posteriormente alargado en 1958 pero dotado de una cubierta a considerable altura que no sirve para lo que se construyó, en la parte opuesta al otro lado de la carretera A-3012 que atraviese el pueblo hay un bolatoki cubierto. El propósito municipal, compartido en conversación con el alcalde, de vincular estas dos construcciones tan representativas de la cultura urbanística vasca mediante una pavimentación que formalice el recinto, tiene el impedimento inicial del departamento de Infraestructuras Viarias y Movilidad de la diputación de Araba/ Álava, pero es una regeneración espacial de gran interés que no debe postergarse. Está el ejemplo del concejo de Muzqui del ayuntamiento del valle de Gesalatz / Guesálaz donde el espacio de juego ante el frontis atraviesa la carretera NA-7040, aunque de uso vecinal esporádico.
Entre los frontones de plaza singulares merece considerar el de Usurbil que en su alargado recinto herencia espacial urbanística del antiguo lugar de juego de pelota, teniendo la iglesia de San Salvador como extremo y un probadero como espacio intermedio merecería que hiciera un proceso de recuperación cultural, eliminar la vulgar cubrición de 1997 hay otros espacios cubiertos para todo tipo de actos. Además de restaurar pequeños desperfectos en el monumental, en todos los sentidos, mural cerámico que hizo Jose Luis Zumeta en 1973, en el trasdós del frontis.
El espacio y el juego como patrimonio
Un asunto a considerar es el atrevimiento de los técnicos de los ayuntamientos que acatan órdenes de políticos sin el menor rechazo sobre la oportunidad de la intervención y de los que asumen y redactan estos proyectos, habitualmente arquitectos en ocasiones en colaboración con ingenieros para el cálculo de las estructuras, que en su mayoría desconocen, o desprecian, la singularidad y complejidad de estos espacios públicos, lo único que interesa es la minuta.
Es imprescindible mencionar la recuperación de la modalidad más antigua de juego de pelota, Laxoa, que un grupo de aficionados de Nafarroa Laxoa Elkartea animados por Tiburzio Arraztoa con el inseparable xaxaria y rayador Jesus Maria (txumari) Prim están difundiendo desde hace 41 años con sus campeonatos en Baztan y Erreka. Partidos en plazas singulares patrimonialmente, Irurita o paisajísticamente, Arraioz. Un espectáculo abierto, total donde concurren muchos aspectos desde el deportivo al antropológico un patrimonio inmaterial que requiere de más difusión.
Recientemente, como aportación de sumo interés documental y divulgativo se ha publicado el libro La increíble historia de la pelota vasca obra del abogado navarrro Santiago Lesmes que acomete el apasionante juego de pelota en todas sus dimensiones, desde lo deportivo a lo patrimonial, tanto inmaterial como tangible con los frontones. Se añade a otros destacados estudios de arquitectos concluidos en tesis doctorales: El juego de pelota en la génesis de las plazas de Euskal Herria de Oier Otxoantezana; “Implantación del juego de pelota en los centros históricos. Grados de implantación del juego en la arquitectura” de Daniel Carballo Ostolaza. y “La alargada huella de la Plaza de Pilota. Permanencias y procesos de transformación en la trama urbana de las villas guipuzcoanas” Juan Antonio Chavarri Sarasua.
Por todo ello y en base a las dos legislaciones culturales que rigen en Hegoalde, la Ley Foral 14/2005, del Patrimonio Cultural de Navarra y la Ley 6/2019, de 9 de mayo, Patrimonio Cultural Vasco, muy similares en conceptos, mediante las cuales sería procedente declarar todos los frontones de plaza, según las leyes respectivamente, como Bienes de Interés Cultural con la categoría de Monumentos, o bienes culturales con la categoría de Monumento y en algunos casos conforme a otras edificaciones de su entorno que constituyan una agrupación- iglesia, ayuntamiento, escuelas-, respectivamente como Conjunto Histórico o Conjunto Monumental. Un dato revelador, solo en Nafarroa donde más abundan hay censados 355 frontones descubiertos, entre largos y cortos pero no se dispone del dato de cuántos se pueden considerar frontón de plaza, la singularidad más relevante desde variadas consideraciones y objeto de esta preocupación.
Resulta inconcebible tanto abandono por unas arquitecturas y unos lugares tan singulares y representativos desde los modestos espacios rurales a las monumentales plazas urbanas. Los políticamente impuestos cargos culturales que mantenemos, nadie les ha elegido solo el partido o pactos, en la mayoría de los casos figurantes con poses que aparentan inquietudes, al margen de asistir a las finales de pelota para fotografiarse entregando un trofeo, es ya hora, y muy tardía, que se interesen por esta parte del patrimonio cultural de Euskal Herria, que con sus diversas modalidades de juego, son identificativas del pueblo vasco, al igual que desde hace siglos practicaron otras civilizaciones como una modalidad genérica de ocio, el juego de pelota.