Por supuesto, no hay antecedentes de una emisión de bonos perpetuos por la Unión Europea, especialmente en una cantidad tan grande, pero otros Gobiernos han recurrido a los bonos perpetuos en el pasado.
El ejemplo más conocido es el del Reino Unido, que usó bonos consolidados (Consols) para financiar las guerras napoleónicas y bonos de guerra para asumir los gastos de la Primera Guerra Mundial. Esas emisiones de bonos se negociaron en Londres hasta 2015, cuando ambos fueron rescatados. En la década de 1870, el Congreso estadounidense autorizó al Tesoro a lanzar Consols para consolidar los bonos existentes, y fueron emitidos en los años siguientes.
La Unión Europea se está enfrentando a una guerra única contra un virus que no solo amenaza la vida de la gente, sino también la propia supervivencia de la Unión. Si los Estados miembros comienzan a proteger sus fronteras incluso contra sus compañeros miembros de la UE, esto destruiría el principio de solidaridad sobre el cual se creó la Unión.
En lugar de eso, Europa debe recurrir a medidas extraordinarias para lidiar con una situación extraordinaria que golpea a todos los miembros de la UE. Esto se puede hacer sin temor a sentar un precedente que podría justificar la emisión de deuda común de la Unión una vez que se restaure la normalidad. Emitir bonos con toda la confianza y el crédito de la UE otorgaría respaldo político a lo que el Banco Central Europeo (BCE) ya hizo: eliminar prácticamente todas las restricciones a su programa de compra de bonos.
Los bonos perpetuos tienen tres ventajas adicionales por las cuales son adecuados para las circunstancias por las que atraviesan todos los países.
En primer lugar, como no hay que repagarlos, impondrían una carga fiscal sorprendentemente leve a la UE, a pesar de la considerable capacidad financiera que movilizarían. La UE, por otra parte, no tendría que refinanciarlos al vencimiento, hacer pagos de amortización o siquiera reservar dinero (por ejemplo, en un fondo de amortización) para su eventual reembolso.
La Unión Europea solo estaría obligada a hacer los pagos regulares de intereses sobre ellos. Un bono perpetuo de un billón de euros con un cupón del 0,5% restaría al presupuesto de la UE apenas 5.000 millones al año, menos del 3% del presupuesto de la UE para 2020.
La segunda ventaja es más técnica, pero casi igual de importante. Es posible que el mercado no sea capaz de absorber una emisión de un billón de euros de una vez. Al emitir un bono perpetuo, la UE podría recaudar ese monto en cuotas, sin crear bonos nuevos para cada emisión.
La tercera ventaja es que un bono perpetuo emitido por la UE sería un activo muy atractivo para los programas de compra de bonos del Banco Central Europeo. Como el vencimiento de un bono perpetuo es siempre igual, el BCE no tendría que reequilibrar su cartera.
La UE no tiene que crear un nuevo mecanismo o estructura para emitir los bonos, porque ya lo ha hecho en el pasado. Lo recaudado se debiera usar para inversiones y subsidios relacionados con la lucha contra la pandemia. La Comisión Europea distribuiría los fondos de manera directa o a través de los Estados miembros y otras instituciones (como los Gobiernos municipales) directamente involucrados en la lucha contra la pandemia de la covid-19.
Los trastornos por la pandemia debieran ser temporales, pero solo si los líderes europeos toman las medidas extraordinarias que hacen falta para evitar los daños a largo plazo a la Unión Europea. Por eso es tan necesario el Fondo de Recuperación de la UE. Financiarlo con bonos perpetuos es la forma más fácil, rápida y barata para establecerlo.
George Soros es fundador y presidente de Open Society Foundations. Su último libro es In Defense of Open Society [En defensa de la sociedad abierta] (Public Affairs, 2019).
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