El Bellas Artes La culpa siempre es de otros

Resulta cuando menos sorprendente que la concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Donostia no haya dado a conocer hasta octubre (tras reclamarlos la oposición en bloque) los informes sobre la solicitud de derribo interior del Bellas Artes presentada por la propiedad: el informe interno con fecha 23 de julio 2019 y el externo de 18 de julio 2019. Las explicaciones de la concejala diciendo primero que no eran definitivos y luego que los estaban estudiando no son de recibo. Urbanismo debe denegar ya la solicitud de derribo dado que ambos informes son contrarios a la mencionada licencia, y aclaran que las reparaciones que el juzgado exige a la propiedad son perfectamente posibles y no se justifica la solicitud de la SADE de derribar el interior del inmueble dejándolo vacío.

No es la primera vez que la propiedad del Bellas Artes emprende acciones destinadas a acabar con el edificio (cuyo estado de insalubridad y descuido interior denuncian ambos documentos) mientras se niega sistemáticamente a hacer las labores de mantenimiento que se le solicitan. Tampoco ha querido dedicarlo a alguna actividad económica que permita la conservación del Bellas Artes, y en cambio ha solicitado la modificación del PGOU para poder hacer viviendas en ese solar. Su objetivo de destruir el cinematógrafo por etapas con fines lucrativos es de todos conocido (recuérdese el derribo de la cúpula y su negativa a reponerla) pero, en opinión de Áncora, las instituciones no deberían colaborar a este fin sino muy al contrario: preservarlo y ponerlo en valor tal como solicitan todos los expertos en Patrimonio, la Universidad del País Vasco, la propia UNESCO (a través de la alerta emitida por Icomomos) y los ciudadanos.

La tendenciosa afirmación de la propiedad de que el Bellas Artes está en ruina se basa en una sentencia del año 2001 relativa a un concepto económico (porcentaje del valor de reposición) que nada tiene que ver con el estado físico del edificio, cuya supuesta ruina física ha sido desmentida tanto por los técnicos municipales de Urbanismo como por los informes encargados por las instituciones a diferentes empresas especializadas (Teusa, Idom, etc.).

En este sentido, consideramos que resulta lamentable la actuación del Gobierno Vasco que, tras declararlo Bien Cultural de Euskadi (BOPV 6/03/2015), le retiró dicha declaración a raíz de una sentencia (fruto de un recurso presentado por la SADE) que le ordenaba retrotraer el expediente para incluir en el mismo las repercusiones económicas de la declaración, pero que en ningún caso decía que el monumento dejara de ser Bien Cultural.

Tampoco se justifica que la Diputación Foral de Gipuzkoa, que debe velar por la conservación del patrimonio cultural del territorio, mire para otro lado y no participe en la búsqueda y financiación de una solución que permita conservar este monumento, mientras gasta considerables sumas en proyectos innecesarios como la transformación del Koldo Mitxelena (renovado hace 25 años) por un importe de nueve millones de euros más IVA.

En definitiva, desde Áncora creemos que es necesaria una rectificación y colaboración de todas las instituciones vascas (apelando también al Ministerio de Cultura) para solucionar el tema del Bellas Artes, conservando este monumento emblemático de San Sebastián para las generaciones futuras.

*Alberto Fernández D’Arlas, Montse Fornells, Juan Ignacio García Velilla, Eneko Oronoz, Soco Romano y José María Unsain Junta Directiva de Áncora

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