Después del comienzo de la guerra mundial, la ofensiva nazi de mayo de 1940 hizo que un grupo de belgas llegase a Anglet, entre ellos el matrimonio De Greef con sus hijos, Freddy y Janine. Poco después sería derrotada Francia y gran parte de Europa quedaría bajo el dominio nazi. En Bruselas, ya ocupada por los alemanes, una joven de 24 años Andrée De Jongh conocida como “Dedée”, entra a formar parte de los primeros círculos de la Resistencia en los que conoce al ingeniero Arnold Deppé. Se trata de organizar la evacuación hacia el campo aliado de los soldados británicos que han quedado atrapados en territorio ocupado. Ambos organizan un viaje al País Vasco fronterizo donde Deppé ha trabajado antes de la guerra. Aquí pronto echan las bases de los primeros contactos –con los De Greef en Anglet– que permitirán organizar una red de evacuación hacia la España franquista donde, a pesar de las simpatías pro-Eje del dictador, las embajadas aliadas –Gran Bretaña y Estados Unidos fundamentalmente– velan por los intereses del campo aliado. Enseguida “Dedée” entrará en contacto con los británicos a través del Consulado de Bilbao y, a partir del verano de 1941, organiza con la ayuda de los De Greef, el sector Sur o vasco de la red “Comète”. Cuenta con la colaboración y apoyo de Bernardo Aracama que regenta un garaje en la calle Aguirre Miramón de San Sebastián quien le presenta a algunos contrabandistas y entre ellos a Florentino Goikoetxea, del caserío Altzueta de Hernani que vive refugiado en Francia y que se irá finalmente en el guía de confianza de la organización. Tras el comienzo de los bombardeos aliados contra Alemania y la Europa ocupada la red, en contacto con las embajadas aliadas en Madrid, se dedica ya de manera permanente y exclusiva a la evacuación de los aviadores aliados que son derribados en el transcurso de sus incursiones contra el enemigo. Una vez que “Comète” les hace llegar desde sus puntos de recogida en Bélgica, Holanda o norte de Francia, tras un largo, peligroso y complicado recorrido, a San Juan de Luz, comienza la última etapa del viaje que les conduce hacia la libertad. Se trata de atravesar el Bidasoa, penetrar en la España franquista donde les esperan ya los servicios aliados y con su ayuda llegar a Gibraltar desde donde pueden ya encaminarse con seguridad a sus bases en Gran Bretaña para incorporarse de nuevo al combate.
Una vez que los aviadores han llegado hasta San Juan de Luz, son concentrados en Ciboure, en casa de Kattalin Aguirre. Desde allí, de noche, marchan a Urrugne, al caserío “Bidegain-Berri”, donde Frantxia Usandizaga y el refugiado vasco de Hernani, Juan Larburu les acogen mientras se preparan para el paso. De aquí, encabezados por Florentino y con “Dedée” cerrando la fila, se dirigen, de noche, hacia el Bidasoa al que llegan después de unas cuatro horas de marcha. Atraviesan el río, unos detrás de otros, a la altura de “San Miguel”, la antigua estación del ferrocarril del Bidasoa, que todavía hoy en día puede verse antes de llegar a Endarlaza (a la izquierda de la carretera viniendo de Irún, aproximadamente en el km. 83 de la N 121 de Irún a Pamplona) y, una vez allí, suben rápidamente en dirección a Oiartzun, hacia Pagogaña y Erlaitz, adonde llegan generalmente extenuados. La siguiente etapa es el caserío “Sarobe” donde la familia Iriarte Berasategui les acoge mientras descansan para emprender el resto de la travesía, bajar al barrio de Alcibar donde cuentan con el apoyo y colaboración de las familias Garayar y Arbide y llegar al pueblo de Oiartzun para seguir, desde allí, a Rentería donde cogerán el tren que les conducirá a San Sebastián. Aquí, en casa de Aracama o después de su detención en la del matrimonio Armendariz, podrán considerarse ya a salvo. Bernardo se encargará de hacer los contactos con el vice-cónsul belga en San Sebastián, don Luis Lizarriturri o con los servicios aliados que desde Madrid vendrán a recoger a los fugitivos ya a salvo.
Durante su historia la red Comète en el País Vasco sufrirá varios golpes y nazis y franquistas intentarán acabar con ella. El 15 de enero, a causa de una denuncia, caerá el refugio de “Bidegain-Berri”, en Urrugne, siendo detenidos Juan Larburu, Frantxia Usandizaga y la propia “Dedée”, que son deportados a Alemania. Tras la detención de “Dédée” fue su compañero Jean-François Nothomb, conocido por el seudónimo de “Franco”, quien le sustituyó, buscando una ruta alternativa para establecer otros pasos, uno por Espelette y otro por Souraïde en dirección a Elizondo, con la colaboración de Jean Pierre Elhorga y Marthe Mendiara. (El Gobierno de Navarra acaba de publicar un mapa con este itinerario).
El hecho más luctuoso tendrá lugar la víspera de Navidad del año 1943. Florentino se encontraba enfermo con gripe y no pudo participar en el paso del Bidasoa organizado para ese día y mandó en su lugar a dos guías. El río venía bastante crecido. Al mando de la expedición iba Jean-François Nothomb “Franco” que sustituía a “Dédée” tras su detención. El grupo descubierto por la Guardia Civil fue tiroteado en la oscuridad. El piloto norteamericano John Burch y el miembro de la red “Comète” y responsable de la organización en Bélgica, Antoine d’Ursel, conocido con el seudónimo de “Jacques Cartier”, murieron ahogados. El resto del grupo, a excepción de los dos guías y de J. F. Nothomb, fue detenido.
Camino a la libertad: La red de evasión Comète y la frontera vasca durante la II Guerra Mundial.
Otro episodio que se desarrolló a las orillas del Bidasoa tuvo lugar al final de la ocupación, cuando ya los aliados habían desembarcado en Normandía y estaban librando duros combates contra las fuerzas nazis. En julio de 1944 el paso de aviadores había terminado ya pues el frente de combate se encontraba en la misma Francia y los desplazamientos hasta San Juan de Luz resultaban imposibles. Florentino continuaba sin embargo cruzando la frontera, llevando el correo que los De Greef mandaban a los servicios británicos en San Sebastián. A la vuelta de uno de estos viajes, a finales de este mes, los alemanes, que han reforzado la vigilancia de la frontera, le sorprenden de noche cuando ya ha cruzado el Bidasoa y se encamina hacia Ciboure, y abren fuego de ametralladora contra él. Herido de cuatro balazos en la pierna, muslo y omoplato, Florentino cae a tierra. Logra esconder los documentos que trae pero es detenido y conducido por la Gestapo -que no logra arrancarle ninguna frase coherente- al Hospital de Bayona. Rápidamente los De Greef se movilizan y en colaboración con el grupo de Resistencia del Ayuntamiento de Anglet, logran montar un golpe de mano dirigido por dos jóvenes policías resistentes –Antoine Lopez y Jules Artola– que disfrazados de alemanes, le liberan y esconden en Biarritz hasta el momento de la Liberación un mes después.
En total fueron cerca de 800 los fugitivos del terror nazi –aviadores o resistentes– los que lograron escapar a la persecución nazi conducidos o ayudados por Comète. De ellos unos 300 fueron evacuados hacia Gibraltar por la frontera vasca. De 1.500 a 1.700 personas trabajaron en toda su extensión para la red “Comète”. 290 personas perdieron la vida, entre ellas 4 vascos: Frantxia Usandizaga, Juan Larburu, Alejandro Elizalde y Jean Edouard Dassié.
El nuevo libro Camino a la libertad: La red de evasión Comète y la frontera vasca durante la II Guerra Mundial supone un estudio detallado con un importante aporte de nueva documentación a la que se ha podido ir accediendo durante estos últimos años gracias a la apertura de archivos norteamericanos, franceses y británicos aunque los españoles, Guardia Civil y Segunda Bis del Ejército sigan cerrados. Numerosas fotografías y dos planos completos y en color con el trazado de los dos recorridos de la red por el Bidasoa y por el Baztán, completan este trabajo.