Transita el alma por la gran simpatía que siente por la gran nación catalana, escuchó Simplicius a un empresario de esa nacionalidad, vaticinar en TV las nefastas consecuencias que una eventual separación de España traería a Catalunya. Fin de inversiones, huida de empresas, ruina de la nación y miseria de sus habitantes.
Catalanes, con el corazón en un puño, Simplicius no os pide os ruega, que recordéis la profética advertencia que movido del entrañable amor que sentía por sus súbditos, hizo a los secesionistas americanos el rey Jorge III de Inglaterra cuando se estaba gestando el nacimiento de los Estados Unidos de América del Norte. En aquel histórico momento Jorge III inspirado sin duda por el Espíritu Santo, les dijo “No seáis locos, no os separéis ¿no os días cuenta de que si os separáis, os vais a convertir en el pueblo más pobre del mundo?” ¡Qué visión! ¡Qué profeta! ¡Qué gran hombre de estado!
¿Cuándo nos largamos?
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