Hace más de veinte años ya fui a Eslovenia, siguiendo muy de cerca como periodista su proceso de independencia. El principal diario del país, ‘Delo’, adoptó una posición dura contra el proceso que entonces le valió muchas críticas, un poco al estilo de La Vanguardia entre nosotros. Veinte años después, cualquiera que conozca Eslovenia sabe que el gran diario del país es… ‘Delo’. Nadie se lo ha reprochado y así debe ser. ‘Delo’ es hoy un diario magnífico que hace de digno portavoz de una nación libre magnífica.
El movimiento por la independencia que protagonizamos no liga con intereses ni con tácticas personales, por más que todos tengamos nuestros intereses y nuestras tácticas, nuestros egos, muy legítimos. He visto suficientes independencias en mi vida como para explicar algo que ahora puede sonar muy extraño pero que espero que alguien lo recuerde cuando lleguemos a ella: al día siguiente prácticamente nadie pasa cuentas a nadie y nadie puede presentarse de forma creíble como el ‘autor primordial e indiscutible del’ éxito.
Porque la independencia no será la victoria de los independentistas, será una victoria del país entero, con los contrarios a la independencia incluidos. Que no habrán hecho nada para ganarla pero que la tendrán ganada. Como también la tendrán ganada los que se dedican a desmoralizar a la gente, los que ponen pegas a cualquier cosa y los que serían felices de no llegar sólo para poder decir que ellos tenían razón y que nosotros éramos unos tontos engañados y unos inútiles. Incluso será la victoria de los que cobran por sembrar cizaña en todos nuestros campos.
En este contexto, y asumido esto, simplemente no se dejen quitar la posibilidad de ganar, que ahora ya sólo depende de nosotros. Cuando alguien le insulte o le amenace, primero vea si tiene alguna razón para hacerlo; si no tiene ninguna, simplemente obvielo. Cuando alguien le diga que no podemos ganar, ganenle a él con argumentos. Cuando alguien le acuse de tener intereses extraños o espurios, si los tiene será su problema, pero si no los tiene simplemente continúe caminando y trabajando.
Y de aquí al día de la independencia recuerde sobre todo que no importamos nosotros, ninguno de nosotros, porque lo que importa es el país. Y no olvide que no ganaremos nosotros, ninguno de nosotros, sino el país entero. Puede pensar que es cansado, injusto, incluso decepcionante. Pero las fantasías sólo son fantasías y el mundo, amigos, funciona así.
Vicent Partal
Vilaweb