Geografía necesaria

A partir del proceso de la vía catalana por la independencia mucha gente está descubriendo hechos hasta ahora impensables del propio país. Así se ve la pervivencia de la España negra, no sólo en núcleos populares o de poca ambición cultural, sino que hay que incluir al mundo cultural y universitario. Esta es la conclusión que con sentimiento de dolor y tristeza me decía Tom Harrington, la España negra no había desaparecido a pesar de los años de democracia en España. Después de años y años de ser iberista, esto es, de tener un conocimiento a fondo de los idiomas peninsulares y de su cultura, y un conocimiento profundo de Euskadi, cuando ha defendido el derecho y el poder hacer uso de los valores democráticos que tienen los catalanes a decidir su futuro, se le postergado en los ambientes culturales españoles.

La persistencia de una España negra que se ha acercado hacia la catalanidad más asumida, hasta querer y defender el derecho de poder decidir su futuro, gente proveniente de la España profunda de todas las regiones y pueblos que ha quedado decepcionada de la rancia y cerrada forma de hacer política española que creían desaparecida después de treinta años de democracia. La avalancha de personas que han descubierto un pasado histórico que les había sido ocultado. Por ejemplo, al conocer a partir de conferencias, coloquios, semanas culturales, visitas al Centro Cultural del Born de Barcelona, la ocupación criminal de Lleida, etc., O la relación de villas quemadas o el castigo del “diezmo de horca” o “diezmo de galeras” aplicado a los defensores catalanes, la gente se indigna al ser consciente del engaño sobre la propia historia. Lo mismo que si se profundiza sobre el Decreto de Nueva Planta de 1716 y la represión económica o sobre los cargos otorgados casi siempre a manos de militares castellanos y la exclusión de catalanes, o aún el violento deseo borbónico de eliminar la nación catalana. El resultado brutal de la imposición de las leyes de Castilla “por derecho de conquista”.

Muchas personas ahora son conscientes de que detrás del elogio español al “seny catalán” se escondía una falsa alabanza para reforzar la idea de pueblo poco valeroso, “pactista”, es decir, a la larga, débil. La vía catalana, el firme compromiso político, abierto, público, democrático e internacional les ha abierto los ojos. Ahora saben que los catalanes a lo largo de su pasado histórico han sido un pueblo tan firme como el que más; el resto son mezquindades interesadas.

Es necesario un esfuerzo más en geografía, la vía catalana ha hecho descubrir a mucha gente el desequilibrio territorial de Cataluña. Nos ha fortalecido y unido un poco más esta larga hilera de más de 400 km de centenares de miles de personas que, dándose las manos, ha ligado desde el Pirineo hasta los límites de la tierra hermana del País Valenciano. Ahora hay que buscar el espíritu de todos los rincones del país y de todo el mundo por los cuatro puntos cardinales. El territorio es necesario pisarlo, conocerlo, sentirlo, palparlo, escuchar sus acentos tan diferentes, la multitud de riqueza extrema que explica el porqué de su fortaleza incólume a dictaduras, persecuciones y traidores.

Hay que viajar por el país, romper la rutina de ir mayoritariamente sólo hacia el Norte y hacer que la brújula de los viajeros, de las vacaciones, los puentes entre fiestas y de las excursiones amplíen horizontes. Del Pirineo a las Tierras del Ebro, del Empordà y la Costa Brava hasta las Tierras de Poniente, del litoral al interior. De pueblos a ciudades, también de ciudades a los pueblos. La geografía nos acerca, vivirla nos hará más fuertes.

EL PUNT – AVUI