¿Hablamos? ‘¡Ni hablar!’

Las lenguas sirven para comunicarse, pero no sólo para eso. También son transmisoras de unos hábitos culturales y de una cierta visión del mundo, propios de la comunidad lingüística que tiene un idioma determinado como propio. Tanto la cultura que se vehicula, como la perspectiva característica, no tienen por qué representar un punto superior o inferior de calidad, excelencia o idoneidad en relación con otros idiomas, sino que son la expresión de una diferencia: la que corresponde a cada lengua, dentro del mosaico inmenso de lenguas del mundo.

Hace años, preparamos un pequeño ejercicio comparativo entre catalán y castellano que terminó siendo un divertimento. Se constataba como, en aspectos concretos, sin trascendencia aparente, los dos idiomas optaban por unas soluciones lingüísticas que, de hecho, expresaban conceptos absolutamente contrarios para referirse exactamente a lo mismo. La lista inicial de una veintena larga de casos, sin ánimo exhaustivo, tuvo un cierto éxito entre los profesores de catalán para adultos y circuló profusamente, sin citar su procedencia, tal como suele ocurrir. Haciendo memoria, recuerdo algunos casos que son ilustrativos no sólo de la diversidad de perspectivas a que aludía, sino también de una contraposición de puntos de vista, absolutamente opuestos.

Por ejemplo, mientras en cuanto a la mujer de San José, nosotros valoramos la maternidad y, por ello, llamamos ‘Mare de Déu’ (Madre de Dios), en castellano se incide en su virginidad: Virgen María y no Madre de Dios. Maternidad y virginidad son, obviamente, conceptos antagónicos. Mientras celebramos que comienza un año nuevo, fin de año, como el ‘capodanno’ los italianos, hay quien celebra justo lo contrario, que se acaba otro. Como el fin de año español o el ‘fin de l’année’ francés. Nosotros, a los huevos de gallina que no son blancos los llamamos huevos rubios y ellos huevos morenos, conceptos estos, de rubios y morenos, que se oponen con relación al color del cabello de las personas. Al enseñar a alguien a hacer algo le llamamos ‘ensinistrar’ (amaestrar, adiestrar) y ellos adiestrar, palabras que, al margen de toda consideración ideológica, posterior por completo a su uso, sí representan una diferencia de lateralidad: la izquierda y la derecha. Entre un ‘pocavergonya’ (sinvergüenza) y un sinvergüenza hay una distancia colosal: no es igual tener poca vergüenza que no tener nada, que estar sin. Como no lo es mirar a alguien de ‘cap a peus’ (de la cabeza a los pies), de arriba abajo, pues, que hacerlo justo al contrario: de los pies a la cabeza. Ni nombrar los puntos de ganchillo ‘pla y revés’ (plano y revés), frente a ‘derecho y revés’, donde resulta que lo contrario de plano es, paradójicamente, derecho, ‘dret’. No quisiera ser malo, pero sí un poco irónico, al subrayar cómo en catalán ‘hacemos’ y en castellano ‘dan’: un beso, un abrazo, un paseo, un paseo, una conferencia… Muchas situaciones que resolvemos con el verbo hacer, el castellano lo hace con dar. Aquí, pues, si no lo hacemos, nadie nos da nada.

Pero una expresión bastante ilustrativa de una determinada manera de ser son las formas ‘parlem-ne’ (hablemos) o bien ‘ni hablar’ que, a menudo, acompañan la respuesta ante un tema o prefiguran una salida posible a un conflicto. En catalán es muy habitual y casi espontáneo, natural, soltar un ‘hablemos’, como una puerta abierta con respecto al diálogo, a escuchar al otro, proponer, debatir. ‘Ni hablar’ representa justo todo lo contrario: es cerrar de un portazo cualquier posibilidad de negociación. ‘Hablemos’ no implica, en absoluto, tener que dar la razón al otro o admitir la bondad de sus puntos de vista sino, simplemente, hablar, en un ejercicio de doble dirección que también conlleva escuchar. ‘Ni hablar’, en cambio, es la institucionalización del monólogo autoritario y sordo contra la cultura del diálogo. Porque, hablando se entiende la gente o, como mínimo, se escucha. En un Estado donde mandan los del ‘ni hablar’, es lógico que los del ‘hablemos’ queramos largarnos. Que el tres ya está fuera…

EL PUNT – AVUI