El Premio Nobel de Economía 2004, Finn Erling Kydland, aseguró este lunes que no le “sorprendería” que si Catalunya fuera independiente “el gobierno catalán tendría más facilidad para demostrar su credibilidad que el gobierno español en su conjunto”, en referencia a la confianza financiera que un Estado es capaz de generar de cara a los inversores en tiempos de crisis económica. En el marco de una conferencia en el Parlamento de Cataluña, Kydland ha hecho el paralelismo con Escocia y también ha afirmado que si la nación alcanzara la independencia “podría crear el mismo clima de confianza que permitió a Irlanda crecer espectacularmente durante 20 años “.
Kydland, también profesor de economía de
El economista ha criticado las políticas gubernamentales “a corto plazo” y ha reiterado su apuesta por las medidas que prevén un escenario futuro. “Por el crecimiento de la productividad y del capital es muy importante mirar a largo plazo. Las instituciones deben evitar la enfermedad de la inconsistencia en el tiempo”, ha argumentado.
Para Kydland, esta “enfermedad de la inconsistencia en el tiempo conlleva hiperinflación, devaluación y una moratoria de las obligaciones de los gobiernos que finalmente resultan en una falta de credibilidad” de los países de cara a los inversores.
El Nobel de Economía ha lamentado que “desgraciadamente” muchas de las políticas económicas llevadas a cabo para frenar la crisis no han “afectado a la productividad futura” y no han sido “medidas adecuadas”. “Es una incoherencia mirar sólo a uno o dos años vista”, ha destacado.
Para ejemplificarlo ha hecho mención al caso europeo y la “preocupación” de sus políticos para frenar el aumento del paro en los últimos años. Según Kydland, las políticas para generar empleo llevadas a cabo por algunos estados, como el Plan E del gobierno español, son medidas “poco eficientes” que no tienen en cuenta el largo plazo.
“La mejor manera de afrontar un problema de desempleo es asegurándose de que habrá incentivos en la economía a largo plazo, u otras fórmulas más directas, como compensaciones para parados o facilitando el movimiento de trabajadores de sectores que ya no son productivos hacia otros más prometedores”, ha afirmado. Respecto a la solidez del euro, Kydland se ha mostrado partidario de una mayor independencia de los bancos centrales para evitar “presiones políticas”.