Los restos fueron trasladados ayer a san sebastián para su estudio antropológico
La bandera republicana y flores con una cinta en la que se leía “dignidad” presidieron el homenaje dispensado ayer en la fosa
El alcalde de Aibar, José Manuel Martínez Aldunate, acompañado por el concejal del mismo municipio Fermín Martínez, puso ayer en conocimiento del juzgado de Aoiz el hallazgo y exhumación de los restos de cuatro personas que fueron fusiladas durante la Guerra Civil. Los restos óseos de estas cuatro personas que, según diversos testimonios corresponderían a Blas Dolorea Baztán, Segundo Dolorea Martínez, José Oneca Benedit, de Cáseda, y Gregorio Oroz Buey, de Sangüesa, fueron trasladados pasadas las dos de la tarde a San Sebastián donde los forenses de la Sociedad Aranzadi procederán al análisis antropológico y confirmar su identificación.
Las labores para la exhumación de estos restos humanos se iniciaron después de que el Ayuntamiento de Aibar solicitó permiso al Gobierno de Navarra para estudiar el terreno Fuente del Garrero, situado en el alto de Aibar. Tras las prospecciones mediante georradar y la excavación de la fosa, el pasado miércoles salieron a la luz los esqueletos de las cuatro personas que desaparecieron tras ser detenidos el 1 de septiembre de 1936 por la guardia civil de Cáseda. Se supo entonces, y así se recoge en el libro “Navarra 1936. De la Esperanza al Terror”, que dos días después de la detención fueron fusilados en el Alto Aibar. “El 1 de septiembre los periódicos dan la noticia de que con motivo de la detención de Félix Larragueta en Sangüesa, la Guardia Civil de Cáseda” detuvo a cuatro personas más que fueron fusiladas.
En los años setenta se intentó la localización pero no aparecieron ya que en otras exhumaciones los restos aparecían a los 50 o 60 cm de la superficie y éstos han sido localizados a una profundidad de dos metros.
Ayer por la mañana, sobre las diez, el alcalde de Aibar y el citado concejal se dirigieron a Aoiz para, según se establece en el artículo 13 de la Ley de Memoria Histórica, poner dicho hallazgo en conocimiento de la Justicia con el fin de que se abra el expediente y se autorice a los familiares de las víctimas a disponer de los restos. Fuentes jurídicas explicaron que también se podrá proceder a la reparación de daños a los familiares de las víctimas.
Los cuerpos se encontraban a dos metros de profundidad junto a la actual vía NA-534 en el paraje Fuente del Garrero de Aibar. “El Ayuntamiento de Aibar -explicó el alcalde- tenía con ellos una deuda histórica” y para sus familias era “algo que tenían pendiente”. “Nos alegramos mucho” del resultado, dijo, y recordó que se han empleado diversos medios, desde quienes tenían información sobre el enterramiento en este lugar hasta las habilidades del zahorí. A la exhumación asistieron familiares de los fusilados así como vecinos de Aibar y Cáseda, aunque de este segundo Ayuntamiento no hubo representación ni tampoco del PSN o la UGT, organizaciones a las que pertenecían los fusilados.
Presididos por una bandera republicana y un ramo de flores en cuya cinta se leía “dignidad”, el alcalde de Aibar señaló que el de ayer era un acto de “homenaje” a quienes fueron asesinados “por defender la justicia y la libertad”, punto en el que criticó que “los herederos” del franquismo puedan sentar en el banquillo al juez Baltasar Garzón por intentar arrojar luz sobre aquellos crímenes. En el mismo sentido se pronunciaron los presentes en el acto, que de manera improvisada acordaron adoptar alguna iniciativa en defensa de Garzón.