Una mayoría política minoritaria

Dice el activista de los derechos civiles y pastor protestando Jesse Jackson que “una minoría organizada es una mayoría política”. Esta es la mejor definición del sobiranismo cívico que ha nacido y crecido al calor de las consultas populares. Sin una oposición frontal españolista, como la que sí sufren en Euskadi, los soberanistas catalanes han ido convenciendo a nuevas capas sociales ante la indiferencia o la curiosidad de los que tienen vínculos emocionales o económicos con España. Y sin oposición civil mayoritaria, la minoría civil organizada pasa a ocupar el centro político y social.

El movimiento viene avalado por la buena organización, el talante impecablemente democrático y la aceptación política del adversario. En este sentido, no es una anécdota que un 18 por ciento de los votantes de Cardona votaran ayer negativamente, porque significa que las reglas de juego ganan adeptos y que las diferencias sólo se ven en el resultado de la partida.

Pero hay retos que la coordinadora tendrá que superar. Por un lado, las próximas convocatorias no se llevarán a cabo en municipios precisamente soberanistas, y esto puede generar una cierta frustración si la participación es baja. De la otra, la proximidad de las elecciones podría centrifugar a la coordinadora nacional, porque algunas de sus caras públicas acabarán en listas electorales diversas. Es muy legítimo. Pero alguien podría pensar que las consultas han sido un trampolín, y por esto habrá que explicarlo bien.

 

Publicado por Avui-k argitaratua