Colonia maritima para la caja de ahorros

Sukarrieta

Análisis de valores que acreditan la solicitud de incoación del expediente de declaración de Bien Cultural Calificado con la categoría de Conjunto Monumental de rango Arquitectónico, Urbanístico y Paisajístico, para la.

Colonia maritima para la caja de ahorros

SUKARRIETA (Bizkaia)

Iñaki Uriarte

Arquitecto

 

2009

 

Sinopsis histórica

 

Se trata de analizar desde varios aspectos el edificio, las dotaciones complementarias y su entorno ajardinado construidos en una comarca agrícola junto a un estuario, para acoger un programa de asistencia a la infancia desarrollado en forma de residencia con estancias temporales de niños y niñas de diversos centros escolares de Bizkaia con afecciones de salud para su mejora en un ambiente natural excepcional. Pionero en sus aspectos de higiene escolar, pedagogía, fortalecimiento físico, medicina infantil y también comprensión del medio ambiente, equiparable a lo más avanzado que se realizaba en algunos países europeos y que suscitó un enorme interés en otros lugares durante muchos años.

 

Fue patrocinado por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Bilbao, que en aquella época era la tercera en importancia en el Estado, de acuerdo a sus estatutos que proclaman en artículo 26: “El resto (de los fondos de reserva) se destinarán a las atenciones siguientes: b) A promover, crear, sostener o auxiliar las obras o instituciones benéficas, sociales o de cultura popular a que se refiere…”

 

La colonia se construyó en un paraje expresamente elegido de enorme belleza en la cuenca hidrográfica del río Oka, junto la desembocadura de la ría de Gernika-Mundaka y en el término municipal que entonces se llamaba Pedernales, actual Sukarrieta, sobre las preexistencias de una finca con una edificación conocida como Ama Begoñako Etxia, que fue donada por la familia Allende Salazar para realizar esta iniciativa social de la Caja de Ahorros y que dio nombre al conjunto: Colonia Escolar de Nuestra Señora de Begoña.

 

El proyecto fue encargado al gran arquitecto vasco Ricardo de Bastida (Bilbao, 1879 – 1953) definiéndolo como Colonia Marítima para la Caja de Ahorros, quien concibió en 1920 una primera edificación, de acuerdo al contexto donde se situaba en estilo que genéricamente se denominó regionalista, en este caso neovasco, prescindiendo de estilos academicistas. Es decir, una obra en la que destacan los recursos compositivos y formales de la arquitectura tradicional popular vasca. Construido en hormigón armado con las esquinas y los vanos imitando la clásica sillería y fachadas de mampostería con arkupes de arcos en las logias de las plantas nobles o primeras, madera en vigas de dinteles de solanas y ventanas de las segundas plantas y así como en los canes, abundancia de entramados imitando madera, y cubiertas con los faldones acentuados en teja de cerámica roja, confiriendo al edificio por su tipología una bella volumetría y dotándole de un importante valor ambiental El conjunto urbanístico y arquitectónico se desarrolló en tres fases 1920-25, 1929 y 1935 todas ellas proyectadas y dirigidas por Bastida.

 

El edificio inicial para la residencia se inauguró el 13 de agosto de 1925 convirtiéndose en un gran acontecimiento social y ya desde el mismo verano de su apertura tuvo un enorme éxito de asistencia de escolares cuya atención se asignó a la Orden de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana que se mantuvieron hasta 1982.

 

Se trata de una construcción de planta baja, algo elevada del terreno, y otras dos más, la superior bajo una amplia cubierta y un semisótano. La fachada, de 31 metros de longitud, no simétrica formalmente pero compositivamente similar a ambos lados de los tres vanos de su centro. El central, está presidido por la amplia escalera de acceso a la planta principal con su porche de arcos rebajados. En la planta superior, sobre ellos una solana con tres balcones rematados con dinteles de grandes vigas de madera lo mismo que las ventanas en los cuerpos laterales. La planta bajo una cubierta a cuatro aguas de notable pendiente, se ilumina mediante amplios ventanales, a modo de txoritoki, situados en los ejes de los vanos extremos.

En la fachada vertical  y también el centro de las restantes.

 

Poco después se vio la necesidad de una ampliación con otra edificación que se situó a la izquierda del primero unido a éste por un cuerpo menor y más retranqueado de 18,5 metros de frente y con cubierta plana para enfatizar los volúmenes principales. Con una fachada más reducida de 17 metros y resuelto con similar repertorio formal pero simplificado y que con acertado criterio estableció, tanto la línea de alero de su cubierta con los faldones asimismo a cuatro aguas, como la cumbrera a la misma altura, inaugurándose el 13 de agosto de 1929. En este volumen intermedio se dispuso transversalmente la capilla.

 

Posteriormente, en junio de 1935 se adquirieron más terrenos, 16.434 m2 en la parte delantera pertenecientes al caserío Abiña para, además de ampliar el recinto, con un inusual criterio urbanístico ambiental proteccionista, evitar que otras posibles construcciones próximas pudieran alterar el admirable equilibrio entre privacidad, arquitectura y entorno natural.

 

Se construyó otro nuevo edificio a la derecha del original de tamaño similar al segundo con 20 metros de fachada con tratamiento idéntico a los anteriores pero distinta composición, aunque igualados muy acertadamente todos en la línea del alero y altura de cubierta, asimismo a cuatro aguas. El tramo entre estos dos se proyecta con sensato criterio y se realiza a modo de galeria de paso con otro volumen intermedio más retirado de 12,5 metros de frente y de menor altura pero similar al primer cuerpo de enlace. Junto al edificio inicial se erigió una torre más sobresaliente a modo de observatorio con reloj singularizando el conjunto y que como hito emergente es una referencia visual de amplio dominio.

 

Nuevamente en 1942 se compraron unos 20.000 m2 a la finca contigua hasta llegar a los 78.000 m2 de la actualidad, con una zona agropecuaria dotada de granja, huertas, caballos, arbolado de muy variadas especies para dedicarla a más vegetación, área de cultivo y zona deportiva con frontón, campo de fútbol, piscina, etc. En 1949 se procedió a desecar y rellenar una parte de la marisma para poder agrandar el espacio de jardines y estancia anexo a los edificios.

 

El conjunto edificado, sin otras ampliaciones volumétricamente notables pero con algunas lógicas reformas posteriores de relativa importancia para adaptarse a las necesidades educativas y condicionantes normativos que no han afectado a su concepto compositivo, se mantiene con idéntica prestancia que en su estado primigenio. En la actualidad constituye una unidad arquitectónica sumamente coherente y con una disposición predominantemente alargada a lo largo de su fachada principal de 98,5 metros de longitud total en la que sobresalen los tres volúmenes descritos, uno central y dos en los extremos, homogeneizados con un similar tratamiento formal de la cubierta.

 

Oportunamente orientado hacia el sur y perpendicular al cauce de la ría priorizando el asoleo como recurso y cualidad saludable dada su función asistencial, frente a otro emplazamiento que hubiese enfatizado las vistas del estuario y a su vez se protege de los vientos del norte con una densa masa arbórea.

 

 

Con similar criterio debe considerarse el edificio de menor tamaño y algo distanciado del conjunto destinado a portería que se encuentra junto a la entrada construido con idéntica calidad y repertorio tipológico. Es probablemente la obra de Bastida más importante e interesante realizada en estilo neovasco.

 

A su vez es una de las actuaciones más relevantes a la vez que ejemplar en Euskal Herria, en que el entorno interactúa con la arquitectura proporcionando al edificio, que se beneficia de su alrededor, una recualificación paisajística; y recíprocamente, la edificación, con un sensato y sensible proyecto en su lenguaje constructivo y repertorio formal, volumen y textura, aporta al entorno una integración afortunada. En esta simbiosis naturaleza y arquitectura, ambas de extraordinario valor, constituyen una misma unidad indisociable.

 

La sobresaliente intervención de Ricardo Bastida, revela una vez más su talento, poniendo en valor toda la riqueza latente en la orografía e hidrografía circundante mediante un proyecto de gran generosidad espacial con un exquisito y proporcionado equilibrio entre la preexistencia, una extraordinaria naturaleza y los edificios insertados, de modo sumamente respetuoso con una arquitectura de gran calidad. Esta brillante conjunción ha quedado en la historia de la arquitectura vasca del siglo XX como un hecho cultural magistral.

 

A partir de 1982, de acuerdo a los nuevos tiempos educativos la Colonia modificó su orientación dedicándose a la formación medio ambiental. En un convenio con Eusko Jaurlaritza se decidió su conversión en un centro para divulgar a la infancia entre los siete y trece años, en estancias semanales y de fin de semana, el aprecio, respeto y aproximación a la naturaleza y el equilibrio ecológico en un entorno de convivencia con el agua, la ría, el bosque y el caserío, y consecuentemente el planeta.

 

El objetivo de esta protección que se solicita es también fundamentalmente un reconocimiento de la validez actual de una arquitectura para el uso que fue construida: un programa de notable utilidad pedagógica, que se mantiene todavía vigente tantos años después sin apenas alteraciones. Testimonio modélico de que cuando se hace algo bueno en su tiempo es válido para siempre.

 

La nueva actividad, desarrollada en el estuario de la Ría de Gernika-Mundaka casi coincidió con la consideración de la totalidad de la cuenca hidrográfica del Oka como Reserva de la Biosfera de Urdaibai declarada por UNESCO el 8 de diciembre de 1984.

 

Posteriormente, el 6 de julio de 1989 Eusko Legebiltzarra (Parlamento Vasco) aprobó la Ley 5/1989, de Protección y Ordenación de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, estableciendo el régimen jurídico específico adecuado para la protección de este territorio así como para regular cualquier actividad que se realice en el suelo rustico común.

 

Poco después, en 1990 se constituyó el Patronato de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y en 1993 el Departamento de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente de Eusko Jaurlaritza redactó el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de dicha Reserva que tiene competencias para su gestión en todo este ámbito.

 

 


Análisis de valores

 

La Colonia Infantil de la actual Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) en Sukarrieta creada en 1925 es una obra social de extraordinaria importancia en los ámbitos sanitarios, educativos, arquitectónicos y paisajísticos. Por sus diversas características y en un paraje urbanístico excepcional reúne las suficientes cualidades para hacerla merecedora de su reconocimiento como Bien Cultural Calificado fundamentadas en los siguientes valores: histórico, científico, social, arquitectónico, urbanístico y paisajístico.

 

 

1. Valor histórico.

 

Se trata de una acción social trascendental en sus dos aspectos fundamentales el asistencial y el arquitectónico iniciada en 1925 y culminada en 1935, por su carácter anticipado y su total vigencia actual, y consecuentemente de suma importancia para la historia de Euskal Herria.

 

Todos sus elementos constructivos originales y sus espacios exteriores existentes en la actualidad se conservan en perfecto estado funcional y formal.

 

 

2. Valor científico.

Como ha quedado expuesto en las necesidades que motivaron su construcción las atenciones dispensadas a los niños y niñas alojados supusieron una innovación con apenas referencias equiparables. Representa un avance médico higiénico sanitario extraordinario comparable al que en aquel tiempo se practicaba en los dos países más adelantados en esta materia Bélgica y Suiza. Su desarrollo es un logro científico único consecuencia de un estudio preciso de las necesidades de una población con unos graves problemas propios de la penuria social de un amplio periodo de años, por lo que adquiere una importancia extraordinaria.

 

La nueva actividad desarrollada desde 1982 de concienciación medio ambiental, sustituye conceptualmente a la función original pero, destinada a un mismo tipo de población infantil, tiene idéntico rango de interés didáctico formativo.

 

 

3. Valor social.

 

Es una obra asistencial que hasta el presente durante 85 años ha significado por su trascendencia y utilidad colectiva un elemento de prestigio que supera su carácter local, adquiriendo una amplia repercusión. Su modelo formativo-educativo ha sido además de muy reconocido también visitado y admirado por ilustres personalidades de lugares muy diversos a lo largo de su historia.

 

Asimismo, a las decenas de miles de criaturas que allí pasaron una estancia sumamente importante para su formación personal y a sus familias  ha creado una afección sentimental de entrañabilidad y sentido de pertenencia al lugar que no puede ignorarse y que posee un enorme valor inmaterial.

 

A su vez es una referencia profundamente arraigada en la sociedad que la utiliza y disfruta en su condición de lugar formativo del que se siente orgulloso.

 

 

4. Valor arquitectónico.

 

Los edificios de la finca, incluido el de la entrada o portería, desde un análisis compositivo y formal constituyen por su acertada conjunción y coherencia una obra arquitectónicamente bella. Representa un momento culminante de la arquitectura denominada neovasca. La calida y el excelente estado de conservación de los edificios obliga a la necesidad de su perpetuación para generaciones futuras como testimonio de una arquitectura irrepetible y no muy abundante.

 

Su autor, el reputado arquitecto Ricardo de Bastida logra en ese proyecto una de sus obras más destacadas muestra de su sensibilidad ambiental, conocimiento del entorno, cultura arquitectónica y maestría constructiva.

 

La necesidad de conservar las obras de sobresalientes arquitectos vascos como Bastida, incomprensiblemente bastante alterada o amenazada, Alhóndiga y Centro de Desinfecciones de Zankoeta en Bilbao o Galerías de Punta Begoña en Getxo, es una razón adicional que justifica la necesidad de su mantenimiento en las debidas condiciones de respeto a la obra y su espíritu primigenio.

 

 

5. Valor urbanístico.

 

Su implantación en un espacio geográfico de excepcional calidad y también fragilidad es ajustada a las necesidades requeridas constituyendo una referencia singular. Las dimensiones del edificio, su disposición en el terreno y las sucesivas ampliaciones y reformas han sido totalmente coherentes estando presididas por una prudencia exquisita que como consecuencia le otorgan un excepcional interés espacial. Como síntesis de todo ello logra una armónica inserción en el entorno de la marisma y constituye desde su construcción una referencia sublime.

 

 

6. Valor paisajístico

 

En su consideración propia paisajística, como jardín sin exclusivas pretensiones ornamentales o estilísticas, sino funcionales más que formales, es una creación muy adaptada a la topografía en sintonía con las mejores realizaciones de su época y adecuada a las exigencias ambientales, climatológicas, educativas y antrópicas. Esta valoración debería incluir todas las especies arbóreas de la finca, que están debidamente rotuladas, dando sentido y aportando riqueza forestal favoreciendo un microclima además de formar una protección visual.

 

La colonia ha creado un importantísimo episodio paisajístico. Un conjunto arquitectónico monumental afortunadamente insertado con un protagonismo determinante está vinculado orgánicamente a un espacio verde y a la panorámica excepcional de un estuario rodeado de una abundante vegetación. Un recinto ajardinado que refleja de modo inmediato el gusto y sentido de la natura artificialis y su coloquio con la natura naturalis sobre un fondo amplio. Un elogio del equilibrio, la espacialidad y el entorno.

 

 

Todos los principios de la Convenzione Europea del Paesaggio celebrada en Firenze en octubre de 2000 y ratificados en la 5ª Conferencia del Consejo de Europa celebrada los pasados 30 y 31 de marzo de 2009, son aplicables a este recinto y su amplio entorno

 

 

Por lo que desde el punto de vista paisajístico merece ser declarado Lugar de Interés Comunitario y desde un análisis más amplio, como paraje histórico y artístico con abundantes referencias tradicionales de la cultura propia de nuestro pueblo a lo largo de los siglos, en un ámbito casi coincidente con la Reserva de la Biosfera, constituye un territorio de alto contenido cultural.

 

Una sociedad con una mínima autoestima no sólo debe conocer, sino defender y difundir con verdadero espíritu cultural colectivo, no como un espectáculo para masas turísticas. Todos estos elementos contribuyen a la constitución de un Paisaje Cultural, en su categoría de paisaje evolutivo vivo, para lo cual próximamente se solicitará su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de UNESCO.

Conclusión

Para la correcta persistencia y percepción de la totalidad del conjunto, edificios y espacios arbolados, es preciso definir un entorno de protección que apreciando su función social desarrollada, considere aspectos topográficos, ambientales, sonoros, visuales, culturales, en definitiva patrimoniales con criterios más amplios y precisos que un rutinario parámetro aritmético-geométrico.

 

Es necesario que esta delimitación ponga en valor su esplendidez espacial, propia de la época evidenciando la singularidad de la implantación de una arquitectura bella, coherente y volumetricamente equilibrada en una naturaleza excepcional, asegurando una extensa contemplación de todo el ámbito de la Colonia.

 

Obviamente la declaración de Bien Cultural Calificado, además de garantizar su protección jurídica, lograría un mayor interés social que propiciaría su mejor conocimiento y difusión y en definitiva supondría la aceptación explícita de su indudable relevancia como un Paisaje Cultural.

 

Se trata por tanto de valorar administrativamente y proteger legalmente la validez de un programa social educativo como Bien Cultural Inmaterial, desarrollado en un ámbito con un extraordinario edificio y su dominio ajardinado considerándolos como Bien Cultural Calificado con la categoría de Conjunto Monumental de rango Arquitectónico, Urbanístico y Paisajístico.

 

 

Iñaki Uriarte

Arquitecto

 

Bilbao, 5 de febrero de 2010, Agate Deuna. Versión ampliada de la redactada el 9 junio de 2009.