Octubre ha sido un mes de celebraciones para los nacionalistas españoles. Primero fue el 12 de este mes, día de
Y no es habladuría. Su falta de respeto por nuestra lengua, nuestra identidad y nuestras decisiones es algo que he podido comprobar una y otra vez a lo largo de tantos años. Y ahora pretenden que celebremos una ley orgánica como si fuese la máxima expresión del derecho a decidir. Pues no.Un Estatuto es la oferta que los estados hacen a los pueblos que luchan por su independencia. Cuando los imperialistas británicos vieron que crecía el sentir independentista en
Semejante idea irracional no se sostiene. Los cuerpos colectivos, al igual que las parejas humanas, tienden a una mejor convivencia cuando hay afinidad de gustos, afectos, sentimientos y un pasado y una memoria compartida. Cuando los estados alteran la composición demográfica en favor de sus intereses políticos siembran la semilla del conflicto y de la discordia. El Estatuto no es “el pacto constituyente” del pueblo vasco, como suele afirmar Joseba Arregui.
Nunca un mero pacto o acuerdo es la esencia de una comunidad humana. El pueblo vasco ya existía mucho antes y existirá después del Estatuto, que es una norma pensada por los constitucionalistas para asimilar a Euskadi dentro de España y hacer desaparecer nuestra identidad nacional. No lo lograrán.