¿LES suena a algo el encabezamiento de este escrito? A mí me tiene en un vilo porque ahora que hemos votado, hemos hablado y algo hemos decidido, parece ser que Navarra no decide, que alguien desde fuera quiere sustituirnos; ahora sí que quieren sustituir nuestra decisión. Ahora sería el momento de convocar una manifestación para que nadie decida por la ciudadanía navarra.
Las fórmulas de gobernabilidad, en pura lógica, deberían asumir la representación más correcta de las diferentes sensibilidades expresadas en las elecciones. Los resultados son los que son y si la población no ha optado por mayorías absolutas la vía del pacto es perfectamente democrática. No se trata de engañar al electorado ni mucho menos de traicionarlo como a veces se escucha o se lee. Cada persona sabe perfectamente que su voto tiene el valor de sumar, pero que, si esa suma no es de mayoría absoluta, la pluralidad es la que sale ganando y, en buena lógica, el pacto entre diferentes sensibilidades que coinciden en querer un cambio de gobierno y de forma de gobernar, como es el caso, está legitimado y es mucho más democrático que cualquier otra fórmula.
¿Y dónde y quién debe decidir la forma de gobierno que queremos en Navarra? Durante el largo periodo preelectoral que se extiende desde el 14 de marzo de 2004 al 27 de mayo de 2007 ha habido una machacona utilización de Navarra como cuestión de Estado: el PP metiendo miedo con la venta de Navarra no se sabe muy bien a qué precio; el PSOE diciendo que Navarra será lo que los navarros y navarras quieran; UPN-PP sacando pecho por una Navarra suya , inamovible; Batasuna alardeando también de su Navarra, centro de Euskal Herria; y ¿ETA? Ya sabemos lo que dice, no hay nada que decidir, Navarra es clave en la territorialidad de Euskal Herria y ojo con ponerlo en duda.
Las manifestaciones y las declaraciones sobre anexionismo, soberanismo, transitoria 4ª sí, transitoria 4ª no, Nafarroa euskaldun , Nafarroa Euskadi da , Navarra foral, Navarra española… se han sucedido a lo largo de muchos años, pero sobre todo han sido obsesivas en los últimos tiempos.
Me voy a centrar un poquito en la famosa manifestación de marzo pasado en Pamplona, mani organizada por UPN y pagada por el Gobierno de Navarra, o sea, por toda la ciudadanía, sea ésta euskaldun , española, foral, soberanista o transitoria de 4ª. Allí se concentró la flor y nata de la esencia de la democracia, pero que, casualmente, confundía interesadamente sus deseos con los de toda una comunidad y por lo tanto, la citada concentración tenía de todo menos democracia. ¿Pero recuerdan lo que se quería defender? Que Navarra, española por supuesto, ya ha decidido lo que es y que por lo tanto eso es inamovible; y ojo con plantear que Navarra es plural porque, en palabras del presidente en funciones, “la pluralidad no existe” (igual lo incluyen en el Guinness en el ranking de frases más democráticas) y mucho cuidadito con los que quieren decidir por Navarra.
Pero llega el 28 de mayo y aquí nadie se acuerda de que “Navarra está en venta” ni de la manida frase “Navarra será lo que la ciudadanía quiera”. Navarra ha votado por el cambio; no le ha dado la confianza mayoritaria al anterior Gobierno y ha dicho lo que quiere. Pero, hete aquí, que los que se echaban a la calle porque, interesadamente así les convenía, había que defender que nadie extraño dijera lo que es Navarra, vienen ahora a decirnos a nosotros y nosotras que da igual lo que hayamos dicho querer, que conviene al partido de la derecha española que UPN siga gobernando en Navarra y que, lo que antes se denunciaba como utilización de Navarra como moneda de cambio, ahora es la defensa de la lista más votada: Navarra por Canarias. A esto le podremos dar diversos nombres, si no queremos volver a repetir lo de “venta a intereses ajenos”, “moneda de cambio”, “chantaje”; podemos decir que es una chapuza, que es una sinvergonzada y ¿quizá una traición?
Pero es que el PSOE, por estrategias interesadas a nivel estatal (Madrid dixit) , se olvida de aquello de “lo que quieran las navarras y navarros” y se muestra dispuesto a obligar al PSN y a su candidato Fernando Puras a ir tragándose poco a poco aquello de que se siente “presidente de un Gobierno de cambio”, de que se había dado cuenta de que “la ciudadanía navarra se ha expresado claramente por el deseo de cambio”…
Termino volviendo al principio. Es el momento de llamar a la ciudadanía de Navarra para que públicamente se manifieste por las calles de Pamplona en defensa del lema ‘Navarra no está en venta’, ‘los navarros y navarras hemos dicho lo que queremos’. ¿No está en peligro Navarra cuando se quiere utilizarla como moneda de cambio con Canarias o cuando se la quiere utilizar para contrarrestar la oposición salvaje al presidente del Gobierno de España? Si el señor presidente en funciones recoge el guante, me apunto a ayudarle a llevar la pancarta. Por el contrario, si no se siente con ánimos, que lo entiendo, algún otro grupo político o coalición debería tomar la iniciativa porque estamos en un momento muy delicado.