Esta Historia de Navarra sigue un hilo conductor que pone de relieve el papel del Estado navarro en tanto que expresión política de la nacionalidad vasca.
En ella se destacan aspectos normalmente minimizados e ignorados por la historiografía más habitual, mayoritariamente reacia a considerar la peculiaridad del hecho vasco.
Es una invitación a la reflexión a partir de la relectura de documentos y trabajos historiográficos, junto con la propia investigación del autor. También, es un reto para el debate sobre la identidad de Navarra como realidad política histórica, y de Euskalerria como realidad humana en la que se asienta aquella.