Monumentos a las víctimas

El 22 de abril en Euskalduna Jauregia de Bilbao,con finalidad política electoral y presidencia del Lehendakari de la Comunidad Autónoma Vasca o Euskadi, como también es conocida, se hizo un “homenaje a las victimas del terrorismo”, en realidad a unas, y posiblemente se inaugure un monumento más de la misma serie. La cantidad de franquicias que se han creado en los últimos años con el título de victimas de terrorismo es tan asombroso como sospechoso. Se han convertido en mayoristas que explotan colectivamente justos sentimientos privados. Su vínculo común es estrujar económicamente a todo tipo de administraciones para con lo obtenido, como se ha demostrado reiteradamente, sus dirigentes darse una opípara vida, viajes, lujos, despilfarros impensables, y hacer campaña pública para el PP.

La primera extrañeza, más propiamente escándalo, es la creación en el seno de dicho gobierno de una Dirección de Atención de Victimas del Terrorismo, como si no hubiese ningún estamento adecuado para esa función. Ya existían organismos de atención social y un Departamento de Derechos Humanos que pueden asumir perfectamente dicha tarea. Un absurdo cargo oficial hecho a medida de la oportunista Sra. Maixabel Lasa, y su ayudante Txema Urquijo, remunerados desmesuradamente como una consejería y probablemente a perpetuidad. Además de un desprecio a la sobriedad del gasto público, su parcialidad resulta provocadora.

En Euskal Herria, que es un territorio algo más extenso que la comunidad citada, hay víctimas mucho más olvidadas, si no despreciadas, que requieren reconocimiento, atenciones y también otros monumentos. Por lógica deberían ser de gran relevancia artística elegidos por concurso entre artistas. La causalidad victimaria es bastante diversa, enumerándose algunas como orientación.

A LAS VICTIMAS DE LA TORTURA, execrable práctica policial practicada en la actualidad tanto en España como en nuestro país, existiendo numerosísimos testimonios algunos muy recientes. Podría haber varios emplazamientos en lugares estratégicos y de buena visibilidad para que fuesen perceptibles de lejos e incluso iluminados por la noche como por ejemplo en la autopista A-8 en las cercanías de Intxaurrondo, incluso aprovechando el preceptivo 1 % del presupuesto de toda obra pública, actual reforma, que debe aplicarse al fomento cultural o en la Ría de Bilbao, enfrente del Guggenheim, en la curva de La Salve.

A LOS TIROTEADOS en los criminales controles de las fuerzas de ocupación Guardia (in)Civil y Policía Nacional (sic); existen paraje simbólicos donde perpetuar esa memoria, como Benta Berri en Donostia.

A LOS FUSILADOS Y DESAPARECIDOS por la sublevación fascista de 1936, que parecen olvidados, un drama en muchísimos pueblos de nuestra tierra cuyas tapias de los cementerio fueron paredones de ejecución, como en la Vuelta del Castillo en Iruñea.

A LOS ASESINADOS en las numerosas manifestaciones que el pueblo vasco ha debido protagonizar en la defensa de sus más elementales derechos al trabajo, la salud, la lengua o la libertad de expresión, recordemos. Erandio, Euskalduna, Lemoiz, etc.

A LAS VICTIMAS DE LA VIOLENCIA CONYUGAL, familiar, no siempre doméstica. Son actualmente numerosísimas pero parece que con los programas de telebasura, entre ellos ETB, quedan redimidos.

A LOS FALLECIDOS en los excesivos accidentes de trabajo en obras públicas, viviendas, fábricas, puertos, etc. por una precariedad de medios de protección y procesos laborales.

A LOS MUERTOS EN ACCIDENTES DE TRÁFICO, victimas de una notable negligencia en las infraestructuras que priorizan las autopistas de pago y retrasan los grandes ejes viarios como la N-I hasta hace muy pocos años. Particularmente, debería recordarse a aquellos trabajadores emigrantes que en sus traslados entre África y Portugal y el norte de Europa perdieron su vida en tierras de Euskal Herria, país que para sus familiares puede connotar un mal recuerdo. Un monumento en un lugar de paso como Etxegarate aportaría al menos el consuelo de que su última presencia en la tierra fue en un noble pueblo que los memora.

Esta cadena de asociaciones, manipuladas por los herederos del fascismo, el PP, todavía pretenderá que debamos hacer un homenaje de desagravio a Melitón Manzanas, a Carrero Blanco, a la Guardia Civil, etc.

Este acto es una escenificación de oportunismo vacío de autenticidad y repleto de hipocresía. Es un acto que pisotea la memoria e insulta la dignidad de miles de vascos. Lo que se anuncia, ética y equitativamente erróneo, es un impresentable festejo hábilmente manipulado por la llamada Dirección de Victimas, que por lo demostrado es de sentido único, para justificar su existencia. En ciertos ambientes españoles cualquier cosa con el acrónimo ETA tiene una aceptación populista que hay que aprovechar al máximo durante este tiempo final. Una inadmisible provocación que debería, por elemental autoestima, ser respondida con una manifestación de protesta.

* Observador socio urbano