Mikel Zuza
SIGO CONFIANDO EN QUE EL 13 DE MARZO SEA CONSIDERADO ALGUNA VEZ COMO EL DÍA DE NAVARRA
El 13 de marzo de 1328, hoy hace justo 694 años, las Cortes de Navarra reunidas en Puente la Reina, aceptaron a Juana II y Felipe III como sus legítimos reyes. Asistieron 8 ricos hombres, 43 caballeros, los Infanzones de Obanos, agrupados en las comarcas de Miluce, Ribera, Irache y Obanos, y 26 buenas villas, a las que luego se fueron añadiendo otras 18 más.
No había representado ningún eclesiástico, probablemente porque algunas cosas no cambian nunca por mucho tiempo que pase, y los curas sólo se mojan, políticamente hablando, cuando ya saben quién va a ser el que mande.
El caso es que decidieron entre todos destituir al gobernador que había impuesto el rey de Francia, confiando la dirección del país a dos ricos hombres con el título de regentes: Juan Corbarán de Lehet, álferez del reino, y Juan Martínez de Medrano (que es quien yo creo que está representado en las portadas de Larrangoz, Lizoain, Redín y Ardaiz).
Juraron pues guardar el reino para la legítima heredera, Juana de Navarra, ayudarse mutuamente a defender el país y se comprometieron a adoptar todas sus decisiones “todos juntos por unanimidad o por mayoría de votos”. La futura monarca debería jurar “según Fuero, uso e costumbre del regno de Navarra”.
Tengo para mí por tanto que este día, el 13 de marzo, es el que realmente debiera celebrarse como fiesta del Día de Navarra, ya que como fiesta civil -cambiarla simplemente por la fiesta religiosa de San José no costaría absolutamente nada, administrativamente hablando- resulta evidente que esta primera reunión de Cortes con atribuciones verdaderamente importantes de nuestra historia, merecería ser recordada de forma especial. Porque con todas las salvedades y escrúpulos que queramos hacer, no deja de ser lo más “democrático” que en aquella época (y casi hasta la nuestra) podremos encontrar en nuestra Historia.
Por eso durante los años de la dictadura nadie reivindicó el recuerdo de esta reunión, y supongo que por eso mismo también tras la transición el Gobierno de Navarra escogió mantener el tres de diciembre como Día de Navarra. Mejor conmemorar a un santo que murió en donde Buda perdió el sombrero que mostrar un verdadero compromiso con nuestra memoria histórica recordando a unos representantes que dieron el peligrosísimo ejemplo de votar para escoger lo que creyeron mejor para su país. ¡Y en una fecha tan temprana para esos menesteres como 1328, cuando en casi todos los lugares del mundo no supieron qué cosa tan buena es esa hasta por lo menos el final del siglo XIX!
Así que, a día de hoy, seguimos sin que nadie tenga -ni quiera tener- idea de que esta asamblea popular de todo el reino realmente existió, y se llevó a cabo en Puente la Reina el 13 de marzo de 1328.