Vasconia y la frontera artificial del pirineo (2ª parte de 3)

Convivencia y cultura vasco-romana.

Ciertas tendencias políticas vascas han querido, al margen de la evidencia histórica, presentar el hecho vasco como resultado de la feroz resistencia ante cualquier influencia externa. Los indómitos vascones habrían permanecido, encastillados en sus montañas, aislados de contaminación. Los caseríos serían reliquias de aquel mítico pasado de los jentiles y el basajaun, milagrosamente conservados en el tiempo en su pureza ancestral.

Nada más lejos de la realidad, recordemos a los amerindios del Amazonas. El País Vasconavarro ha sido un país abierto a todas las influencias. Aquitania, el valle del Ebro, la Meseta, incluso el mar, no han sido límites, sino puertas por las que han circulado gentes e ideas desde tiempo inmemorial.

Sin duda la influencia más importante fue la romana. Roma era una potencia fundamentalmente comercial. Sus legiones estaban para imponer su orden y para defender sus intereses. Si los naturales de un territorio se lo impedían, sencillamente los eliminaban, bien asimilándolos culturalmente o aniquilándolos físicamente. Nada queda de la lengua de los galos, de los celtíberos o de los lusitanos, cuya resistencia ante Roma ha sido mitificada por los nacionalismos francés y español.

El nacionalismo vasco, envidioso de los Vercingetorix, Viriatos y Numancias,  no entendió que los romanos se mezclaron de una manera pacífica con la población autóctona. Lo que hubo fueron calzadas, puertos, minas, prósperas villas agrícolas y ciudades, Iruñas como las de Pamplona, Veleia, Oarso/Irun o Irunbier/Lumbier, de forma que se puede hablar de una civilización vascorromana. Debido a esa unión pacífica, el euskera es la única lengua prerromana del ámbito imperial que ha llegado hasta nuestros días. La mitad del léxico actual de la lengua vasca es de origen latino.

Acaso, de acuerdo con el Padre Germán de Pamplona, sea más preciso hablar, más que de amistad entre vascos y romanos, de “fidelidad pasiva”[1], pero en cualquier caso los resultados serían los mismos.

Los vascos actuales somos descendientes de todas estas mezclas e influencias. Existe un sustrato primordial, del que la lengua vasca es su característica más conspicua, pero luego hay múltiples aportaciones que han ido enriqueciendo nuestras manifestaciones culturales.

Vasconia fue un gran país. A lo largo de la historia nuestros vecinos lo fueron empequeñeciendo. Luego, nosotros mismos nos hemos convencido de que somos un paisito.

La monarquía navarra conservaba en sus archivos, junto a las genealogías de los reyes, la carta que el emperador Honorio envió, el año 409, a las milicias que defendieron la Iruña de Pamplona, felicitándoles por su defensa contra los germanos. Por cierto, a la carta se añade una “Epístola sobre la alabanza de Pamplona”, en la que el nombre Pamplona/Pompilona es significado como “Puerta para todos”[2]. O a principios del siglo V los romanos ya se habían olvidado de Pompeyo, o eso también nos lo hemos inventado luego.

(Fuente: Wikipedia)

El ducado de Vasconia

Fue también el emperador Honorio quien, para contener las invasiones bárbaras, dio a los visigodos de Ataúlfo el gobierno de Aquitania, tras la toma y el saqueo por ese pueblo germano de la ciudad de Roma el año 410. Casi un siglo después, en 507, los francos merovingios y los vascones vencieron a los visigodos de Alarico II en Vouillé, en las cercanías de Poitiers, expulsándoles a Hispania. Se constituye así, como ducado, la Vasconia independiente, sobre el territorio ancestral citado anteriormente.

Los visigodos, por su parte, invadieron las antiguas provincias romanas de Hispania, con la pretensión de reconstruir sus límites, presionando desde el sur sobre el ducado de Vasconia. Se enfrentan así dos pueblos, uno indígena y otro invasor, en una contienda que durará dos siglos.

Los francos merovingios llamaron Wasconia al territorio de la antigua Novempopulania, tal como figura en el mapa del Beato de Saint-Sever, copia del siglo XI de un original del siglo VIII. De ahí proviene la actual denominación de Gascuña.

El Ducado de Vasconia aparece ya como tal el año 602 en las crónicas francas de esa época. Según ellas, en ese año, Teudeberto II de Austrasia y Thierry II de Burgundia, que ocupaban la Aquitania Secunda, arrebatada un siglo antes a los visigodos, pusieron en marcha un ejército contra los vascones, los sometieron, los hicieron tributarios y les impusieron un duque llamado Genial, que los gobernó felizmente. Estas crónicas admiten que el territorio del Ducado de Vasconia comprendía no sólo la Novempopulania, sino también la Vasconia al sur de los Pirineos.

Sin embargo, la Crónica de Fredegario, que relata sucesos ocurridos desde el año 560 al 660, nos informa de que el año 631 Dagoberto I, rey de los Francos, tuvo que conquistar Vasconia. Las crónicas mencionan sucesivas campañas contra los vascones. En 635, su duque, llamado Aigina, llevaría a cabo un pacto con el merovingio Dagoberto. En el 660 se nos habla de la unión de Vasconia y Aquitania con el gobierno del duque  Félix, al que sucedería en 670 otro llamado Otsoa, Lupo en las crónicas latinas. Si la independencia del doble ducado de Vasconia y Aquitania era, como afirman las crónicas, tributaria del reino merovingio, a partir de 673 sería total, debido a los disturbios acaecidos en el reino de los francos, tras una conjura que acabó con la vida del rey Childerico. El gobierno del duque Otsoa debió ser prolongado, ya que hasta el año 710 no hay noticias de un nuevo duque, de nombre Eudón, al parecer su hijo.

“Batalla de Poitiers”, de Charles de Steuben (1834-37)
(Fuente: http://www.kondaira.net)

Las crónicas francas nos dicen que el duque vascón Eudón, nada más empezar su reinado, tuvo que defender la Vasconia transpirenaica del ataque del rey visigodo Roderico, lo cual coincide con las crónicas andalusís, donde se nos informa de que “cuando Roderico recibió noticia  de la invasión [de los musulmanes], estaba en territorio de Pamplona luchando contra los vascones”. Era el año 711.

Las relaciones entre los vascones y los francos merovingios, a diferencia de las habidas con los visigodos, fueron relativamente cordiales. Cuando el mayordomo de palacio de Austrasia[3], Carlos Martel, tomó el poder en ese reino, el año 717, amenazando con anexionarse los reinos vecinos, Chilperico II rey de Neustria, reino que comprendía el actual norte de Francia, solicitó la ayuda del duque Eudón de Vasconia. Chilperico II murió en 721, lo que Carlos Martel aprovechó para colocar en el trono a un monarca títere, de nombre Thierry.

Tras la  muerte de Thierry en 737, Carlos Martel ejercerá ilegítimamente como rey de los francos, legando el poder a sus hijos Carlomán y Pipino a su muerte en 741.

En 732 el valí de al-Andalus, Abd-el-Rahman ibn Abd-Allah al-Gafiqi, había pretendido conquistar  Vasconia‑Aquitania y el Reino Franco. Eudón se vio obligado a pedir ayuda a Carlos Martel y ambos ejércitos vencieron a los musulmanes en las cercanías de Poitiers. El valí Abd-el-Rahman murió en la batalla. Eudón abdicó en 735, retirándose a un monasterio donde murió en 740, siendo sucedido por su hijo Hunaldo.

A partir de la batalla de Poitiers las relaciones de Vasconia con los francos fueron cada vez más difíciles. A Hunaldo le sucedió en el gobierno del Ducado su hijo Waifre, en el 744, quien fue vencido y asesinado por los francos en 768, perdiéndose la antigua Aquitania Secunda. Vasconia mantuvo su independencia con el conde Lupo II, tío de Waifre. Ese mismo año murió Pipino, quien desde 747 era el único rey de los francos. Su hijo, conocido como Carlomagno, rebasó el Garona en 769, venciendo a Lupo II, quien se refugió en la Vasconia sudpirenaica, desde donde siguió ejerciendo su autoridad como duque. Los francos colocaron como duque de Vasconia a Hunaldo II, quien gobernó bajo su tutela, hasta que en 781 Carlomagno nombró rey de Aquitania a su hijo Ludovico Pío, de tres años de edad. Tres años antes había tenido lugar la primera batalla de Orreaga, en la que al frente de los vascones vencedores estaría el duque Otsoa/Lupo II.

[1]Padre Germán de Pamplona, “Problemas de la Prehistoria y de la etnología vascas”.

[2]Recogido de “Mil años de historia vasca a través de la literatura grecolatina”, Santiago Segura Mungia. Universidad de Deusto, Bilbao 2001.

[3]Austrasia era el territorio original de los francos, con capital en Aquisgrán.

(Continuará)

VASCONIA Y LA FRONTERA ARTIFICIAL DEL PIRINEO (2ª PARTE DE 3)