República de Abjasia (7). La minoría armenia

Podría parecer que Armenia, sin frontera común con Abjasia, fuera un vecino distante, pero los intereses geopolíticos del país de Transcaucasia y los de Abjasia coinciden en una gran medida. Así como la cuestión de la independencia de Nagorno-Karabaj, que provocó una guerra prolongada entre Armenia y Azerbaiyán, contó con la simpatía de los abjasios, también los armenios congeniaron con éstos y les ayudaron en la resolución del conflicto georgiano-abjasio. Pero a pesar de la proximidad de las posiciones, el Ereván oficial no reconoce la independencia de Abjasia, tratando de no dañar sus relaciones con Georgia. Tanto en Georgia como en Abjasia existe una importante comunidad armenia, y si en los últimos años se ha registrado una considerable salida de armenios desde Georgia, la población armenia de Abjasia está creciendo lentamente, en gran medida debido a su crecimiento natural.

Los armenios en Abjasia constituyen el tercer grupo étnico después del abjasio y el georgiano. Se establecieron en Abjasia a finales del siglo XIX y principios del XX y ahora son el grupo étnico más grande en los distritos de Sukhum , Gulripsh y Gagra, formando el 17,19% de la población abjasia con 41.875 habitantes de un total de 243.564 en el censo de 2016. Sin embargo, estos datos son impugnados por organizaciones armenias no gubernamentales las cuales aseguran que el número real de armenios es de aproximadamente 67.000 (31-45% de la población), datos estos subestimados por las actuales autoridades abjasias.

A diferencia de los pueblos vecinos del Cáucaso y Asia Menor, los abjasios en la Edad Media se involucraron poco o nada en el comercio, industria, agricultura y otras actividades considerándolas “vergonzosas”. Consecuentemente, los griegos, luego los armenios, georgianos y turcos ocuparon estos puestos en la sociedad abjasia.

La inmigración armenia a Abjasia comenzó a finales del siglo XIX cuando gran parte de ella se despobló debido al éxodo de muchos abjasios de ascendencia musulmana al Imperio Otomano después de la represión rusa sobre la rebelión. Fue durante esa época cuando los pogromos anti-armenios comenzaron en Turquía, pogromos que progresivamente se hicieron más brutales y concluyeron en el genocidio armenio cometido por el gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano (1915-1923). Los cristianos armenios pensaron que sería mejor para ellos vivir en el Imperio ruso, ya que las autoridades turcas los oprimieron de todas las formas posibles. Los que emigraron a Abjasia provinieron mayoritariamente del área histórica de Hamshen (parte oriental de la costa del Mar Negro de Turquía), de ahí que los armenios abjasios reciban el nombre de hamshentsi. A diferencia de los colonos rusos, los armenios toleraron fácilmente la humedad subtropical y sufrieron menos de malaria y escorbuto. Asimismo, los inmigrantes armenios trataron de demostrar buena vecindad con los abjasios, establecieron con ellos relaciones de mutuo respeto y tolerancia, reconocieron los derechos históricos y legales al territorio de la nación abjasia, respetaron los antiguos nombres abjasios perdurando en sus asentamientos, y se consideraron huéspedes en Abjasia. Durante este período, los armenios cultivaron la tierra, procesaron las materias primas, vendieron té y tabaco, y abrieron cafés. Gracias al trabajo de los armenios de Abjasia y, en particular, a la compañía de tabaco Bedrosova (Petrosian), el Imperio ruso pudo evitar importaciones de tabaco del Imperio Otomano.

Durante la Guerra de 1992-1993 en Abjasia, la mayoría de los armenios permanecieron neutrales inicialmente. Pero cuando comenzó la lucha real, a medida que los georgianos comenzaron a tomar el control de los asentamientos armenios y los grupos armados comenzaron a robar, saquear, violar y matar, no les quedó otra opción que apoyar a los abjasios y muchos de ellos lucharon en su lado. También los armenios con experiencia en combate de la zona de conflicto en Nagorno-Karabaj se encontraron impelidos a ayudar a sus hermanos de Abjasia. En el transcurso de este enfrentamiento, se formaron varios batallones nacionales armenios siendo el batallón Baghramyan el más famoso de ellos. Un total de 1.500 armenios lucharon en el lado de Abjasia, constituyendo la cuarta parte de su ejército; 20 armenios fueron condecorados con el título de “Héroe de Abjasia” y 242 de ellos fueron asesinados. Hoy los armenios locales están molestos de que los abjasios guarden silencio y minusvaloren su participación en la guerra. Acabada ésta, el número de armenios en Abjasia disminuyó, muchos partieron hacia Rusia y Armenia, pero su salida fue pequeña en relación con la desbandada de los georgianos, lo que explica el aumento de su peso demográfico.

El tema de la participación armenia en el conflicto georgiano-abjasio puede ser interpretado de varias maneras. Por un lado, es evidente que después de algunas dudas la comunidad armenia hizo un firme compromiso de unir su suerte con los abjasios; de hecho, se puede entender la postura inicial de neutralidad adoptada por los armenios, reacia a tomar partido en la guerra, dada la correlación relativamente pareja de fuerzas entre los abjasios y los georgianos. Por otro lado, se puede argumentar que los armenios no estaban realmente luchando por la causa de los abjasios, sino por la de ellos mismos. El líder de la comunidad armenia Galust Trapizonian, quien fue galardonado con la medalla de héroe de Abjasia explicó que “los armenios no podían dejar de participar en la guerra por la simple razón de que ésta era la tierra donde vivían. Desde los primeros días de la guerra, cada armenio defendió su hogar, su familia, su honor. Por lo tanto, fue la vida misma quien obligó a los armenios a tomar las armas”. Esta afirmación indica que los armenios no estaban luchando por la misma causa que los abjasios. Mientras los abjasios estaban defendiendo su tierra natal, los armenios intentaban proteger sus hogares. De modo tal que lo que los armenios consideran patriotismo, los abjasios lo interpretan de manera diferente; según ellos, los armenios actuaron con prudencia y se posicionaron para tener un lugar en la futura Abjasia.

Aunque hay tres diputados armenios en el Parlamento abjasio, que consta de 35 miembros, los armenios se consideran infrarrepresentados en correspondencia a su porcentaje de población en la República. Los que expresan tales puntos de vista, sin embargo, subrayan que el aumento de la influencia no debe lograrse a través de una acción política independiente, y sí, en cambio, utilizando vínculos de colaboración con los líderes de la república. Sin embargo, estas reuniones de cooperación se vienen ejercitando desde 2004, la comunidad armenia intenta por todos los medios legales posibles lograr una representación más equitativa, pero no se ha logrado ninguna mejora. Y es que existe en Abjasia una especie de sistema de cuotas informales para la representación de las minorías, sistema de cuotas que les otorgan en los órganos electos una menor proporción de diputados de lo que su peso demográfico indicaría, pareciéndose más a un numerus clausus que a un programa de representación equitativa.

Los armenios en Abjasia hablan un dialecto llamado Hamshen que es muy diferente del armenio estándar usado en la República de Armenia, de modo que, ciertamente, hay pocas diferencias lingüísticas dentro de la comunidad armenia en Abjasia, pero no pueden utilizar fácilmente los medios de comunicación y los textos educativos proporcionados en el armenio estándar. El gobierno de Abjasia proporciona educación primaria en diferentes idiomas, incluido el armenio. Las escuelas de idioma armenio, ubicadas principalmente en los distritos de Gagra, Gulripshi y Ochamchira, son buen ejemplo de un modelo multilingüe que funciona razonablemente bien. Los niños aprenden en armenio basado en los libros de texto armenios, pero también estudian ruso, y aprenden el abjasio como idioma oficial. En la actualidad hay 41 escuelas armenias en Abjasia con 3180 estudiantes y 640 profesores. No hay libros de texto en Hamshen, por lo que los alumnos generalmente usan libros importados de Armenia, escrita en lo que para ellos es básicamente un idioma extranjero.

El número de escuelas así como de alumnos, sin embargo, se está reduciendo gradualmente. Las escuelas, a pesar de estar financiadas por el apoyo de las comunidades de la diáspora armenia, no están bien equipadas y los maestros están mal pagados por lo que en algunos casos los pensionistas se ofrecen para hacer de maestros como servicio comunitario. Algunos armenios piensan que si bien es importante para ellos que sus hijos estudien armenio, consideran esencial el conocimiento del ruso para que los niños tengan oportunidades de futuro en Abjasia o Rusia. La comunidad está actualmente muy preocupada porque observa que las escuelas armenias entran en un declive de inscripción del número de escolares. Y ciertamente, algunos padres armenios optan crecientemente por escuelas de lengua rusa para sus hijos desde el principio. En el pasado, la mayoría de los armenios en Abjasia solían estudiar en las instituciones de educación superior en Armenia, y se graduaban ocupando puestos importantes en la comunidad. Sin embargo, el gobierno armenio ha dejado de proporcionar becas completas a los armenios de Abjasia en los últimos 2 o 3 años, provocando un fuerte descenso en el número de armenios abjasios que se especializan en Ereván. Abjasia tiene su propia universidad de la época soviética, pero sus estándares educativos no son altos.

La vida cultural en la comunidad armenia de Abjasia se encuentra obstaculizada debido a la falta de vínculos oficiales entre Armenia y Abjasia. El gobierno armenio no desea molestar a Tiflis. Como todas las antiguas repúblicas soviéticas, Armenia tenía su propio lugar de veraneo en Abjasia, el Hotel Armenia, donde la élite armenia soviética pasaba sus vacaciones de verano. Desde la guerra, el gobierno de Armenia prácticamente ha renunciado a sus derechos sobre este hotel para no verse obligado a firmar ningún acuerdo con el gobierno de Abjasia, que no está reconocido por Georgia. El hotel ha sido alquilado durante 25 años al ejército de Abjasia.

Desde el punto de vista religioso, la gran mayoría de los armenios en Abjasia, como en otros lugares, pertenecen a la Iglesia Apostólica Armenia. En el período soviético la práctica religiosa se hizo cada vez más infrecuente, la Iglesia armenia en Abjasia desapareció y la iglesia ortodoxa rusa continuó su función. Los armenios que deseaban bautizar a sus hijos, casarse o asistir a los oficios religiosos, con el tiempo se convirtieron a la ortodoxia. Después de la caída del comunismo, la comunidad armenia en Abjasia, como era el caso en otras partes de la población soviética, experimentó un renacimiento religioso, y se tomó la iniciativa de recaudar dinero para reconstruir la Iglesia Apostólica Armenia en Abjasia.

Los armenios étnicos son una comunidad tradicionalmente fuerte y un gran número de ellos tienen fuertes vínculos no solo con Armenia sino también con la Diáspora armenia en el sur de Rusia, que también les ayuda a buscar oportunidades comerciales. Están bien integrados, y si bien su representación en la vida política y pública es limitada, en otros sectores están a la cabeza, por ejemplo, en las pequeñas y medianas empresas y en el comercio. Los armenios se dedican al comercio agrícola y han abierto muchos cafés propios a lo largo de la orilla del mar Negro.

No obstante, el Consejo de la Comunidad Armenia de Abjasia se ha venido quejando de la “actitud negativa hacia la población armenia” y ha expresado su preocupación por la distribución de panfletos contra los armenios, así como por los intentos de sabotaje en escuelas de secundaria armenias en Sujum. Pero las alarmas definitivamente se encendieron cuando el tabú sobre la discusión pública de los problemas de las relaciones interétnicas fue recientemente (primavera del 2017) roto por las declaraciones del veterano político Jamal Bartsits en una reunión de excombatientes, cuestionando por una parte la actividad de los representantes de la comunidad armenia de Abjasia en la guerra con Georgia de 1992-1993, y por la otra aduciendo que el aumento en su número (por su mayor tasa de natalidad) podría tener implicaciones para la seguridad estratégica y cultural del país. La comunidad armenia apeló al gobierno de Abjasia solicitándole que cesara la campaña de descrédito a los combatientes de los batallones armenios y de incitación al odio étnico. Por cierto, la mala voluntad hacia los armenios se estuvo gestando lentamente incluso antes de las declaraciones explosivas de Bartsits. El escándalo que se originó obligó a autoridades y políticos a criticar unánimemente las palabras de Barsits exhortando a la población a no desestabilizar la situación sociopolítica frágil y compleja del país.

La minoría armenia vive de manera compacta en muchas zonas del país, su función e influencia en el desarrollo de la sociedad abjasia es muy importante, y en su mayor parte como grupo social apoyó políticamente a la población étnicamente abjasia involucrándose decisivamente en la guerra. Además, es opinión generalizada de la comunidad armenia que, además de los abjasios, en la guerra con Georgia, fue solo esta comunidad étnica la que tomó una participación “corporativa”, soportando toda la guerra: ocupación, robo, asesinato, exilio y persecución.

Desde los años de la guerra, Abjasia se han dado algunos tímidos pasos hacia la integración civil, pero sobre la base de la pasada sociedad “internacional” soviética no ha surgido una comprensión genuina de la sociedad abjasia basada en los valores de la cultura abjasia. Y, significativamente, es el viejo paradigma soviético de la “paz internacional”, uno de los cimientos de la fundación de la Abjasia moderna. De ahí que sean tan cautos y circunspectos a la hora de discutir sobre temas de relaciones interétnicas. Pero es un hecho comprobado que antes del punto álgido de confrontación de las comunidades en la región del Cáucaso, suelen existir períodos en que, entre tensiones internas y externas, se conserva un equilibrio de intereses y calma interétnica. Y es en los períodos de ruptura, cuando los conflictos étnicos tienen el potencial más explosivo en la región.

La urbanización generalizada entre la población étnica abjasia se convirtió en otro factor que permitió a los armenios expandir la base económica a costa de los recursos agrícolas que la comunidad tenía a su disposición. Este tipo de contrato social con el estado hubiera sido exitoso si la comunidad armenia finalmente hubiera tomado forma como grupo social “campesino abjasio”. Pero la desestabilización en el país interrumpió el curso evolutivo y natural del desarrollo de los procesos sociales. En las sociedades multiétnicas, organizadas según los tipos de crecimiento de los imperios del nuevo tiempo, el chovinismo local, el patrocinio y la opresión étnica, son sus elementos conformadores y constituyentes que siempre acompañan a la vida social. Desde hace muchos años, los armenios abjasios han interiorizado un contrato social tácito establecido con el Estado que consistía en que el nicho de su actividad era la agricultura y, en una pequeña medida, el turismo, naturalizando esta situación anómala opresiva en su vida cotidiana. Por el contrario, los abjasios étnicos se quedaban con el poder de la política, los grandes negocios, la manufactura y el turismo. Pero ahora, la catastrófica crisis económica en Abjasia rompe con este contrato social, y los armenios han extendido sus actividades a otras áreas (comercio, turismo, mercados…) en las que su influencia es preponderante.

Los armenios étnicos, como todos los demás residentes de Abjazia, sufren la degradación del estado (corrupción, crímenes, mafias,…) Pero, como es el caso en las anteriores sociedades abjasias, la responsabilidad de este derrumbe no reside en el estado, sino en el grupo étnico con el que el Estado está asociado. Antes de conseguir la independencia en 1992 era fácil descargar la responsabilidad sobre los georgianos. Y ciertamente, ahora son los abjasios los que sienten que su reputación ha disminuido no solo ante los ojos de los armenios, sino más aún ante los caucásicos del Norte, y ante los abjasios repatriados de Medio Oriente. Todo lo cual no hace más que aumentar el aislamiento, el pensamiento de “bloqueo” y el crecimiento de estados de ánimo chovinistas. Si el proceso de integración civil en Abjasia hubiera cobrado impulso, la sociedad consideraría el declive del Estado como un problema social, en lugar de interétnico.

Pero es necesario advertir que la sociedad abjasia es casi una casta y está estrictamente dividida principalmente en líneas étnicas con diferentes prácticas sociales en ellas. Y en estas condiciones de degradación del estado, de la caída de su sistema legal, paradójicamente (¿), es la población abjasia la que soporta de modo más acusado un proceso de desnacionalización. Y lo sufre físicamente por cuanto los acontecimientos de la vida cotidiana de la sociedad de Abjasia que se reflejan en los medios de comunicación y en las encuestas, sugieren que las prácticas sociales en el entorno étnicamente abjasio causan miles de tragedias humanas: muertes en accidentes, adicción a las drogas, asesinatos, suicidios…. La ley no funciona igual para todos los grupos étnicos; la mayor permisividad hacia los abjasios les permite, sobre todo a la población joven, realizar actividades paralegales (trapichear con drogas, hurtos, secuestros, extorsión de negocios…) que les lleva a un callejón sin salida, a su exclusión social y física, a un auto-genocidio. Por el contrario, la población armenia al no tener tal recurso de influencia, obligada a vivir dentro del sistema legal y temerosa de cometer un delito, se encuentra vacunada de optar por esa vía. Este vivir en dos mundos sociales diferentes que origina una mayor tasa de mortalidad entre los abjasios jóvenes y de mediana edad por causas no naturales (asesinato, suicidio, SIDA,…), este no poder reconstruir sus prácticas sociales a la vez es otro de los factores generadores en el crecimiento de la tensión interétnica.

En realidad, la situación entre los armenios abjasios es desfavorable, solo que por problemas de índole diferente. Se trata, más bien, de una comunidad envejecida con alta migración a las regiones cercanas de Rusia. En las aldeas armenias, existe un gran problema con las tierras que se repartieron después de la guerra, cuando aún los agricultores armenios eran personas relativamente jóvenes que tenían la fuerza para el trabajo duro. Ahora, la juventud se niega a tal trabajo, y no solo por razones sociopolíticas. La agricultura de los armenios de Hamshen utiliza el potencial de los recursos de forma extensiva, no es tecnológica, no tiene en cuenta el conocimiento moderno y consume mucha energía. Esta forma de actividad económica requiere grandes áreas en constante crecimiento, procesadas por las fuerzas de una o dos familias y supone un trabajo infernal, no económicamente atractivo. La juventud se niega a trabajar en el campo, y va a trabajar a la ciudad emigrando, por regla general, a Rusia. Por lo tanto, contrariamente a las opiniones del público patriótico abjasio, el número de armenios abjasios está disminuyendo en una comunidad cada vez más dominada por personas mayores, lo que, por cierto, reducirá el potencial de conflicto. Sin embargo, cuanto más rápidamente se degrade el estado en Abjasia, más probable es que se convierta en un conflicto interétnico. Durante los años de la guerra, unos 15,000-20,000 armenios emigraron a Rusia, y muchos de los jóvenes siguen sin ver perspectivas de futuro, una característica que preocupa profundamente a los líderes de la comunidad.

En todo caso, la situación interétnica en Abjasia se está calentando cada vez más. Los abjasios a nivel familiar están descontentos con esta situación, saben que los armenios viven mucho más que los abjasios pero ellos mismos no quieren entrar en un conflicto abierto, están cansados ​​de los conflictos y quieren solo una vida pacífica. Sin embargo, las vecinas Georgia y Azerbaiyán están interesadas en el desarrollo de una confrontación armenia-abjasia, y están agregando combustible al fuego de todas las formas posibles. En caso de guerra, los georgianos esperan recuperar Abjasia en el momento del caos general; por su parte, los azeríes cuentan con la formación de un segundo frente contra los armenios para tratar de tomar el control de Nagorno-Karabaj u organizar una ofensiva allí. Desde un punto de vista geopolítico, la élite nacional abjasia tiene contactos informales muy cálidos con el gobierno de la República turca. En Abjasia hay muchos partidarios de un giro hacia los turcos, y en la actualidad los abjasios y las numerosas diásporas circasianas en el estado turco están presionando para lograrlo. Y los armenios en este sentido son más pro-rusos, ya que por razones claras nunca se pondrán del lado de los turcos.

Para reducir el potencial del conflicto, las autoridades abjasias deberían crear una nación civil y política, sin tener en cuenta la nacionalidad. Asimismo, debería dar a los armenios la oportunidad de desarrollar plenamente su cultura reconociendo, por ejemplo, la lengua armenia como oficial en aquellas áreas donde tuvieran la mayoría, no menospreciando sus méritos en la guerra por la independencia de la república, y no discriminándolos como “invitados temporales” que pronto tendrían que irse. Los armenios, por su parte, deben prestar más atención al patriotismo nacional abjasio. Desideratum difícil de llevarlo a la práctica, pero posible.