Osetia del Sur (2). Perspectivas de futuro

La guerra de 2008 dejó aproximadamente 800 muertos y 192.000 desplazados de sus hogares, y aun cuando a muchos de ellos se les permitió regresar, más de 20.000 permanecen en Georgia. La guerra duró solo cinco días, pero fue un punto de no retorno. Los osetios del sur no olvidarán el bombardeo georgiano de su capital, Tskhinvali, que marcado como una brutal victimización al borde del genocidio, les recuerda la sangrienta resistencia que sus antepasados opusieron a las tropas del gobierno de Georgia durante la Guerra Civil Rusa. Los osetios del sur no renunciarán a la seguridad que han ganado, aun cuando los funcionarios de Rusia en el gobierno de Osetia del Sur se hayan multiplicado, ocupando importantes cargos ministeriales. Efectivamente, es un hecho evidente que el apoyo local al gobierno ruso ha aumentado, junto con el antagonismo hacia Occidente, y que el eje de Osetia del Sur se ha desplazado de manera decisiva desde el Sur al Norte del Cáucaso no sólo en términos de autoidentificación y seguridad, sino también de economía.

El comercio con el norte se ha intensificado mediante la mejora del túnel de Roki que posibilita el transporte de mercancías de Osetia del Sur hasta Osetia del Norte por la Carretera Transcaucásica. El túnel, terminado por el gobierno soviético en 1984, es una de las pocas rutas que cruzan la Cordillera del Cáucaso Norte. Se encuentra a más de 2.000 metros de altitud y su longitud es de casi 4 km. Este es el único camino que conecta Osetia del Sur con Osetia del Norte y, por ende, con Rusia, aunque debido a las malas condiciones climáticas y al peligro de avalanchas, es bastante inestable y a menudo permanece cerrado por lo que la región se encuentra periódicamente en absoluto aislamiento. Ciertamente, es el control del túnel de Roki una de las pocas palancas económicas en el desarrollo de Osetia del Sur, puesto que la línea principal Transcaucásica que lo atraviesa es de gran importancia estratégica. Las autoridades de Osetia del Sur utilizan los peajes recaudados en el tráfico del túnel como una de sus principales fuentes de ingresos. También los suministros de gas, procedentes del sur antes de la guerra, ahora son provistos del Norte por Gazprom, el gigante de gas natural de Rusia, con la construcción del gasoducto Dzaurikau-Tskhinvali que atraviesa la Reserva Nacional de Vida Silvestre de Osetia del Norte.

El comercio con el Sur a través de su frontera con Georgia es muy precario. Ya en 2004, las autoridades georgianas cerraron el mercado de Ergneti en la frontera sur entre Osetia del Sur y Georgia, con el pretexto de combatir la corrupción y el contrabando. En cierto sentido, este mercado era un símbolo del comercio conjunto en la zona de conflicto que ocupaba varias hectáreas de tierra, a lo largo de muchos kilómetros de la carretera Tskhinval-Gori. La experiencia de comerciar en el mercado de Ergneti se convirtió en un ejemplo positivo y ventajoso para ambas partes, contribuyendo a la restauración de las relaciones de confianza entre georgianos y osetios del sur. Posiblemente el cierre del mercado en Ergneti, por razones de lucha contra la corrupción ayudara al presupuesto de Georgia, pero de hecho interrumpió el establecimiento de relaciones de base entre los habitantes de Georgia y Osetia del Sur, y su cierre no significó la desaparición del mercado negro y el contrabando. Después de la guerra, el comercio en la frontera Sur se ha precarizado y empobrecido aún más. El desarrollo de la agricultura se ha estancado especialmente desde el desplazamiento de la población georgiana local de la región. Durante la guerra los agricultores cultivaron productos agrícolas exclusivamente para consumo personal, ya que sus productos no podían competir en precio con productos agrícolas importados de Georgia. La posterior terminación de todas las relaciones económicas entre Osetia del Sur y Georgia condujo, debido a los costos de transporte y la presencia de monopolios, a un fuerte aumento en los precios de los productos agrícolas de hasta un 50% -100% más alto que en las regiones del sur de Rusia. La mayoría de los alimentos, incluida la fruta, fueron importados de Rusia. La abundancia de frutas y verduras desapareció de los mercados de Osetia del Sur y el 90% del mercado fue ocupado por productos importados de Rusia.

En la época soviética, 27 empresas industriales operaban en la república, pero durante los últimos años su cierre por falta de rentabilidad ha sido inexorable, y ahora apenas queda prácticamente nada. La mayoría de las empresas industriales que existían durante la URSS están cerradas u operan al 5-10% de la capacidad anterior. En Osetia del Sur, actualmente solo 1.670 personas están empleadas en la industria. Asimismo, existen tres plantas embotelladoras de aguas minerales locales, una planta cervecera, una fábrica de procesamiento de carne (40 trabajadores), una fábrica de costura para coser ropa de trabajo (530 trabajadores), una planta de la empresa de telecomunicaciones de propiedad estatal rusa Rostelecom, varias plantas de asfalto y piedra triturada, planta y poco más.

Pero Osetia del Sur tiene recursos intelectuales, naturales, laborales, que con un uso más racional y eficiente de ellos sería posible mejorar la dinámica del crecimiento económico de la república. Ciertamente, en Osetia del Sur existe un cierto potencial de autosuficiencia económica que podría avalar y garantizar posibilidades de desarrollo posterior. No obstante, la realidad de esta “autosuficiencia económica” es muy otra, siendo muy variadas las razones de su estancamiento. En primer lugar, un factor importante que obstaculiza el desarrollo económico de la región es el pequeño número de personas que la habitan, no superando los 50.000 habitantes. Desde los años 90, la población ha ido disminuyendo de forma permanente constituyendo la migración un gran problema, debido al alto nivel de delincuencia y desempleo. Los niveles de vida tan diferentes en el Norte y Sur de Osetia, hace que la emigración a Rusia (a considerar que el 95% de la población de Osetia del Sur tiene ciudadanía rusa), especialmente a Vladikavkaz (Osetia del Norte), sea una opción muy atractiva para los residentes de Osetia del Sur. La migración local acelerada, especialmente entre los jóvenes, junto al declive demográfico, explica que la población que vive en las aldeas estén compuestas desproporcionadamente por mujeres mayores.

En segundo lugar, hay que tener en cuenta la historicidad de los problemas económicos de Osetia del Sur, por cuanto la autosuficiencia y el crecimiento económico nunca han estado en un nivel mínimamente aceptable. Ya en la época soviética, Osetia del Sur era una unidad administrativa con doble subordinación: la RSS de Georgia ejercía el control directo bajo el patronazgo de la Unión Soviética, pero las necesidades de la población local osetia, a menudo, no se tenían en consideración. Consecuentemente, Osetia del Sur se convirtió en una de las regiones más atrasadas de Georgia, totalmente dependiente tanto política como económicamente, lo que conllevó consecuencias psicológicas negativas con la conformación de una mentalidad pasiva, basada en la dependencia del apoyo externo y no centrada en el desarrollo activo de mecanismos de autosuficiencia económica.

En tercer lugar, los problemas económicos actuales son resultado directo del colapso de la Unión Soviética y del posterior conflicto con Georgia, por cuanto se bloquearon las rutas de transporte de Osetia del Sur a los mercados existentes (en particular, la industria del acero). Y, en tanto que después de la transición, la mayoría de los estados postsoviéticos daban el paso al sistema económico globalizado del liberalismo, transformando los principios de mercado y su adecuación legal, Osetia del Sur perdió el tren de este cambio, por lo que le son necesarios obtener los conocimientos técnicos para formar urgentemente una infraestructura local.

En cuarto lugar, el alto nivel de corrupción da lugar a que la mayoría de las cantidades asignadas por Rusia, que ha proporcionado una importante asistencia financiera, no lleguen a su destino. Se estima que desde 2008, 27 mil millones de rublos de ayuda rusa han desaparecido sin dejar rastro en Osetia del Sur. Hasta la ayuda humanitaria que repetidas veces se ha enviado ha sido hurtada o aventada en su mayor parte antes de que incluso se bajase del camión. Leonid Tibilov, ex ministro de Seguridad del Estado de Osetia del Sur, elegido presidente de gobierno en abril de 2013, arrestó a 70 funcionarios del gobierno por casos de corrupción, y en enero de 2014 despidió a todo su gabinete haciendo un gesto que le honró. Pero es un hecho cierto que Tibilov no puede acabar con la cleptocracia de Osetia del Sur porque ella misma se alimenta de las propias estructuras corruptas de Rusia.

Así que, constatada la naturaleza íntimamente corrupta del sistema político osetio, comprobada la incapacidad (o el dejar hacer) de Moscú en el control del flujo de efectivo a Osetia del Sur, es evidente que Rusia no puede realizar el plan de infraestructura ya prometido. De donde se deduce que dicha infraestructura subdesarrollada que impide la producción de los propios productos osetios, añadida a la dependencia política del Kremlin, obstaculiza y lastra significativamente el desarrollo económico de la región. Por si esto fuera poco, la falta de profesionalismo y de apertura a nivel local impide tanto la innovación, como el uso eficiente de los recursos locales y el desarrollo de un sistema económico que funcione normalmente. Las intrigas internas y la lucha política dificultan sobremanera el desarrollo de mecanismos coordinados para la interacción económica y sociopolítica con el mundo exterior dentro del marco legal. Lo que determina que todos estos factores concatenados excluyan, en grado sumo, tanto la inversión extranjera en Osetia del Sur como las relaciones económicas con otros países. Consecuentemente, la legitimidad interna de Osetia del Sur deviene débil, la desigualdad y la corrupción crecen visiblemente, y la economía local no puede proporcionar un sistema de salud, educación, empleo o nivel de vida mínimamente decente a su población.

Finalmente, la política exterior de “no reconocimiento” por parte de la comunidad internacional dificulta que Osetia del Sur tenga acceso a nuevas oportunidades de mercado y desarrolle perspectivas de cooperación con países extranjeros, al mismo tiempo que condiciona una mayor dependencia de la República respecto a Rusia.

En las últimas encuestas de opinión, la población osetia se queja de sus autoridades por su pasividad, incompetencia, arbitrariedad y nepotismo. Con respecto al estatus político de Osetia del Sur, son cinco las opciones consideradas: 1-unificación con Osetia del Norte e inclusión en la Federación Rusa, 2-unificación de las dos Osetia e independencia total, 3-independencia total de Osetia del Sur, 4-inclusión en la Federación Rusa como un sujeto de la Federación (Estado autónomo), 5-incorporación a Georgia. El punto 4 es difícilmente asumible para Rusia por las repercusiones políticas internas y externas que le generarían. En cuanto al tema de la reunificación con Georgia (punto 5) no se considera una opción ni para Osetia del Sur ni para Rusia. Por lo tanto son tres las opciones consideradas como más viables y realistas en Tskhanvili.

Los partidarios de la adhesión a Rusia (punto 1) argumentan su posición en consideraciones de seguridad y en el deseo de evitar la recurrencia de la agresión militar de Georgia, como ocurrió a principios de los años 90 y, especialmente, en agosto de 2008. La segunda razón que aducen es la absoluta incompetencia de las autoridades locales para resolver las tareas de un plan socioeconómico, lo que les inclina a pensar que, en caso de unirse a Rusia, la insolvencia desaparecerá y los problemas de naturaleza socioeconómica se resolverán de manera más efectiva. Además de las garantías de seguridad de la RSO con la eliminación definitiva de la amenaza político-militar de Georgia, los partidarios de le reunificación con Rusia hablan de restaurar la justicia histórica (Osetia en 1774 se convirtió en parte del Imperio Ruso como una entidad estatal única), y de las razones de carácter humanitario: preservación y desarrollo del lenguaje y cultura osetios en ambos lados de la Cordillera del Cáucaso Principal, asunción conjunta de los desafíos de la globalización, etc.

El 8 de junio de 2014, un nuevo parlamento fue elegido en Osetia del Sur. Los resultados fueron favorables a las fuerzas que apoyan la idea de la unificación con Osetia del Norte y con Rusia (Anatoly Bibilov y “Osetia Unida. Aparentemente, el Kremlin no está listo en este momento para “unirse” a Osetia del Sur. Los acontecimientos de Ucrania explicarían las incertidumbres de Rusia en propiciar la unificación de las dos Osetias como paso previo a la incorporación de Osetia del Sur a la Federación rusa. Además, existirían repercusiones potenciales en el norte del Cáucaso si se llevara a cabo la anexión. El Cáucaso del Norte, que consta de seis repúblicas autónomas no rusas y más de 40 grupos nacionales, está atravesado por conflictos entre clanes, regiones, religiones y repúblicas con múltiples disputas fronterizas (como ejemplos los existentes entre Ingushetia y Chechenia, entre Osetia del Norte e Ingushetia, entre kabardinos y balkarios, entre kumyks y chechenos en Daghestan). Es un hecho constatado que el cambio de las fronteras en el Cáucaso rara vez se lleva a cabo de manera pacífica, por lo que Rusia, en este momento, no quiere poner en peligro su precario control sobre el Distrito Federal del Norte del Cáucaso. Además la inclusión de Osetia del Sur, considerada ahora políticamente imposible, ha perdido fuerza a nivel local, el entusiasmo anterior por la unificación con Osetia del Norte ha perdido impulso, y el eslogan de “Osetia Unida” se ve cada vez más como una táctica preelectoral.

Sin embargo, últimamente asoma una tendencia (punto 2) en torno a la idea de construir un Estado de Osetia unificado e independiente fuera de la Federación de Rusia, y que se ha ido consolidando entre la oposición de Osetia del Sur y parte de la élite de Osetia del Norte. Es de todo punto de vista razonable que el reconocimiento de Rusia de Osetia del Sur sea visto por una gran parte de la élite de Osetia del Norte como una oportunidad para construir un país verdaderamente independiente por primera vez en varios siglos, uniendo al pueblo osetio. De ninguna manera quiere decir esto que esta élite sea antirrusa, pero muestra claramente que la lógica de los acontecimientos podrían llevarlos a la idea de construir realmente un estado osetio independiente, una Unión de Osetia del Norte y del Sur fuera de la Federación Rusa. Sin embargo, este escenario tiene un punto débil, por cuanto la política de Osetia del Norte y los intereses de su élite económica no necesariamente coinciden con los del pueblo de Osetia del Sur. No se debe pasar por alto que los intereses comerciales de la élite de Osetia del Norte siempre han tenido fuertes lazos económicos con Georgia y han obtenido buenos dividendos en los derechos de aduana. Estos intereses coincidentes de ambas élites (Osetia del Norte y Georgia), intentarían prevenir la entrada de los productos de Osetia del Sur en el mercado ruso.

En estas últimas elecciones ha surgido con fuerza la opinión de una notable minoría de la élite de Tskhinvali que apoyó la opción (punto 3) de convertir Osetia del Sur en un estado viable e independiente. No obstante, la mayoría de los partidarios de la independencia completa de Osetia del Sur reconoce que la república no tiene recursos para tal camino. Y en su fuero interno admiten que, de hecho, están pidiendo el mantenimiento del status quo actual, basado en las inyecciones financieras rusas, pero esta situación no puede continuar por mucho tiempo. Desafortunadamente, los 10 años que han pasado desde el reconocimiento de la independencia han demostrado la incapacidad de la máquina estatal de Osetia del Sur no solo para garantizar el desarrollo del estado de Osetia, también para plasmar sus principales disposiciones, y habida cuenta de la marcha de los acontecimientos, no hay razón para creer que en un futuro previsible esta situación vaya a mejorar.

Por lo tanto, una vez analizados los condicionantes políticos, económicos y sociológicos que inciden en la sociedad osetia se pueden extraer una serie de conclusiones. Después del conflicto de 2008, si bien la situación en Osetia del Sur se ha normalizado militarmente, no obstante, y transcurridos 10 años desde que obtuviera la independencia con el reconocimiento de Rusia, la estabilización social y económica está muy lejos de lograrse. Antes bien, los problemas que existían previamente a la guerra (fronteras cerradas, bloqueos de los canales de desarrollo económico, pobreza y despoblación de la región) persisten, se han enquistado y, si cabe, agudizado aún más.

Actualmente, Osetia del Sur no tiene independencia político-militar ni económica y su transformación en un estado independiente y efectivo se ve obstaculizada por muchos factores. De entre ellos, el más importante, el pequeño número de su población (disminuye de manera permanente y alarmante), que añadido al factor geográfico y orográfico (configura a la región en un callejón sin salida natural), constituye en conjunto un territorio no favorable a su desarrollo. Asimismo, los análisis de los aspectos políticos, sociológicos y económicos de la región anticipan las escasas perspectivas de desarrollo independiente que tiene Osetia del Sur y que le mantendrá, a largo plazo, en una relación de dependencia respecto a otros estados vecinos. Osetia del Sur está luchando con la difícil tarea de la transición del autoritarismo a la democracia, en un arduo intento de construcción del nuevo Estado. Pero es un hecho evidente que una combinación de razones históricas, junto a una falta de profesionalismo, carencia de oposición política, insuficiencia de conocimientos técnicos y estrechez de recursos financieros, confirma la dificultad del envite, y explica que aún no haya sido posible crear instituciones estables y funcionales, ni gobiernos fuertes patrocinadores de un desarrollo armónico de estrategias políticas que imaginen, posibiliten y hagan factible un futuro autónomo. Por lo tanto, se puede concluir que la independencia actual de Osetia del Sur es ilusoria, y que la posibilidad de su formación como Estado efectivo es, por el momento, poco prometedora.