Nuestra lengua

Recientemente el euskera se ve menospreciado e incluso atacado por algunos políticos. Se ha llegado a desear que desaparezca del Parlamento navarro. Hace unos meses vino un politiquillo a decirnos a los navarros que de Lingua Navarrorun nada, que el euskera no es lengua de Navarra, es un inculto por más que enseñe títulos, seguro que no ha subido a Irumugarrieta, no ha paseado por Iturrama y no ha aplaudido al Azkoien o Azkarrena en la Ribera ni a nuestro Osasuna en Iruña.

Pues sí, tenemos políticos de esta calaña. Ya nos advirtió el Príncipe de Viana con su “Utrinque Róditur”, que tenemos enemigos dentro y fuera de Navarra. Un político que desprecie nuestra lengua es, sin duda ninguna, enemigo de Navarra. Ya está bien, no hagáis más el ridículo. ¿Por qué se puede odiar una lengua? El euskera no es una lengua más, es la lengua estudiada y valorada por numerosos lingüistas de todo el mundo.

Finalizo con unas palabras del filólogo e historiador Menéndez Pidal, por otra parte, nada sospechoso de -ismos: “Tenéis la fortuna de ser depositarios de la reliquia más venerable de la antigüedad hispana. Otras tendrán más valor artístico, serán más admiradas y codiciadas universalmente pero no hay otra que tenga la importancia de esta lengua”.

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