Ni Davos ni Bannon

El club de la elite neoliberal global, el Foro Económico Mundial , WEF para los entendidos, celebrará su reunión anual en la estación de esquí alpina de Davos la semana que viene. En la cumbre, los representantes cosmopolitos de la comunidad internacional de ricos sobradamente preparados harán un valiente esfuerzo por defender la globalización, el liberalismo y. la sociedad abierta (George Soros, Karl Popper) ante la peligrosa irrupción en la política europea y americana de los nuevos populismos nacionalistas e iliberales. Asi, al menos, lo ven ellos.

Ahí en la montaña estarán los gestores de los grandes fondos de prívate equity , paladines de la tolerancia y de la diversidad en el club de golf, Steve Schwartzman de Blackstone o William Conway del Grupo Carlyle. Conway demostrará   las virtudes de la visión global de inversión frente al estrechez de miras y la insularidad “inward looking” de los nuevos populismos nacionalistas. Quizás pondrá como ejemplo la adquisición de la marca de cava Codorniu tan estrechamente vinculada con la identidad catalana que ha sido boicoteada en el resto de España. De ahora en adelante gracias a la visión global de Davos será un champán aceptable para todos los paladres antinacionalistas como lo es la Coca Cola.

Así mismo, Schwartzman defenderá las inversiones solidarias globales y anti nacionalistas de los fondos buitre de Blackstone en tándem con su entonces socio Magic real estate en viviendas publicas madrileñas, acuerdos apalabrados con la entonces alcaldesa Ana Botella en otra cumbre de Davos en el 2014 tal y como se publicó aquí en este post. Estos acuerdos de negocio demostraron la importancia de la globalización financiera e inmobiliaria para ayudar a países en apuros. Así lo explicará Schwartzman, conocido por devorar kilos de cangrejos moros en su mansion en Palm Beach a 4000 dólares la tenaza.

En Davos los consejeros delegados de los bancos globales , cosmopolitas , liberales y extraordinariamente ricos como Jaime Dimon de JP Morgan , David Solomon de Goldman Sachs o Ana Patricia Botín del Santander advertirán del peligro para la democracia y para los valores del progreso del proteccionismo y del iliberalismo populista de Donald Trump, del Brexit y de los nacionalismos europeas.

Aunque la gran mayoría de los invitados serán hombres blancos , ricos, hetero y de edades mayores de los 50 años, Davos reivindicará mas que nunca un mundo diverso, multicultural y tolerante con toda minoría. Committed to improving the world es su eslogan y este año Klaus Schwab, el empresario suizo que fundó el Foro Económico Mundial se siente aun mas moralmente obligado a mejorar el mundo y a defender sus principios de globalización y libre mercado contra los peligrosos populismos . Si Suiza decepcionó la ultima vez que se enfrentó al mal, al doblegarse ante Hitler e incluso esconder el oro nazi, esta vez Davos debe gritar en voz alta para que resuene por los picos nevados como La Pasionaria o al menos Julie Andrews en Sonrisas y Lagrimas: “They shall not pass.”

Yo vivo en Lavapiés, el barrio mas cool del mundo, pero jamás había visto tantas sesiones para celebrar la diversidad de género, de etnia, de edad como en la agenda de Davos este año. Las principales sesiones en la agenda con sus Young global leaders se titulan: ¿Cómo es el liderazgo verdadero en tiempos del “Me too”? (en referencia a la campaña de las mujeres en contra del acoso sexual) Y ¿Cómo resolvemos la discriminación LBGTQ+? Echen un vistazo a la agenda aquí para comprobar que Davos ya cree que es una oenege como Amnistia Internacional.

La diferencia es que la renta media de los participantes en Davos rebasa dos millones de euros (eso si la presencia de Bill Gates, Jaime Dimon y George Soros sube bastante el promedio estaístico). Hay otra diferencia: en Davos nadie ha puesto pegas a que asista un Jair Bolsonaro que , a diferencia de otros representantes de la nueva derecha intolerante, es ya un neoliberal a ultranza que ha entregado las riendas de su política económica al gestor de fondos de inversión Paulo Guedes, un chicago boy ultraliberal, , Guedes encaja perfectamente en el perfil del financiero global en Davos que cierra los negocios y las comisiones multimillonarias en las pistas de esquí de Schatzalp. Con Guedes al mando de la política económica, Davos hará la vista gorda cuando Bolsonaro prohibe la “ideologia de genero ” en las escuelas brasileñas, o califica la homosexualidad como una aberración.

Este año los muchos periodistas denegados el acceso a los tormentos de ideas en los ex sanatorios de tuberculosos ya reconvertidos en hoteles de cinco estrellas y centros de wellness , podrán asistir a un evento alternativo (aun no se sabe la fecha) . Es la cumbre anti Davos de The movement creado por el gurú de la ultra derecha , alt right, nacionalista Steve Bannon, el guru de Trump,   En esa conferencia, organizada por el ultra belga Michael Modrikamen, los lideres de esta nueva extrema derecha – seguramente habrá una representante de Vox- se presentarán como los defensores de los valores de la patria contra los globalistas de Davos. La de Bannon será la cumbre que defiende los valores de la familia tradicional blanca, de ojos azules y de pelo bien arreglado ( no hagas caso al de Bannon o Trump) frente a las perversiones de ideología de genero, y la inmigración descontrolada. (Jair Bolsonaro se ha apuntado a esta también)

En las pistas de Davos los banqueros billonarios cerrarán filas en torno a la unión Europea frente al Brexit, y apoyaran la campaña del remain en defensa de un segundo referéndum, el llamado people’s vote. Los Davos men expresarán su solidaridad con los pro europa del centro izquierda británica y con el panel de 50 ejecutivos de las grandes empresas y bancos británicos que , consultados por el Financial Times, dijeron que hay que “aumentar las presionen en favor de la prolongación articulo 50 (el plazo que tiene el reino unido antes de salir de la UE) y en favor de un segundo referéndum”. El foro de Davos hará causa común con los progresistas británicas a favor de Europa y contra el pensamiento “inward -looking” del anacrónico nacionalismo del Brexit. Mientras, en la cumbre anti Davos de Steve Bannon, el Brexit será una causa celebrada y Nigel Farage, el líder del UKIp, será uno de los participantes.

Yo no estaré en Davos porque, según reconoció una portavoz del WEF, el libro que escribí hace cinco años sobre el foro de ricachones Un reportero en la montaña mágica, provocó “tensiones” en el departamento de acreditación. Tampoco estaré en la cumbre de Bannon porque esos no solo vetan a un periodista que no caiga bien sino que le dan una buena paliza. En cualquier caso, para la salud mental he decidido que es mejor mantener una distancia de seguridad tanto del Davos globalizado como del anti Davos de la ultra derecha no globalista. Las dos son altamente tóxicas.

LA VANGUARDIA