Los principios de Ciudadanos

Principio de la simplificación y del enemigo único: adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo. En la presentación de sus listas electorales en Cataluña, durante el pasado mes de noviembre, el líder de Ciutadans Albert Rivera se refería a la necesidad de “poner fin al nacionalismo” en tanto que es “un veneno que puede hacer enfermar Europa” y especificó que era “imposible hablar de otras cosas” porque el nacionalismo paraliza los debates de ámbito estatal. El “nacionalismo” -no se refiere al suyo, evidentemente, sino al independentismo catalán- ha sido la idea simplificadora, la excusa para todo, el enemigo que hay que combatir para evitar la destrucción de España y del continente entero. Explotando este enemigo único, Ciudadanos ha conseguido liderar las encuestas para unas eventuales elecciones al Congreso y ahora, yendo un poco más allá, pretende aglutinar bajo sus siglas puntos de vista diversos que compartan el temor a este enemigo común. En la presentación de su plataforma “España Ciudadana”, Albert Rivera repetía esta idea: “Los adversarios son los que quieren destruir este país, los adversarios son los que quieren sembrar una línea divisoria entre españoles, quieren que nuestros familiares sean extranjeros en nuestro propio país”.

Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en una suma individualizada. A menudo, desde Ciudadanos se ha querido incluir también a Podemos dentro de esta mezcla de enemigos de España. Por ejemplo, su portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, dijo en el programa ‘El Objetivo’ de La Sexta que “los señores de Podemos están poseídos por el espíritu de Puigdemont”. En diciembre del año pasado, Albert Rivera pronunciaba las siguientes palabras en Granollers: “Podemos es el utensilio que tienen los separatistas para seguir en el gobierno” y añadía que, para evitarlo, “lo mejor que puede pasar es que no tengan votos”. Es irrelevante que Podemos haya rechazado reiteradamente la idea de Cataluña como estado independiente: se trata de poner dentro de un mismo saco a todo aquel a quien se quiere desacreditar.

Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan. Esta misma semana se han hecho públicas unas imágenes registradas en la playa de Canet de Mar en las que varias personas identificadas como militantes de Ciudadanos se dedicaban a destruir una instalación que reivindicaba la libertad de los presos políticos catalanes. No sólo eso, sino que los personajes en cuestión no repararon en agredir varios transeúntes que les recriminaban su fechoría. Lejos de pedir disculpas por el comportamiento agresivo de sus militantes ni valorando emprender algún tipo de represalia contra ellos, Rivera abría el Twitter para tachar de “nacionalistas” e “indecentes” a los catalanes que habían plantado las cruces amarillas en la arena de aquella playa del Maresme.

Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. Con la voluntad de crear un relato de ficción que haga creer que en Cataluña hay un clima irrespirable de violencia independentista, desde Ciudadanos no se cortan por exagerar cualquier hecho aislado que refuerce esta idea. Ejemplos podríamos poner a montones. Así, tanto Inés Arrimadas como Albert Rivera twiteaban simultáneamente el pasado 6 de octubre la fotografía de una pintada hecha en Girona donde decía “Puta España. Arrimadas y Rivera os mataremos. ETA.cat”. No entraremos ni a valorar la credibilidad de una pintada con esta firma.

EL TEMPS