Lo que esconde ‘Sociedad Civil Catalana’

En estos días ha aparecido un libro excelente que desnuda de arriba abajo la entidad de extrema derecha y ultranacionalista española Sociedad Civil Catalana (SCC). Se trata de un libro escrito por el periodista Jordi Borràs y titulado ‘Desmontando Sociedad Civil Catalana. Quiénes son, qué ocultan y qué hacen para impedir la independencia de Cataluña’ (Saldonar, 2015) que constituye un espléndido documento sobre las interioridades de esta asociación, que es en sí misma una delegación territorial torpe de la caverna española. Y es que Sociedad Civil Catalana es la historia de un fracaso. Ha fracasado en todos los frentes que ha intentado abrir contra los derechos nacionales de Cataluña, a pesar de las opacas inyecciones de cientos de miles de euros que recibe, y ha fracasado igualmente en el intento de ser una réplica españolista de la Asamblea Nacional Catalana. Fracaso rotundo.

La cobardía y el cinismo, por otra parte, también son rasgos definitorios de este grupito de setenta y cinco socios -setenta y cinco-, ya que llega al extremo de negar hechos absolutamente probados, como los vínculos directos de muchos de los sus miembros con partidos o colectivos ultras, fascistas, xenófobos o neonazis, como Somatemps, Falange Española, Plataforma por Cataluña, Brigadas Blanquiazules, Casal Tramuntana o glosadores de la División Azul y de la Legión Cóndor hitleriana. Por cierto que, dado todo esto, sería necesario que los servicios informativos de TV3 y otros medios catalanes explicaran por qué silencian estas evidencias o incorporan tertulianos de SCC en sus programas. El Món, afortunadamente, sí ha informado siempre de todo lo que se esconde detrás de las siglas SCC. Precisamente, hace unas semanas, este diario digital informaba de que la Generalitat había impedido que SCC pudiera satisfacer su petición de ser marca registrada, algo lógico, dado que nunca setenta y cinco personas deberían poder usurpar la identidad de toda una sociedad.

Es bastante elocuente, además, la pasividad del ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, ante las amenazas de muerte que, como explica David Bassa en el prólogo, ha recibido Jordi Borrás por su periodismo de investigación. “Primero a través de las redes -dice Bassa-, luego a través de pintadas, y finalmente en público, a micrófono abierto. Sí, esto está ocurriendo: el fascismo no sólo no se ha marchado sino que se atreve incluso amenazar públicamente a un periodista sin que nadie del Ministerio del Interior español haga nada, absolutamente nada”. Bassa puede encontrar una respuesta en la relación entre Josep Ramon Bosch, expresidente de SCC, y Alberto Fernández Díaz, hermano del ministro, como coautores de un libro publicado por Galland Books, una editorial que, como dice Borrás, es el nombre de un oficial de aviación nazi -Adolf Galland- que tuvo un papel destacado en la Legión Cóndor.

Hagamos una pequeña muestra de algunas de las cosas que Jordi Borràs explica en el libro:

• “Alguien podría pensar que la relación de SCC con la extrema derecha es fruto de la infiltración de estos movimientos totalitarios en el seno de la asociación españolista. Esto está lejos de la realidad. SCC representa el caso paradigmático de entidad gestada, impulsada y codirigida por organizaciones y miembros ultraderechistas. […] El hecho que demuestra que es un caso grave es que he pedido información sobre Somatemps al Departamento de Interior y me han contestado por escrito que esta información debería ser facilitada en el marco de la Comisión de Materias secretas y Reservadas, ya que se trata de un tema vinculado con la extrema derecha”.

• “Un escrito en la página Fuerza Nueva 50 Aniversario delataría el paso de Bosc [Josep Ramon] por el partido fascista FN, organización liderada por Blas Piñar”.

• “Uno de los hechos más temibles de SCC y su relación con entidades ultraderechistas ha sido la presencia continuada que estas organizaciones han tenido desde el día de la fundación. […] El vínculo entre estas entidades no sólo ha bebido de los vasos comunicantes en forma de capital humano entre las dos asociaciones, sino que, además, ha habido un fenómeno inquietante: el ala izquierda de SCC, representada por los sectores próximos al PSC y algunos impulsores de Ciudadanos, del ala progresista, también ha tenido relación con Somatemps. […] Un hecho similar fue la participación de José Domingo, exdiputado de Ciudadanos y secretario de SCC, en un acto organizado por esta asociación ultraderechista el 8 de septiembre de 2015 en el Hotel Atenea, lugar habitual de los actos de Somatemps y SCC”.

• “Hay una pregunta obligada: ¿de dónde salen los enormes recursos económicos de la asociación? Si tenemos en cuenta que la cuota de socio es de diez euros mensuales, y que según el balance económico del ejercicio 2014 ese año la asociación ingresó 992.672,13 euros, algo no cuadra. […] Llama la atención que, a pesar de los grandes ingresos de la asociación, de casi un millón de euros, el ejercicio se cerró con más de noventa mil euros de pérdidas. El segundo hecho a destacar es que de este millón de euros ingresado, las cuotas de socios sólo representan quince mil euros del total. Dicho de otro modo, el 1,5% del total de ingresos corresponde a cuotas de socios, el 1,4% en recaudación de fondos a través de donaciones privadas, anónimas y sin identificar las partidas de cada pagador”.

• “Algo se nos escapa de las manos, pues, si el 21 de julio de 2014 el saldo de SCC era de 10.365,87 euros, una cifra inferior a los gastos estructurales mensuales de la organización. Durante los tres meses siguientes, sin embargo, la entidad pudo asumir dos actos con un gasto de más de 430.000 euros”.

• “Una información aparecida en el digital unionista ‘Las Voces del Pueblo’ señalaba a un dirigente del PP catalán, con la ayuda del mismo Gobierno, como la persona que habría mediado entre empresas del Ibex 35 para financiar SCC con un millón de euros”.

Estos son unos pequeños extractos del libro ‘Desmontando Sociedad Civil Catalana’, de Jordi Borràs. Un libro de lectura agradecida, amena y enriquecedora que abre en canal esta asociación supremacista y ultranacionalista española en cuyos actos se puede ver, entre otros, a Carmen Chacón, José Montilla, Miquel Iceta o Ángel Ros.

EL MÓN