Iruña-Veleia y Altamira

Estos dos hallazgos han tenido una dura historia porque fueron tachados de fraude.

Altamira:

–En 1880 se descubrieron las pinturas ruprestres, a las que su descubridor atribuyó origen prehistórico. Sin embargo algunas sabios las calificaron de falsas.

–Desde el principio sufrieron una radical descalificación académica. Como muestra, en 1886 Eugenio de Lemus, Regente de la Real Calcografía y condecorado con una Encomienda de Isabel la Católica, dictaminaba:

«Tales pinturas no tienen caracteres del arte de la Edad de piedra ni arcaico ni asirio ni fenicio, y sólo la expresión que daría un mediano discípulo de la escuela moderna».

Despreciaba así a los autores, comparándolos con unos estudiantes mediocres que habían hecho la falsificación.

–En 1902, 14 años después de la muerte de su descubridor, fueron por fin reconocidas como auténticas, y en 1985 Altamira fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.

Iruña-Veleia:

–En 2005 aparecieron unos grafitos, que el equipo arqueológico situó en torno al siglo III. Pero en 2008 algunas sabios los calificaron de falsos. Incluso la Diputación Foral de Álava llevó en 2009 el caso a los tribunales y ahí continúa, 9 años en espera de juicio.

–Desde el principio sufrieron una radical descalificación académica, política y mediática. Como ejemplo, en 2008 Joseba Lakarra, Doctor en Filología Vasca, afirmaba:

«Resultaría, por tanto, mucho más verosímil que esas frases fueran debidas no a vascos inergativos del [siglo] III sino a pseudo-euskaldunberris o aspirantes a euskaldunberri de finales del s. XX o comienzos del XXI que no estuvieran muy atentos al tratar el tema en clase».

Despreciaba así también a los autores comparándolos con unos estudiantes mediocres y falsificadores, a pesar de que hoy por hoy nadie puede saber si son falsos porque no se han hecho los análisis necesarios.

–Hay que confiar en que la actual situación judicial no dure 9 años más, ya que la ventaja de Iruña-Veleia es que hoy en día la ciencia tiene medios suficientes para saber, por encima de opiniones y teorías, en qué época se grabaron los grafitos.

Pero mientras tanto está en juego el honor, el prestigio profesional, la economía y la libertad de Eliseo Gil, quien sin prueba alguna y mientras no demuestren lo contrario, es inocente.

Si defiendes la justicia o el euskera o la historia o la cultura o la ciencia, y por ello quieres colaborar en la justa reivindicación de que se analicen los grafitos, se te invita, sea cual sea tu opinión, a la concentración que se celebra en Vitoria todos los jueves a las 8 de la tarde ante el palacio de la Diputación.

Naiz