¿Independentistas? ¿En serio? Que se note

La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales explicó ayer que propondría a la Corporación Valenciana de Medios Audiovisuales y a IB3 crear un canal conjunto que emitiera por internet algunos contenidos de las tres televisiones. Es un paso importante. No por el impacto real que pueda tener este canal en internet, sino por la ruptura de fronteras que implica. Enhorabuena por la propuesta. Ahora habrá que ver qué respuesta recibe de los responsables políticos de las televisiones valenciana y balear.

Esta idea me sirve, sin embargo, para formular otra más atrevida, pero mucho mejor por varias razones. Consistiría en crear una única corporación de medios audiovisuales que emitiera en toda la nación catalana. Más allá de los beneficios presupuestarios que tendría, es muy importante que después de romperse algunas cadenas que nos mantenían encarcelados también se rompan algunas barreras mentales que aún tenemos interiorizadas y vivimos como si fueran naturales, después de siglos de inserción persistente de la semilla de la división.

Actualmente, cuatro provincias de la nación están en la puerta de la prisión donde han pasado más de trescientos años. Dentro de cuatro meses habrán decidido si abren la puerta y respiran aire fresco o si vuelven a la celda donde han vivido juntas a respirar ese aire rancio. Todo este tiempo de privación de libertad la han pasado en módulos diferentes de las otras provincias y territorios de su familia. Han pasado tanto tiempo que se han acabado creyendo lo que no paraba de repetirles el director del centro penitenciario y todos los guardianes.

De hecho, el reglamento de la prisión, por el riesgo de que estos prisioneros se juntaran, pusieron allí un punto (el 145) que dice: ‘En ningún caso se permite la federación entre prisioneros. Los prisioneros podrán hacer acuerdos para intercambiarse los calzoncillos. Pero cualquier acuerdo de este tipo necesitará la autorización del director de la prisión’. Los dirigentes del centro penitenciario son gente muy ilustrada, a la que no se le había pasado por alto la Crónica de Ramon Muntaner, que dice: «La mata de junco tiene una fuerza que, si toda la mata se ata bien fuerte con una cuerda, y toda se la desea arrancar en conjunto, os digo que diez hombres, por mucho que tiren, no la arrancarán, aunque algunos más se pusieran; y, si al quitar la cuerda, de junco en junco la arrancará toda un muchacho de ocho años, de modo que ni un junco quedará».

Hay alguien que dice que los dirigentes de la prisión no habían leído la Crónica, sino que habían oído hablar de un conocido de los catalanes, un tal Luis XI de Francia. De hecho, recuerdan una frase atribuida a este monarca que había intentado alcanzar la soberanía de Cataluña a mediados del siglo XV. La frase decía ‘divide et impera’. Viniera de donde viniera la inspiración, el hecho es que el personal de administración y servicio -lo que los centros de enseñanza se llama PAS- de la prisión había recibido la orden de no ahorrar ni un segundo en la tarea de separar bien separaditos los miembros de esta familia encarcelada.

Y estamos aquí. Con una parte de la familia que ya ha roto las cadenas y los barrotes de la celda. Pero que apenas recuerda que es familia numerosa. Los más antiguos sí recuerdan algunas cosas de sus parientes. Pero la familia ha ido creciendo en la cárcel y muchos han aceptado dócilmente el punto 145 del reglamento.

Lo que es peor de una cautividad larga no son las condiciones materiales. Son las consecuencias psicológicas y las secuelas mentales. Los carceleros han inoculado durante muchos años a los prisioneros el virus de la división. Han conseguido dibujar unas barreras territoriales que han descuartizado la nación. Y ahora todavía probamos sus consecuencias y hay que hacer un esfuerzo adicional para superar esta fractura impuesta. Por ello, la propuesta de la CCMA es fundamental. Y aún sería más liberador y saludable empezar a crear las estructuras de la mata de junco.

Porque la independencia no puede ser una nueva jaula. No tiene ningún sentido reproducir ahora fuera de la cárcel la misma celda donde hemos vivido todos estos años. Empezamos a ser independentistas con plenitud. Fuera complejos. Hay que vivir la nación con naturalidad. ¿Qué encontraréis más interesante que redescubrir nuestro país entero? ¿Qué más apasionante que descubrir que es más grande y diverso de como os lo habían contado? Si queremos la independencia, que sea completa. También mental.

VILAWEB