Euskera, campaña de manipulación desde una gran mentira

otra vez el euskera utilizado como argumento de confrontación política. Toda una inmensa campaña de manipulación política impulsada sobre todo por UPN y PP -con el apoyo más o menos disimulado del PSN-, basada en una gran mentira: la política lingüística impone el euskera a todos los navarros y en todos los ámbitos. Han estado ausentes de las grandes movilizaciones de las últimas semanas en Navarra por la defensa de los derechos de las mujeres, por unas pensiones justas, contra la desproporción judicial en el caso de Alsasua y contra la violencia machista tras la sentencia por la violación grupal de una joven en los Sanfermines de 2016 y ahora se montan su propia manifestación a costa de atacar y desprestigiar al euskera, una lengua propia de Navarra que nunca han sentido como tal y a la que han perseguido con obstáculos, leyes injustas y políticas de exclusión durante sus años en el poder. Fracasaron en su intento de apropiarse para su uso partidista de la bandera de Navarra y ahora quieren tensionar a la sociedad difundiendo la mentira de que el euskera se impone de forma obligatoria. Han ido a Madrid a contar mentiras sobre Navarra y a colar esas mentiras en los medios de comunicación afines de allí y ahora la víctima de esa estrategia negativa y destructiva es el euskera. Una comisión especial debate en el Parlamento con expertos lingüísticas y juristas sobre la legislación foral del euskera y las vías para adecuarla a la realidad actual de la sociedad navarra, pero UPN y PP se negaron a participar en ese debate, abandonaron ese foro y ahora quieren ocultar su falta de ideas y propuestas con una manifestación, porque tienen miedo a las conclusiones de ese debate. En definitiva, temen a la democracia cuando la democracia no les da la razón. Se esconden tras un genérico sociedad civil de los convocantes del acto, los mismos de la manifestación de hace un año, personas representantes de las posiciones más duras e intransigentes de la derecha navarra. En Navarra se puede saber euskera por ser lengua materna y familiar, lo que ocurre a miles de navarros y navarras, o por aprendizaje, bien por apego a esta lengua navarra o bien por cualificación profesional. Como el inglés, el francés, el chino o el alemán. A nadie en ningún lugar de Navarra se le impone la enseñanza o el aprendizaje del euskera. De hecho, desde que se extendió la posibilidad de estudiar en euskera al conjunto de Navarra, 145 familias han optado por esa vía. No parece que eso sea imposición. Tampoco, por supuesto, es verdad que el euskera sea obligatorio para trabajar. Otra impostura más. La mentira siempre ha formado parte de la política, pero convocar a los ciudadanos a una manifestación con una excusa tan falsa es un insulto a la inteligencia de esos mismos ciudadanos y una estrategia ridícula. No les importa el euskera ni les importa Navarra, únicamente están obsesionados con llegar al poder de nuevo al coste que sea. Pero no tienen nada que contar en positivo a la sociedad navarra, porque siguen anquilosados en la misma Navarra minorizada e irreal que trataron de imponer sin éxito al conjunto de los navarros y navarras durante años. La Navarra real no es única ni su coto particular, es plural y diversa. Su discurso es tan viejo, tan alejado de la sociedad navarra actual, tan difícil de creer en el siglo XXI, tan absurdo y fanático que da más cansancio y pena que otra cosa.

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