ETA disuelta, el relato oficial y las preguntas prohibidas

Efectivamente, todavía caliente el difunto, relatos y veleidades políticamente no correctas, pueden rozar el escándalo e incluso la exaltación del terrorismo…. Que para eso estamos en un estado democrático y de derecho…

El relato ya nos viene prescrito. ETA nunca debió existir, nunca tuvo sentido, nunca consiguió ninguno de sus objetivos -¿Pero hubo objetivos…?- A ver si esos objetivos no van a ser tan dispares de los que defienden muchos demócratas…

Bien, no voy a ser quien matice este relato, lo puntualice o lo distorsione… “Dios me libre”. Y que ahí está la historia y esa ya suele poner los puntos sobre las íes…

Pero si me hago muchas preguntas. Algunas de difícil, cuando no osada respuesta. Otras a las que, al menos en voz alta, no nos atrevemos a responder porque sería osado, heterodoxo, cuando no colindante con el delito. Que ya sabemos que los ímpetus inquisitoriales son como la muerte del cisne. Y en Iberia nunca mueren…

De cualquier forma, preguntas y respuestas, que ya su mera formulación, necesariamente han de escandalizar a tirios o a troyanos… Son tiempos en que las furias de medios y huestes de los partidos oficiales están desencadenadas…

Una pregunta tan simple como el porqué surgió ETA, si lo hizo por generación espontánea o por simple instinto criminal de unos muchachos descabezados… ¿Es hoy día tranquilamente viable?

“¿Están los de este mejunje político actual: derecha, ultraderecha montana, izquierda descafeinada, izquierda con proyecto de derecha, izquierda sin proyecto claro, románticos, desnortados, mediopensionistas, etc., permeables a cualquier respuesta que se atreva a matizar lo políticamente correcto?” Seguro que en muchos medios, su sola formulación será tan inmoral como ilegal…

¿Es ético, democrático, honesto, hacerse otras preguntas que nos surgen al escuchar tanta plática, a menudo con resabio de moralina?

¿Por ejemplo. Pueden hablar con semejante aplomo del honor a las víctimas, quienes durante tantos años despreciaron y olvidaron a las víctimas de las cunetas?

¿Quiénes son más víctimas, las de ETA o las del franquismo? ¿Quiénes fueron más humilladas y menos dignificadas? ¿Son más dignas las 900 víctimas de ETA que -3.200 sin salir de Navarra- las del franquismo? ¿Fueron más humilladas las víctimas de ETA que las del franquismo –cuántas Maravillas, cuántas mujeres envilecidas-…?

Y como estas preguntas, otras muchas que actualmente se soslayan o se les quita relevancia.

Claro que ETA, nunca debió de existir. ¿Y el franquismo? ¿Y el fascismo? ¿Y el sionismo…? ¿Y todo lo que en sus proyectos comporta el crimen y el genocidio? ¿Y los que hacen posibles tales genocidios –hoy y aquí- vendiendo armas…? ¡Vaya evidencia…! ¿Y que hacen los pontífices de los estados de derecho –de los que formamos parte- para evitar tanta calamidad humana?

Preguntas ciertamente demasiado manidas, demasiado habituales, cuyas respuestas ni acarrean desgarros de vestiduras, ni escandalosas prosopopeyas… Quizás porque la indiferencia que nos provocan, no vaya más allí, que la que, fuera de las palabras, en muchos fueros internos hoy día suscita ETA.

El sufrimiento que ha provocado ETA, como el franquismo, el tardofranquismo, seguro que están cruelmente encarnado en las víctimas. Esto es tan indudable como dramático. Pero dudo que tal sufrimiento crucifique las carnes de tantos que viven del panegírico sobre las víctimas, o de la filípica contra el victimario.

Da la impresión, que la desaparición de ETA, a muchos les va a desencuadernar y a privar de un suculento “modus vivendi”.

Hago estás reflexiones, como buscando una brizna de oxígeno ante tanto relato oficial y mediático que da la impresión que no te permite ni siquiera preguntar o disentir.

Sin más y sin menos.