Estelada no, ¿Al Qaeda sí?

En nuestro país hay soberanistas de derechas y unionistas progresistas que hacen pinza constantemente para evitar que los discursos social y nacional rompan las barreras artificiales que los separan (las pocas que quedan, hay que decir) y puedan llegar a generar una espiral sinergética revolucionaria. En esta ocasión, la rama unionista del procesismo (es decir, los que quieren alargar nuestra agonía hasta una hipotética victoria ‘podemita’ en el Estado con la que, supuestamente, se podría convocar un referéndum “de verdad”) ha dedicado días previos a la manifestación prorrefugiabos a cuestionar la intención de la ANC de presentarse con su ineludible colección de esteladas. No han sido pocas las acusaciones a los independentistas de querer “parasitar” la convocatoria. El argumentario, muy flojito. Ya puede el independentismo estar girando constantemente hacia la izquierda y estarse dotando constantemente de contenido social, que para los ‘poscos’ la cosa no va de banderas, porque “ningún paño de colores salvará un refugiado”. Esto de juzgar la utilidad material de un símbolo en vez de valorar la utilidad material de lo que simboliza el símbolo, es grosero y de muy bajo nivel intelectual. Desgraciadamente, la mala calidad no limita el recorrido de las ideas.

Me sorprendió, sin embargo, la decisión de la Izquierda Independentista de optar por el ‘independentismo implícito’, sustituyendo la simbología habitual por unos carteles de color rosa cupero que llamaban a la desobediencia en materia de refugiados. De hecho, reconocí el bloque gracias a estos carteles y a la indumentaria de los presentes. Me planté en él en medio y me di cuenta de que era la única persona que llevaba estelada. Cabe decir que había recibido el burofax vía whatsapp que convocaba al bloque a “desobedecer” y en su lugar leí la consigna de evitar simbologías, pero bueno, en ningún momento nadie me miró mal ni me llamó la atención.

Entiendo que la izquierda independentista (II) no haya querido posibilitar el desvío del debate hacia temas identitarios pero creo indiscutible que la cuestión de los refugiados tiene mucho que ver con el tema de la soberanía nacional. ¿Dispone Cataluña del control de sus fronteras? No. ¿Sería la desobediencia en temas de inmigración un acto independentista? Sí. De hecho, desobedecer al TC en cuestiones sociales fue la base de la declaración independentista del 9 de noviembre de 2015. Dejando aparte experiencias como la vía Colau de desobediencia, consistente en decir a los del Periódico que publiquen que has cerrado el CIE y quedarte tan ancho, fijémonos en un ejemplo reciente como la negativa del alcalde de Celrà a las maniobras militares. Llena de dignidad, sin duda. Pero una marcha, un bando del gobierno municipal y una concentración de rechazo, si se plantearan como hechos aislados, no serían útiles para expulsar el ejército español de nuestra tierra. Ni para acoger refugiados tampoco. Necesitamos coordinar las desobediencias en el marco de la estrategia independentista para controlar las fronteras. Así que yo, personalmente, pienso que se debería haber ido con esteladas rojas, para hacer patente a nivel visual este encuadre, asumiendo el riesgo de que la organización “Casa Nuestra Casa Vuestra” pierda el favor de ciertos grupos mediáticos si se la vincula con el independentismo y especialmente con su rama más combativa, perjudicando así el alcance de la campaña. Pienso que la liberación nacional ha llegado a un punto de aceptación en el que se le contempla incluso de manera puramente táctica, así que no tenemos que acomplejarnos ante la izquierda no definida nacionalmente.

Pero mientras el “debate esteladas sí/esto no de banderas” me ocupaba la mente, una composición cromática familiar me iba distrayendo. Y finalmente caí. La bandera rebelde siria: verde, blanca y negra. Los trotskistas llevaban, cómo no. Pero no eran sólo ellos. Había más gente, aparentemente refugiados. También había gente que la llevaba a la cabecera de la manifestación, como más tarde pude comprobar por los medios. Y ni una bandera de la República Árabe de Siria. Sólo la bandera del conglomerado otanista de saboteadores. Sólo la bandera de las marcas blancas de Al Qaeda. La bandera de los “decapitadores moderados”. La bandera bajo la que se ha atacado y destruido una sociedad próspera y soberana. La bandera que los hipócritas medios occidentales y sus lacayos con carrera de periodismo han presentado como heroica. La bandera que simboliza la génesis de la guerra y la crisis de los refugiados sirios y que en simboliza también su continuidad.

Más tarde vi a los parlamentos por la tele y ya me cayeron los cojones al suelo. Una supuesta refugiada decía que ISIS y Al Assad son dos caras de la misma moneda, sin mencionar la OTAN ni la rebelión. Entrevistado en la calle por el diario Ara, otro sirio critica la clase política porque no hace nada útil, porque Al Assad y ISIS todavía se reparten el país. Esto no es otra cosa que inducir a la población a posicionarse a favor de una nueva intervención en Siria, aprovechando el interés generado por el tema de los refugiados. Según el pediatra sirio establecido en Cataluña Jamil Ajmar, la mayoría de los 7 millones de refugiados de guerra en su país se han terminado por instalar en zonas controladas por Al Assad como Tartus, que ha pasado de tener una población de 400.000 personas antes de la guerra a tener dos millones. La bandera roja, blanca y negra, pues, ha salvado a Siria. La verde, blanca y negra ha intentado destruirla. Y es que, por mucho que el progresismo liberal, borracho de vacía retórica anarquizante, nos quiera vender que la cosa no va de banderas, la realidad es que el internacionalismo debe defender las naciones como sujetos soberanos frente a las agresiones imperialistas si quiere evitar la muerte y la miseria.

Para terminar dos preguntas: ¿a qué intereses obedecen estos refugiados que incitan a atacar a su país? En segundo lugar, y con todo mi reconocimiento y respeto para los que puedan haber trabajado de voluntarios: ¿no les extraña una organización que, de un día para otro, cuenta con el eco de los principales medios de comunicación y proporciona mensajes encubiertos pro-imperialistas? Y que conste que no estoy diciendo que desde “Casa Nuestra Casa Vuestra” haya esta intención, pero está claro que la indefinición abre las puertas al discurso dominante sobre el tema y eso una organización humanitaria no se lo puede permitir. No soy un conspiranoico, pero tengo derecho a sospechar. Y lo hago en base a precedentes internacionales conocidos. Hasta aquí puedo leer.

RACO CATALÀ