Sobre cómo Bizkaia se incorporó a Nabarra

Tras la caída del Imperio Romano y ya bajo el reino de Nabarra, en siglos XI al XII, es cuando las poblaciones bizkaínas se empezaron a asentar de nuevo en los enfangados y boscosos valles frente a los antiguos asentamientos a media ladera cerca de los caminos pastoriles y de comercio que atravesaban las lomas de los territorios costeros, atalayas naturales que evitaban a los bandidos o a las mesnadas enemigas por tener mejor visibilidad ante un ataque y donde, además, estaban los mejores pastos, lo que reforzaría el posible significado de “lomas” de la voz “Bizkaia”, de la voz euskérika “bizkarra”.

Sería Errigotia, es uno de esos lugares elegidos, privilegiado por sus vistas, de donde se controla toda la comarca de la ría de Gernika-Urdaibai e incluso Mungia con su antigua torre de Billela, todo ello desde una de esas lomas que lleva el nombre significativo de Bizkaigane.

Pues bien, el escudo de la villa de Errigoitia, es un águila negra con alas abiertas en campo rojo, las mismas que usaban los reyes de Nabarra de la primera dinastía, la “pirenaica”. Según el padre Moret en “Investigaciones”[1] tal y como recoge Andrés de Mañaricúa en su libro “Vizcaya, siglos VIII al XI los orígenes del Señorío”[2]: “adoptó por armas dicha villa de Rigoitia una Águila negra, con las alas abiertas en campo rojo, las mismas que usaban los Reyes de Nabarra”.

Es más que probable que Bizkaia pasara a integrarse de forma voluntaria en el Reino de Pamplona-Nabarra, junto al resto de los vascos o baskones, para crear el Estado de Nabarra, País Baskón. Baskonia, de la que es hija Nabarra, se trataría uno de los pocos casos en la historia donde una nación previa se da así misma un Estado, por tanto sería uno de los pocos casos de una “Nación-Estado”, marcada su constitución y organización por nuestro derecho pirenaico, de arriba abajo. No se tiene constancia de lucha interna alguna para la creación del reino de Pamplona-Nabarra como no la hubo en la creación del ducado de Baskonia, lo que hace pensar en una unión de intereses entre todos los baskones del sur. La presión asturiana está sin duda detrás de la incorporación de una Bizkaia -que quedó alejada del centro político baskón al norte de los Pirineos- al floreciente reino de Pamplona-Nabarra.

El primer Señor de Bizkaia fehacientemente datado es del año 920, se trataría de Munio López (o Manso López), que podría ser hijo de López Fortun (870-909), natural de algún lugar del Urdaibai, y que se casó con Belazquita (Velasquita), hija del rey nabarro Sancho I Garcés y doña Toda Aznar. Según la tradición, Munio López fue sitiado y muerto por su propio hijo, su tumba estaría en Aretxabalagane, en la iglesia construida en románico nabarro del siglo X de San Martín de Morga (actual centro parroquial), cerca a su vez de la ermita juradera de San Esteban de Gerekiz, también románico nabarro del mismo siglo X (renovada tras un incendio en 1961, donde se hallaron estelas tardo-romanas del siglo IV, quizás de la antigua calzada romana que según Julio Caro Baroja transcurría por la costa[3]).

En Aretxabalagane se celebraban probablemente las primeras Juntas de Bizkaia (varios siglos antes de pasar a celebrarse en Gernika), bajo su árbol juramental y en la ermita juradera cuando lloviese, se trata de una zona de confluencia de caminos en la misma zona montañosa y en esas lomas origen de la Bizkaia primigenia que le dan nombre.

Es en las Genealogías de Meyá o Roda (970-992) descubiertas en la diócesis de Urgell (Santa María de Meyá, Lleida), donde aparece la primera referencia de un “Comitis Biscahiensis”, por tanto ya dentro del reino de Pamplona-Nabarra: Bizkaia era una unidad política libremente adherida al Reino de Pamplona-Nabarra: “ordo numerum regnum Pampilonensium” “domna Belasquita, usor fruit domni Momi Comitis Bizcahiensis”.

Joxe Garmendia Larrañaga en “Euskal Herriko Hezkuntzaren Historiarako Dokumentazio Gunea” comenta sobre los primeros señores de Bizkaia: “Aparece como conde de Álava Monnio Vigilazi (Munio Velaz[4]) en la escritura de Valpuesta otorgada el 18 de mayo de 918. Parece ser hijo del conde Vela Semenonis, defensor de Cellorigo en el 881 (Rioja Alta, entre Haro-Pancorbo[5]). Este Munio es, probablemente, el Momi, Conde de Vizcaya, que figura en la primera genealogía de Meyá y casado con Doña Belasquita, hija de Sancho I Garcés de Navarra”. www.euskomedia.org/aunamendi.

Sin Embargo, otros autores como Aitor Pescador Medrano en “Tenencias y tenentes del reino de Pamplona, en Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, La Rioja y Castilla” del año 1999, demuestra como imposible que sea la misma persona por la edad, como también es difícil que se le nombre como señor de la Bizkaia primigenia y no se haga referencia al condado de Alaba, mucho más importante en esos momentos, por lo que deben de ser dos personas diferentes.

La Nabarra Occidental forma parte desde un inicio del reino nabarro, ya en el siglo IX, hecho avalado por los límites de las diócesis eclesiásticas en tiempos visigóticos, ya que todas las tierras de habla vasca peninsular formaban parte de la diócesis de Pamplona, tal y como señala el historiador L. Serrano. Así los obispos de Alaba de los siglos IX y X firman como obispos “in Álava et in Vizcaia”, lo que no deja dudas de la no-pertenencia de Alaba y de Bizkaia al obispado castellano de Burgos, ni de Castilla ni tampoco de Asturias.

Está también bien documentado la existencia del condado con Sancho el Mayor sobre el año 1040 con Don Eneko Lupiz latinizado como Iñigo López, apodado “Ezkerra” (“el zurdo”, años 1040-77), que además era tenente en Nájera –entonces capital del reino, por tanto un cargo muy importante-, al que sucedió su hijo Lope Iñiguez II (1077-93) y su nieto Diego López I (1093-1124).

El condado de Bizkaia pasó a ser nombrado como Señorío por primera vez en el año 1040 con el mencionado Iñigo López “Ezkerra”, aunque aparece tanto como “comite”, “senior”, “dominator” y como “dux” en diferentes documentos de Valvanera, San Millán de la Cogolla, Albelda (los tres en La Rioja y dentro del reino de Pamplona-Nabarra), Iratxe o Leire. En realidad la fecha en la que se puede decir que Iñigo López “Ezkerra” tiene un título superior al de conde, es un documento de 1053 de Sancho García IV el de Nájera (Antso Garsea o “gaztea”, el hijo de Sancho III), donde da entender que Munio Sánchez era “comes” en Durango y que estaba subordinado a Iñigo López, que aparece en el documento de 1051 como “dux” en Bizkaia y Durango (firma como “Enego”), aunque el documento parece extrapolado y no es segura la información y sí en el documento que dice literalmente: “dux in illia piltria que uoatatur Bizcaia et Duranco”, por tanto como un único tenente para ambos territorios, Antso Garsea IV el de Nájera o Sancho García, firma como rey “in Pamplona et in Alaua et in Bizcaia”.

El padre de Iñigo López, Lope Iñiguez, en 996 ya aparecía como “Caballerizo Mayor” del rey García el “Tembloroso” y luego como “Botiller” de su hijo el rey Sancho III el Mayor, después se la adjudican varias tenencias en varios documentos nabarros como las de Marañón (1015), la de Azagra (1031) o la de Arrosta o Ruesta (1032), pero nunca firmó como tenente de Bizkaia, por tanto, parece que es con su hijo Iñigo López cuando esta familia llega desde la Corte de Pamplona-Nájera a Bizkaia, sin que sepamos a ciencia cierta el lugar de procedencia original de esta familia.

Iñigo López, Señor de Bizkaia, se casó con Toda, hija del rey nabarro Sancho García IV de Nájera, primogénito de Sancho III el Mayor, por tanto se emparentó con la familia real  nabarra.

La Torre de Madariaga de la familia oñacina del mismo nombre, está situada en lugar predominante en una loma desde la que se dominan amplias perspectivas como el estuario de la ría de Urdaibai, a medio camino entre la capital bizkaina de entonces que era Bermeo (cabeza de Bizkaia hasta 1602)  y Gernika, torre que es muy apta para ejercer el control físico del territorio y su explotación económica, podría ser una de las casa torre originaria de los primeros gobernantes bizkaínos dentro del reino de Pamplona-Nabarra, pues se sabe que en el año 1070 Iñigo López, señor de Bizkaia y su mujer, la princesa nabarra doña Toda, donaron al monasterio nabarro de la Rioja de San Millán de la Cogolla en sufragio de su hijo Sancho Iñiguez: “in Gorrikiz illos palacios de Madariaga cum ovni pertenentia, terras, et manzanares (…)” (los palacios de Madariaga con sus pertenencias, tierras y manzanares). En Gorrikiz, hoy Gorritiz, llamada también Torre de Urdaibai, del reloj o del “perejil”, hoy un museo (“Gernikazarra historia taldea”).

 

¿TENENTES NABARROS O ALGO MÁS?

Los condes y señores nabarros, durante los primeros siglos, eran en realidad meros tenentes: recaudadores de impuestos, impartidores de justicia y defensores del reino de Nabarra en nombre de su rey sin derecho a herencia y de manera temporal. Pero en Bizkaia se observa el respeto a la línea sucesoria y una continuidad en el cargo. Existen enlaces matrimoniales entre las hijas de los reyes de Nabarra y el conde o señor de Bizkaia, lo que lleva a pensar en un acuerdo entre éstos para incorporarse a la corona pamplonesa, sólo hay que recordar el texto en el que los reyes asturianos dejaron escrito bien claro en el 886 que aquellas eran «tierras poseídas por sus moradores» y el título de “rey de Bizkaia” que le otorgan las crónicas musulmanas, Ibn Al-Athir (s.XII-XIII): «Alfonso había logrado la ayuda del rey de Vizcaya, su vecino (…)”

“Como escribió Lacarra en relación a Vizcaya, este señorío era fluido y difícil de precisar, tanto en su extensión territorial como en la relación de sus señores con el monarca. Su jefe territorial, que lleva el título de conde, supuestamente nombrado por el rey, gozó de hecho de mayor estabilidad que la otros tenentes. Así lo indica la originaria continuidad en el cargo en el linaje de los antepasados de Diego López de Haro”. J. Fernando Elizari en el libro “Sancho VI el Sabio, rey de Nabarra” (Col. Reyes de Navarra).

Era de la misma opinión el medievalista bizkaíno Anacleto Ortueta (1877-1959) en su libro “Nabarra, el Estado político de Vasconia”, Edit. Pamiela pág 66, comenta: “Parece que D. Lope Díaz, Sr. de Bizkaia (1124-1170), que siguió constantemente en la corte del rey de Castilla, no usó nunca el título de Sr. de Bizkaia, lo que induce a creer que anduvo ausente de ella por tenerla ocupada el rey de Nabarra, aunque por otra parte, el no aparecer ningún Sr. de Nabarra con el título de Sr. de Bizkaia, es argumento sólido para suponer que el rey de Nabarra no podía concederlo así o que los bizkaínos no se prestaran a ello, pues en realidad el señorío estaba vinculado de hecho en la familia que hacía poco había empezado a llamarse de Haro”. Diego López II no aparece nombrado como señor de Bizkaia hasta 1194, cuando era cabeza de familia desde 1170.

Recientemente, Aitor Pescador Medrano, comenta lo mismo en el mencionado trabajo: “las tenencias son concedidas “per manum regis”, de raíz “feuso-casallática”, lo que quiere decir que el tenente podía ser remitido del puesto a voluntad regia. Sin embargo, la presencia de estos barones y sus familias en nuevas tierras implicó el que fueran poseyendo intereses en la zona y en ocasiones la tenencia se volviera hereditaria. Excepciones a todo esto vuelve a ser Álava y Vizcaya donde la tradición hereditaria sí que está consolidada dadas sus características propias”.



[1] Libro segundo, capítulo nono, número quinto. El “arrano beltza” sería el símbolo personal de Sancho VII el Fuerte (1194-1234), quizás usado por la familiar real nabarra desde su abuelo García Ramírez “El Restaurador”.

[2] Página 108.

[3] “Es probable que la vía que iba de Astorga a Burdeos por Alava tuviera ora casi paralela junto al mar que uniera entre sí las ciudades marítimas que menciona Ptolomeo”. Historia del País Vasco Tomo II.

[4] El primer conde de Alaba documentado fue Eylon de Alaba (866), descendiente de la familia nabarra de los Belasko, y el segundo, ya bien documentado, fue Bela Jiménez (882), por tanto Alaba estaba integrada en el reino navarro desde su génesis y recuperará las tierras que le conquistaran los asturianos. En la Crónica Albeldense, escrita en 883, se alude dos veces al “comes in Alava”.

Era conde de Alaba Munio Vélaz en el año 919, probablemente miembro de una familia autóctona, después Alvaro Herremálliz en el 931, bien relacionado con la corte del rey nabarro Jimeno Garcés, y, por último, Fernán González (932-970), conde consorte en Alaba, que lo era también del entonces de los pequeños condados que acaban conformando la fronteriza Castilla y que estuvo casado con una infanta de nabarra, lo que le daba un fuerte aliado frente al rey leonés: se casó en el 932 con una hija de Sancho Garcés I, Sancha, que era la condesa de Alaba, anteriormente casada a su vez con Ordoño II de Asturias.

[5] Resumen de la Wikipedia: “Al-Mundir de Córdoba (año 881) al ver que podía contar con más tropas, se puso en camino desde Zaragoza por las orillas del río Ebro, devastando el valle a su paso por La Rioja, perteneciente al rey de Zaragoza, Zimael Ben Muza y al rey de Tudela, Fortuno Ben Muza, tíos de Ababdella. Llegando a Cellorigo pretendieron tomar su castillo (nabarro), ya que éste protegía uno de los pocos pasos existentes para cruzar los montes Obarenes. El castillo se encontraba protegido por Vela Jiménez, primer conde de Álava (pariente de los reyes de Navarra a cuyo servicio se encontraba). La contienda causó muchas bajas en ambos ejércitos, pero el castillo no fue tomado. De ahí Al-Mundir se dirigió a Pancorbo (otro paso sobre los mismos montes), donde la contienda se alargó durante varios días, consiguiendo una nueva derrota con numerosas bajas.

Segunda batalla de Cellorigo: En 883 el ejército de Al-Mundir, mandado por Almonder y Abuhalit, tras haber batido los muros de Zaragoza y saqueado Monjardín y otros pueblos de Navarra, emprendió desde allí el mismo viaje que el año anterior, para librar una nueva batalla en Cellorigo, pero esta vez sin la ayuda de las tropas de Ababdella. El resultado fue peor que el anterior, ya que fueron rechazados de nuevo, no consiguiendo otra cosa que muchas bajas. De aquí marchó a Pancorbo y Castrojeriz, (norte de Burgos) con el mismo resultado”.

* Aitzol Altuna Enzunza, Galdakano (Nabarra)

 

Publicado por Nabarralde-k argitaratua