Senda viva, disfrutar de la ribera y euskera

Aunque lleva años en funcionamientos hasta hace unos días no lo habíamos visitado. Lo vas dejando porque piensas que esta indicado para los más pequeños, y por otra parte te haces la idea de que la mayoría sean animales domésticos, a los cuales algunos ya conocemos. Ambas ideas son erróneas, ya que pueden disfrutar tanto los peques como los adultos.

Fuimos un día festivo, con lo cual la afluencia era muy numerosa y el ambiente animado. Resulta curioso encontrarte de repente con un dromedario, que campa a sus anchas a escasos metros tuyos, estando otro en estado de reposo con un búfalo. Al ser un espacio amplio las vistas de los animales que van apareciendo resultan relajadas, así vas viendo fornidos bueyes, que aunque domésticos, hace años que no vemos, tortugas, alguna especie de leopardo que camina inquieto por la jaula, iguanas, tortugas, varias especies de ciervos, cebras, avestruces, un enorme tigre blanco, hábiles nutrias, jabalíes, linces, unos enormes osos sirios pero que resultaban simpáticos… en fin que no te aburres. Omito los nombres técnicos, para hacerlo más ameno, y resaltar también que la parte de la granja me pareció muy instructiva para los peques, ya que podían ordeñar una vaca, aunque fuese una figura de poliresina o similar.

Las instalaciones son amplias y relajantes, lo mismo puedes subir a una montaña, por escalera mecánica, desde donde se ven las Bardenas, que pasear por curiosos lagos donde se disfruta tanto de los paseos en barca como de las tirolinas. El ver los lagos me impresionó la capacidad de trabajo de la gente de la Ribera, ya que han conseguido crearlos en una zona un tanto árida. Ello me recordó que hace unos meses me resultaron llamativos los campos de arroz de Arguedas, que posteriormente una amiga me explicó que los sembraron en un terreno que inicialmente era totalmente inculto por la alta salinidad, pero que a un señor se le ocurrió hace unos 35 años que con sucesivos regadíos por bombeo podían ir quitándole el salitre, y así lo fueron inundando y haciéndolo fértil. Hoy el arroz es el segundo cultivo en extensión, celebrándose una fiesta anual.

Una cosa que me resultó llamativa, aunque ya en los hoteles de la zona ves palabras en euskera, junto a las de otros idiomas, como kaixo ‘hola’, ixiltasuna ‘silencio’, y que en el parque parte de la rotulación está en castellano, euskera, inglés y francés, es que entre los visitantes había muchos que hablaban en euskera. Es difícil establecer porcentajes así a bote pronto, pero hubiera dicho que aproximadamente podría ser un 30%. Curiosamente una persona de unas instalaciones, me dijo el nombre de un curioso animal, que previamente que le había preguntado, y aproveché para comentarle lo del euskera, a ver si andaría sobre el 30%, me comentó en euskera que era en torno al 60% y que si ellos/ellas lo utilizasen más, redundaría positivamente en la asistencia.

Esta afirmación me recordó a un frutero de origen africano de Lekeitio, que además de buen producto tiene simpatía y una actitud hacia el euskera impresionante. A todo el que entra a la tienda le habla en euskera. Un día presencié un curioso txandrio. Un joven alto había pedido unas frutas y el frutero le habló en euskera. El joven, respetuoso, le comentó que era de Santander, que había venido a las regatas y que no sabía euskera, y preguntó cuánto era. El frutero sin pensarlo le dijo: Lau euro eta hogei zentimo! (Cuatro euros y veinte céntimos!). Entre los críos, cualquiera que sea su origen viviendo en un pueblo euskaldun, aprenden euskera rápido y lo hablan expontáneamente, pero de adulto no resulta tan fácil y más llevando poco tiempo como es el caso de este hombre. Otro día al pasar oí a nuestro frutero que desde la acera le decía a una persona: “Hamen bizi zara?” (Vives aquí?) Además de lo citado, con esta actitud hace un muy buen marketing con los que se gana a la clientela.

Como señala el Gobierno de Nabarra el impacto de esta infraestructura en la Ribera es positivo. Por tanto potenciarlo y visitarlo resulta ameno y merece la pena, y la riqueza lingüística, en la medida que se pueda estimular y con respeto a todas las realidades, un valor añadido, ya que se trata de nuestra milenaria lengua y joya del patrimonio cultural.