Se confiscan los bienes a los moriscos

Ilustración.

Tras la toma de Granada en 1492, los acuerdos firmados entre Fernando el Falsario y el rey moro Boabdil incluían la tolerancia religiosa y el respeto por la fe musulmana en Al-Andalus. Pero los pactos tenían poca relevancia para Fernando, y casi de inmediato inició una política de acoso y persecución a los musulmanes, encabezada por un viejo conocido de los navarros, el cardenal Jiménez de Cisneros. Cuando la población musulmana no pudo soportar más esta situación de hostigamiento los motines comenzaron a producirse, tal y como ocurrió en las Alpujarras en 1500, revuelta que se saldó con una sangrienta masacre a manos del ejército enviado por el Falsario.

La conquista de Navarra supuso la extensión de la misma política genocida al reino pirenaico, aunque la expulsión propiamente dicha, curiosamente, se decretó ya en 1516, cuando Fernando llevaba varios meses muerto. Jesús M. Usunáriz, que es probablemente quien más profundamente ha estudiado este tema, asegura que la población musulmana de Navarra se concentraba sobre todo en las grandes localidades de la Ribera, y allí será donde se produzcan las mayores confiscaciones de bienes, a partir del 18 de septiembre de 1516. En este sentido, Yanguas y Miranda asegura que, tan solo en Tudela, doscientos hogares quedaron abandonados por los musulmanes fugitivos, y nos consta que en varias poblaciones riberas quedaron desiertos barrios enteros. En Valtierra, además, la confiscada mezquita fue convertida en iglesia. Para más agravio, las coacciones ejercidas sobre los fugitivos incluyeron la obligatoriedad de desprenderse de sus tierras y casas antes de marcharse, lo cual forzó a los musulmanes navarros a malvender sus propiedades al mejor postor. Según Yanguas y Miranda fue un aragonés quien se benefició de estas ventajistas adquisiciones, don Alonso de Gurrea y Aragón, conde de Ribagorza y señor de la villa de Pedrola, un auténtico carroñero a quien no importó apropiarse, a precio de saldo, de los bienes atesorados durante generaciones por familias enteras, que ahora se veían obligadas a marchar al exilio. A la vista de todos los hechos relatados, convendría que no perdiéramos de vista la nueva serie de televisión dedicada a los Reyes Católicos, ni la edulcorada versión que de su reinado nos van a vender quienes, ya hace años, intentaron la beatificación de Isabel. A ver cómo nos cuentan las masacres cometidas en Andalucía, África, Italia o Navarra, o la genocida expulsión de millares de musulmanes de la Península Ibérica.

 

http://www.noticiasdenavarra.com/2012/09/23/ocio-y-cultura/se-confiscan-los-bienes-a-los-moriscos