Requejo, Culla, Riera, Maquiavelo

Hace mucho tiempo existían las reválidas, y conocía uno que se examinó catorce veces. Como ya trabajaba, había perdido la costumbre de estudiar. Aunque se esforzaba y los exámenes le iban bastante bien, el aprobado dependía en buena parte de una suerte que se le resistía. A pesar de esta parábola, ya pesar de la aceptación universal de las teorías de Renan sobre la nación como plebiscito cotidiano, abundan los que observan el referéndum del otoño como la última oportunidad para lograr el certificado de la independencia. Si no se hace, ¡Tururu!

Si sólo es la tercera oportunidad! Si cada convocatoria electoral es una ocasión para alcanzar esa mayoría que siempre está muy cerca. Tanto el 9-N como el 27-S faltaron unos cuantos votos. Es posible que en la próxima se consigan. Si es así, pasaremos pantalla. Y si no, habrá que concluir, como recomienda Ferran Requejo en su excelente libro ‘El tren de las 17:14’, que la partida no se juega a una sola tirada sino que va para largo. El profesor de Princeton Carles Boix compara la situación del Proceso con la de los israelitas ante Jericó. Pues bien, si no recuerdo mal, Josué tuvo que dar siete vueltas completas a las murallas, al sonido de estridentes trompetas, antes de que se derrumbaran. Mi conocido, catorce reválidas. Quizá no hará falta tanta insistencia, pero la persistencia es clave.

Mientras tanto, el sistema de partidos ha experimentado un cambio copernicano, como explica con claridad meridiana J.B. Culla en su también imprescindible volumen ‘El tsunami’ . El independentismo es mayoritario en el Parlamento. El hasta ahora poco relevante C ‘s lidera la oposición. Los socialistas se mantienen en un buen número de feudos municipales, pero han dejado de aspirar a liderar la sociedad catalana y han pasado incluso de primer a tercer partido de la izquierda. El nuevo PDECat corre peligro de no consolidarse, sobre todo si la persistencia de Mas a no ceder el paso a un nuevo líder consolida el ‘sorpasso’ de ERC.

Sabemos qué pasa. Pero si queremos hacernos una idea más clara de por qué pasa tendremos que leer un tercer libro, ‘Justo antes del salto adelante’, de Fèlix Riera. Así como los otros dos son sobre todo descriptivos, parten de una posición y tratan de reforzarla, Riera se zambulle con una linterna de leds en las aguas profundas de los motivos. No es un libro de parte -el autor era de Unió y se ancla en las terceras vías- sino un intento tan especulativo como exitoso de explicación del fenómeno catalán dejando de lado la propia posición. Su aportación fundamental es un concepto que también se puede aplicar a las sociedades occidentales que votan cada vez más contra pronóstico y contra el ‘statu quo’: La exploración de los límites a cargo de la sociedad. ‘Brexit’, Trump, temor por ‘Frexit’ si gana Marine Le Pen, ‘5 Stelle’, Podemos… la incomodidad es creciente. El exabrupto de la respuesta, también. Pero tal vez en ninguna parte se dan las condiciones para un vuelco tan radical como en Cataluña, tal vez porque el cambio es constructivo.

Todo independentista debería aprenderse de memoria el capítulo V de ‘El príncipe’ de Maquiavelo, de una sola página. También los unionistas, si no quieren perder el Principado. Comienza así: «Hay tres maneras de conservar un Estado que, antes de ser adquirido, se gobernaba según las propias leyes y vivía en libertad: primero, destruirlo; segundo, ir a vivir al mismo; tercero, dejar que se gobierne según las propias leyes». Y concluye: «Sus rebeliones siempre tendrán por baluarte el nombre de la libertad y sus antiguos estatutos… El recuerdo de sus antiguas libertades no les puede conceder un solo momento de reposo».

Como la exploración catalana de los límites es doble, la rebelión democrática cuenta con dos terceras partes de la sociedad, que vota opciones de ruptura contra el orden establecido, sea desde el independentismo, desde la izquierda alternativa o desde ambas a la vez (CUP). El día en que estas dos grandes corrientes lleguen a confluir, por fuerza en un centro de gravedad interclasista pero decantado a la izquierda, se completará el tsunami, caerán muchas murallas, el tren de las 17:14 llegará a destino y los límites explotados serán conquistados. Mientras tanto, cada uno es muy libre de contribuir a levantar diques para evitar la confluencia o trabajar para facilitarla.

EL TEMPS