Ortzadar, 40 años enseñando el folklore vasco

Nacieron como un grupo de danza pero hoy, cuatro décadas después, son muchos más que eso. Con más de 120 socios, Ortzadar Euskal Folklore Elkartea investiga, publica, crea, toca, baila, organiza jornadas y cursos y, cómo no, enseña.

Hace 40 años, en plena transición, un grupo de jóvenes decidió apostar por el folklore y la cultura vasca, conscientes de que si no sabemos de dónde venimos no sabremos quiénes somos y ni adónde vamos. Apostaron por la danza y la música tracional de Navarra, aprendiéndolas y rescatándolas primero para después crear una escuela propia por la que han pasado cientos de jóvenes, y no tan jóvenes, hasta conformar una asociación que se ha convertido en pieza clave del patrimonio inmaterial de esta tierra.

A lo largo del día de hoy, Ortzadar Euskal Folklore Elkartea celebrará por todo lo alto sus primeras cuatro décadas de vida, así que si ven a un grupo numeroso poteando, cantando o bailando por las calles de lo viejo, felicítenles, lo merecen.

Origen, evolución e historia Mikel Petrirena y Juantxo Barcos, dos de los socios en activo más veteranos, bucearon en su memoria para recordar el nacimiento de Ortzadar, que dio sus primeros pasos en 1974 como grupo de danzas. “En la efervescencia de los años 70, al calor de los primeros trabajos en pro de la cultura vasca realizados por Ez Dok Amairu o Argia, por ejemplo, surge en Pamplona un grupo formado por algunos dantzaris y músicos que salieron de Oberena y vincularon su actividad a la parroquia de San Antonio, que entre otras actividades había recuperado el Olentzero. De esta forma nace Ortzadar como grupo de danza y música, marcando desde el principio su manera de hacer independiente y alejándose de los grupúsculos y movimientos políticos. Posteriormente, el grupo también se desvinculó de las Juventudes de San Antonio, independizándose del todo”. Desde sus primeros pasos, Ortzadar se marcó como actividades principales el aprendizaje de músicas y danzas tradicionales, “intentando acceder siempre a las fuentes originales ”, y comenzó a realizar sus primeras actuaciones. Unos objetivos que se fueron ampliando con los años hacia la investigación, el trabajo de campo (que realizaron por toda Navarra), la divulgación y la publicación, dando lugar a un compendio de actividades que actualmente incluyen cursos, las Jornadas de Folklore, que este año han cumplido 30 años, exposiciones, etcétera.

espectáculos La historia de Ortzadar se vincula estrechamente a los espectáculos que ha desarrollado y creado. El primero de ellos, Erribera, se presentó en 1978 y estaba basado principalmente en el paloteado de la Ribera pero bajo una clave “teatral” con la idea de ofrecer los espectáculos no de forma típica sino intentando aportar “algo más”, una constante que ha sido clave en Ortzadar. A Erribera le siguió en 1984 Tobera Moustrak, una obra de teatro popular de Baja Navarra, enmarcada en las antiguas representaciones chariváricas que Ortzadar recuperó con todos sus elementos teatrales, coreográficos y musicales. Este montaje cuenta con un texto de Aingeru Epalza, Mugetan irri, que fue la primera obra teatral puesta en escena íntegramente en euskara en Navarra desde los años treinta.

En 1989 llegó Gaueko, un espectáculo folklórico con una puesta en escena basada en las sombras chinescas y el teatro negro, donde primaba la imagen de las danzas y que contaba con un particular protagonista, Gaueko, un duende de la noche que dirigía la función. Todo un ejemplo del carácter innovador que Ortzadar ha aportado a las danzas tradicionales, como bien apuntan entre Mikel y Juantxo.

Soinu-dantza (1995) dio otro giro copernicano en las producciones de Ortzadar al presentar un montaje escénico con una gran variedad de melodías, instrumentos, canciones y danzas de Euskal Herria.

El último espectáculo creado por Ortzadar, hasta el momento, ha sido Librea-ninçana, hace dos años, un proyecto en el que, con motivo de su quinto centenario, se relata a través de la danza, la música y el teatro la conquista de Navarra.

El momento actual Ortzadar Euskal Folklore Elkartea está integrado actualmente por más de 120 socios, aunque son casi 200 las personas vinculadas de una u otra manera a la asociación. Disponen de dos locales, el primegenio de la calle Descalzos y la sede principal, en la Rotxapea. En ellos la cultura y el folklore vasco, alejado de cualquier otro tinte, vive y se vive en su máxima expresión.

Noticias de Navarra