“Garoña y cierra España”

En artículo periodístico su autor, “moderadamente ecologista”, se felicita porque el gobierno, por fin, entra en razón y decide cerrar la bomba nuclear de Garoña. El redactor se equivoca: no es el gobierno quien la cierra. Es que sus propietarios comprueban que ya no es rentable económicamente y porque sus estrategas aconsejan que el futuro viene inexorablemente por las renovables y se preparan para afrontar un fututo incierto. En efecto: los consumidores van a poder obtener la energía necesaria con medios muy simples, baratos y no contaminantes y la energía tendrá el precio en función de sus costos y no sujeto a intereses de las politizadas eléctricas que tienen en sus consejos eximios exministros. Ese tránsito va a suponer a que sus gigantescos embalses, sus contaminantes y peligrosas centrales nucleares, de carbón o las muy sujetas a riesgos políticos de los países suministradores de gas o fuel, van a quedar infrautilizadas. Con los siderales costes acumulados en ellas. El articulista resalta ufano que se demuestra que la presión social pacífica en contra de las nucleares ha dado sus frutos. O sea que considera que el cierre se debe al clamor popular en su contra. ¿Será ingenuidad o demagogia? Detrás estan los agresivos fondos de pensiones, los bancos de negocios y grupos gigantescos de presión que comprueban que invertir en energía nuclear fue un error y quieren huir como sea. Difundir que ha sido gracias a la concienciación popular se cierran esas fuentes contaminantes es ser cómplices por omisión. El cierre de Garoña, no nos hagamos trampas, es un caramelo gastado que será sustituido por alguna otra “novedad genial” que ya nos tienen reservada los “think tanks” : es el Mito de Sísifo, imprescindible para mantener sus privilegios y a la chusma a raya.

Deia