Carles Boix: «No debemos tener miedo, tenemos una población con ganas»

El catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Princeton, Carles Boix, ha pedido hoy a los catalanes «no tener miedo», refiriéndose al camino hacia el Estado propio, y ha argumentado que «tenemos una población tranquila y con ganas de hacer cosas, y vivimos en un mundo integrado, en la Unión Europea».

 

En una entrevista en el programa ‘Singulares’, presentado por el periodista Jaume Barberà, Boix ha explicado el camino que habría que seguir para conseguir un estado propio, y ha dividido su exposición en tres puntos básicos. El primero sobre el proceso de autodeterminación, el segundo referido a la negociación económica y, en último lugar, la dimensión internacional.

 

El proceso de autodeterminación

 

El catedrático de Ciencia Política ha hablado primero de los parámetros de autodeterminación, asegurando que la Carta de la ONU de 1945 reconoce la autodeterminación como un derecho de los pueblos, aunque habla de los pueblos en situación colonial. Pero Boix ha matizado que «eso no quiere decir que no exista la posibilidad de ejercer este derecho, que no esté regulado no significa que esté prohibido».

 

Además, explicó que «el Tribunal Internacional de Justicia dice que cualquier pueblo puede ejercer el derecho a la autodeterminación si no hace un uso ilícito de la fuerza». El profesor de Princeton también ha querido dejar claro que quien debe decidir es Catalunya, y no España, según el derecho internacional, así como que el proceso debe ser totalmente democrático.

 

También se ha referido a un convenio internacional del año 1934, que dice que «un territorio consolidado con un gobierno que gobierna de forma soberana, si este Gobierno hace un proceso de independencia aquel gobierno se convierte en un Estado».

 

El proceso a seguir, según Boix, serían unas elecciones, que abrieran un proceso de información y deliberación y después un referéndum. Como este debería ser autorizado por el Estado español, y previsiblemente no dará el consentimiento, deberá ser una consulta. «La diferencia entre el referéndum y la consulta es que en el primero se utiliza el censo electoral, mientras que en la segunda se utiliza el padrón municipal», explicó Boix.

 

«En este momento España puede interponer un recurso de inconstitucionalidad. Y entonces habría que convocar elecciones, esta vez plebiscitarias», sentenció, añadiendo que otra opción es que el Parlamento vote la declaración de independencia.

 

Boix, que colabora con este diario, ha puesto de manifiesto las tres reacciones que podría tener España: «la neutralidad, la intervención constitucional y la provocación y utilización de la fuerza». Este último punto pero, dijo, es poco probable, «por la presión que haría la UE».

 

Negociación económica

 

Sobre la negociación económica, Boix ha hablado de dos situaciones diferentes. La primera si la secesión fuera amistosa con España. En este caso «mejorarían las transferencias fiscales, y también se acabaría el déficit de infraestructuras». Además, «Cataluña quizás asuma deuda pública española».

 

Si no fuera amistosa, podría producirse «la pérdida del espacio comercial de España (con introducción de aranceles, casi imposible, o haciendo boicot), pero Catalunya sólo asumiría el deuda propia».

 

En cuanto a las pensiones, el catedrático aseguró que éstas continúan igual independientemente del proceso.

 

Dimensión internacional

 

En cuanto a la dimensión internacional, Boix ha explicado que «si España nos reconociera todo el mundo nos reconocería. Si España decide que no, no quiere decir que todos no nos reconocieran».

 

En este último caso, ha querido dejar claro que «hay vida más allá de la UE», y ha puesto como ejemplo Suiza y Noruega, que «son países admirables».

 

Además, afirmó que «no nos echarán del euro porque los países pueden declarar como propia la moneda que quieran, como lo han hecho Andorra, Kosovo, etc».

 

 

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