Atención a Escocia (nuevamente)

«Theresa May está convencida de que no puede impedir este segundo referéndum en Escocia si no quiere provocar una crisis institucional y democrática intolerable»

Ayer el venerable The Times causó un descalabro político en el Reino Unido, cuando aseguró que la primera ministra británica Theresa May trabaja con varias hipótesis que prevén un segundo referéndum de independencia en Escocia. La cosa es complicada y por eso mismo muy interesante.

Por una parte, pronto se empezará a cumplir el Brexit: el Reino Unido comunicará oficialmente a la Unión Europea que quiere salir de ella, lo que no ha hecho hasta ahora. Además, el 17 y el 18 de marzo se realizará en Aberdeen el congreso del SNP, y muy probablemente se hará una llamada a un segundo referéndum de independencia. El SNP ya había anunciado que si no se podían detener de ninguna manera las consecuencias del Brexit, teniendo en cuenta que Escocia votó a favor de permanecer dentro de la UE, reclamaría un referéndum de independencia, precisamente para mantenerse dentro de la Unión y hacer valer el voto de sus ciudadanos.

Según parece, y aquí empiezan los detalles interesantes, Theresa May está convencida de que no puede impedir este segundo referéndum en Escocia si no quiere provocar una crisis institucional y democrática intolerable. ¿A qué aspira ahora, entonces? Simplemente a retrasar el referéndum hasta dentro de dos años, cuando el Reino Unido ya haya salido de la UE. ¿Y por qué? Pues porque quiere evitar que, en medio del Brexit, Escocia opte por permanecer dentro de la UE, con la condición de que la Unión aceptaría sin duda la permanencia escocesa. Cuenta, en cambio, con que si el Reino Unido ya está fuera de la UE, entonces Escocia no quedará dentro sino que deberá entrar en ella de nuevo. Y May cree que, en esta circunstancia, la independencia no será tan atractiva. Significativamente.

Sin embargo, la primera ministra tiene dos problemas. El primero, muy importante, es que la Unión Europea ya ha expresado simpatía por la posición escocesa. Y esta idea de que si el Reino Unido está fuera de la UE Escocia debería ponerse a la cola, detrás de Turquía, no parece nada sensata. Más bien, lo que nos interesa mucho, la Unión Europea parece prepararse para aceptar a Escocia, sea en las condiciones que sea -incluso si es después de haber salido de la UE.

El segundo problema es casi más grave aún, para Londres. El miércoles hay elecciones en el norte de Irlanda y veremos la reacción al Brexit, teniendo en cuenta que los norirlandeses también votaron muy claramente a favor de permanecer dentro de la Unión Europea. Además, la república de Irlanda ya ha exigido a la UE que, aunque sea después del Brexit, el norte de Irlanda pueda volver a la UE sin obstáculos, si lo desea, sin tener que seguir el proceso de ascensión. De hecho, ha amenazado con bloquear el Brexit si no se atiende esta petición, basada en el procedimiento que usó Alemania para hacer entrar a la RDA y, por tanto, muy difícil de discutir.

Visto desde nuestra perspectiva, la cosa empieza a ponerse muy interesante. Segundo referéndum en Escocia, es decir, referéndum o referéndum. La independencia aceptada como remedio, como herramienta, válida para salvar la voluntad popular de una nación, en un Estado donde es minoría. Democracia por encima de todo, en contraste con el autoritarismo español. Pero también mantenimiento dentro de la Unión incluso después del Brexit y mecanismos para regresar a por la vía rápida, si fuera necesario. Más la constatación de que los estados tienen cada vez más dificultades para mantener el monopolio de las relaciones internacionales. Aunque se trate del poderoso e imperial Reino Unido. Con todo ello, es obvio que tendremos que estar muy atentos. Nuevamente.

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