El robo del siglo: asalto al tren de Glasgow

HACE 55 AÑOS

Quince ladrones cuidadosamente seleccionados desvalijan en 15 minutos el ferrocarril que lleva el dinero de los bancos ubicados entre la capital escocesa y Londres haciéndose con 120 sacas repletas de 2’6 millones de libras. Un botín millonario que hizo historia

El tren de correos de Glasgow (Escocia) a Londres cubre su trayecto habitual. Cuando se acerca a la localidad inglesa de Cheddington quince individuos ocultos tras pasamontañas y cascos instalan una señal falsa de alto en la vía, detienen el convoy y desenganchan la locomotora haciéndose con la totalidad del dinero que lleva a bordo, 120 sacas repletas de libras. Bruce Reynolds y sus secuaces acaban de apropiarse de un botín récord para la época convirtiéndose en protagonistas del mayor robo a un ferrocarril del siglo.

Todo el plan se había fraguado en el cerebro de Reynolds, hijo de un activo sindicalista de la Ford en el Reino Unido. El joven metido en rencillas varias desde los 14 años y ávido de sensaciones decidió protagonizar un gran golpe, el definitivo, aquel que le llevaría a la fama y resolvería al fin sus problemas monetarios. El botín ascendía a 2’6 millones de libras, el más cuantioso hasta la fecha. Meticulosamente planeó el golpe, haciéndose con información confidencial sobre el traslado de dinero del servicio postal. Recabados todos los datos formó una banda, cuyos miembros seleccionó cuidadosamente de acuerdo a sus habilidades Y en la fecha elegida llevó a término el asalto. El éxito fue rotundo.

Tras el atraco, Reynolds se escondió junto a unos catorce de sus cómplices en Leatherslade, una granja al sur de Inglaterra cercana a Oakley con el botín millonario. Aburridos, se dedican apasionadamente a jugar al ‘Monopoly’. Los billetes del juego, sustituidos por su reciente adquisición pasan de mano en mano.

Cinco días más tarde, la policía da con la granja. El juego de mesa será su delator. Las huellas dactilares de los fugitivos impresas en él permiten a los agentes, al mando del detective, Jack Slipper, detener a varios miembros de la banda en una redada el enero de 1964, menos de seis meses después del atraco.

En el juicio, todos los implicados son declarados culpables y condenados a treinta años de prisión, entre ellos destacan Charles Wilson, Arthur Field y Buster Edwards, que lograron cumplir solo la mitad de sus condenas, al beneficiarse de premios por buena conducta y programas de libertad condicional.

El destino de todos ellos sería infausto: Wilson sería asesinado en Marbella, Field fallecería en un accidente de tráfico, y por último Buster Edwards se suicidaría en 1994. El ex ladrón al frente de un puesto de flores en la estación de Waterloo, se ahorcó tras varios intentos de suicidio. Su trágica existencia inspiraría en 1988 la película Buster protagonizada por Phil Collins que popularizaría su tema Two hearts (Dos corazones).

Pero fueron dos de los asaltantes los que alcanzarían la popularidad, dos antiguos compañeros carcelarios Bruce Reynolds y Ronald Biggs .

Este último, escapó de una prisión londinense en 1965 tras cumplir 15 meses de condena y huyó a París donde cambió su fisonomía gracias a la cirugía plástica, se hizo con nuevos documentos de identidad y se trasladó Australia para instalarse en 1970 en Brasil donde contrajo matrimonio y tuvo un hijo, logrando evitar la extradición.

Ronnie encumbrado como el fugitivo más célebre de Gran Bretaña, en 2001 tras 36 años en el exilio afirmó decidido añorar una pinta de cerveza negra y negoció su retorno aunque ello supusiese su ingreso en prisión. Biggs contaba 71 años y padecía graves problemas de salud. El avión en el que regresó a su país fue fletado por el rotativo sensacionalista británico The Sun. A su llegada la policía británica lo encarceló, pero fue puesto en libertad por su precaria salud el 7 de agosto del 2009, dos días antes de su cumpleaños por motivos humanitarios y fue ingresado en una residencia. Dos años después presentaba en Londres, su nueva autobiografía: Odd Man Out: The Last Straw. Incombustible.

Reynolds, por su parte había huido ocultándose en México y Canadá hasta que, al quedarse sin dinero cinco años después volvió al Reino Unido donde fue rápidamente capturado. Tras cumplir una condena de diez años de prisión fue liberado en 1978, pero en los años 80 sería de nuevo detenido por tráfico de anfetaminas.

Convertido en una leyenda, tres años después participaría brevemente como asesor durante el rodaje de la mencionada Buster, una de las muchas películas dedicadas al famoso asalto. En 1995 publicaría Autobiografía de un ladrón, sus memorias.

El 27 de febrero del 2013 fallecía en su ciudad natal como un respetable ciudadano más, contaba 84 años. Había pasado sus últimos años en un piso londinense sufragado por la asistencia social. Fue su hijo Nick, componente del grupo musical Alabama 3, quien anunció la noticia. El más célebre ladrón de todos los tiempos había fallecido plácidamente mientras dormía.

LA VANGUARDIA