Casaldaliga: Entre la Ortodoxia y los desheredados

Primero sea el pan

Después la libertad.

(La libertad con hambre

es una flor encima de un cadáver)

Donde hay pan

Allí está Dios.

Tuve ocasión de conocer la poesía de Pedro Casaldáliga en mi juventud. Entonces me parecía un orfebre de la estilística. Hoy, su palabra es escueta y descarnada, sin boato, austera como la vida de un prelado que vive sin privacidad. Es el grito del pobre y del marginado o del indìgena desposeído de su tierra. Un estímulo de vida, compromiso, mensaje sin piel…

“Mientras haya pobres y marginados y mientras exista el evangelio, habrá teología de la liberación. Sólo desaparecerá el día que en que no quede nadie a quien librear… La teología de la liberación, se defiende sola, mientras haya Dios de los pobres e iglesia samaritana.”

En íntima conexión con Jon Sobrino, Gonzalez Faus, Ellacuría, Leonardo Boff, Ernesto Cardenal… y otros impulsores de la teología de la liberación, la pastoral de Casaldáliga es una denuncia del modelo vaticanista.

La dictadura militar intentó cinco veces expulsarle del país. Lo apresó y le torturó. Amenazado de muerte, hostigado por el Vaticano por defender la causa indígena, que no le nombró cardenal a pesar de ser una de las figuras más limpias y comprometidas de todo el episcopado…

Una vez cumplidos los 75 años, Roma no ha perdido ripio para obligarle a abandonar su prelacía de Sáo Felix de Araguaia, en el Matto Grosso. Él, a pesar de verse postrado por el parkinson, la diabetes y la hipertensión, no se resigna a abandonar a sus gentes en manos de un prelado “convencional”. Eso es al parecer lo que pretende la “santa sede”.

Lucha contra el centralismo eclesiástico y contra el etnocentrismo. Es una de las voces que no digieren el organigrama piramidal del Vaticano. A cualquier espíritu, medianamente abierto le escandaliza este verticalismo de la estructura clerical tan poco representativo, tan misógino. Resulta escandaloso este divorcio entre la jerarquía eclesial y los conflictos y el desamparo del tercer mundo. Pedro Casaldáliga, el monseñor de los pobres es un testimonio y una denuncia de esta situación. Algo que nunca le perdona el Vaticano, es que explicite “el escándalo en la gente, por el nombramiento de obispos sin participación de la iglesia”

Su crítica del neoliberalismo es feroz: “El neoliberalismo es la marginación fría de la mayoría sobrante…El neoliberalismo es la idolatría de la muerte…la negación de la utopía y de toda posible alternativa”

En definitiva, como diría el movimiento zapatista, un crimen mundial.

Profundo conocedor de las causas que sumen a Sudamérica entre la miseria y la inanición, afirma que el F.M.I, es el diseñador de las políticas de América latina… Agente directo de gigantescas masacres económicas. “Los presidentes y los ministros de hacienda de nuestros países, son representantes del F.M.I. Mientras no se resuelva la deuda externa, es prácticamente imposible, imaginar una economía democrática en nuestros países.

Es consciente de que una consecuencia de esto, como expresaría Joseba Arregui es “que los pobres del mundo se están matando rabiosamente unos a otros, para beneficio perverso del capital multinacional.” Y de que el capitalismo para la mayoría de los hombres, nunca trajo un aumento del bienestar, sino nuevos avances de pobreza en masa y desesperación…

No puede ocultar el desencanto del fenómeno Lula: “El pueblo había conquistado el poder por medio de Lula y del PT, pero ha sido decepcionado.

Glosando a Noam Chomsky, el prelado anima a la gente a reaccionar lúcidamente contra la deuda externa, contra la dictadura económica, contra el latifundismo, contra la pasividad de tantos intelectuales y contra la élite latinoamericana transnacionalizada.

Pone en tela de juicio ciertas privatizaciones: “Frecuentemente, la propiedad privada, de privativa, pasa a ser privadora de la vida de los otros, de las mayorías”. Queda cruelmente claro que el sistema obedece a una ética de lobos.

Lo que le ha supuesto serias amenazas de muerte, -vio como asesinaban en su presencia a uno de sus colaboradores- es su carácter de defensor de los derechos de las poblaciones indígenas del río Araguaya. Es el caso de los indios Xavantes.

“El indio molesta a las transnacionales. El indio, por su historia es antineoliberal”

Como dice Eduardo Galeano, los colonizadores -España, Inglaterra, E.U.- con la implantación salvaje de los monocultivos, han quemado la piel de América latina, y como consecuencia han desencadenado salvajes hambrunas, han arrasado la selva y las venas de la tierra…

El agronegocio de la soja, denunciaba Pedro Casaldáliga, en Matto Grosso, es un desastre ambiental que termina por ser económico, cinco años después, no dejó mas que un bosque arrasado”…

Este humilde religioso, para quien Dios alcanza su pleno sentido en cuanto encarnado en los pobres es una mente ecumenista: “creo sinceramente, que en esta hora de la historia, Dios nos llama al ecumenismo y al macroecumenismo…” Porque la paloma está con el oído atento, apara captar las voces del viento y de la historia.

No he podido resistir hacer una pequeña semblanza sobre este comprometido portavoz de los pobres. Entenderlo, comprenderlo y admirarlo, significa degustar sus poemas, lacerantes, esperanzadores, siempre trémulos. Sus conferencia y sus entrevistas, son un aldabonazo para nuestras conciencias burguesas. Sus libros y artículos, rebosantes de lucidez.

En estos momentos álgidos que le están tocando vivir… enfermo, despreciado y humillado por los grandes terratenientes y por el propio Vaticano. Un hombre que valientemente ha desmontado la farisaica y fantasmal teocracia de la jerarquía eclesial, por alienante y opresora. En la misma Biblia, decía el prelado, “Dios ha ido corrigiendo a Dios”.

Dios, -es su mensaje- se escapa de los tapices y de los mármoles de las grandes basílicas para hacerse carne del pobre, su confidente y su liberador. Dios por fin es humano, tan humano que citando a su amigo teólogo Jose Luis Cortés siempre perdona: “-Como Dios que eres, nunca dormirás, claro./-Nunca./-¿Y a qué dedicas todo este tiempo libre?/-¡Perdono!.

Uno podrá ser creyente o no, pero no están los tiempos como para dejar de lado a estos testigos de la opresión y de la esclavitud. Es lo que está generando la globalización y el neoliberalismo, el nuevo estilo colonizador de los países poderosos y sus deshumanizadas multinacionales.