Carta abierta de Jordi Romeva a la ANC, Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la independencia

Carta abierta a Elisenda Paluzié, Presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Marcel Mauri, Vicepresidente de Òmnium Cultural, Josep Maria Carreras, Presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia.

 

Estimada/estimados,

Me llamo Jordi, hace 74 años que nací en Barcelona, soy hijo de Jesús Romeva Romeva y Mercè Manadé Raventós. A finales de mes hará cincuenta años que estoy casado y tengo dos hijos.

No soy de ningún partido político y no he consultado ni he pedido permiso a nadie para escribir esta carta.

Me dirijo a vosotros, representantes de las entidades cívicas que habéis sido referencia en el movimiento independentista y no me dirijo al Gobierno, al Parlamento o a las formaciones políticas, porque considero que ahora tienen otras prioridades: intercambiarse cargos, nombrar jefes de lista y preparar candidaturas para las próximas elecciones (en listas separadas, por si acaso); discutir si los diputados secuestrados pueden cobrar la nómina o si pueden votar (de momento ni una cosa ni la otra); negociar los presupuestos (con déficit fiscal incluido); o sencillamente esperar: esperar a que lleguen las inversiones económicas y en infraestructuras que hace años y años que el Estado retiene; esperar a que la Agencia Tributaria Catalana sea operativa; esperar a que se haga el juicio y que se dicte la sentencia, esperar a que se amplíe la base social, etc.

Como podéis comprender, si nuestros líderes actuales no han hecho caso alguno a las palabras de todo un Lluís Llach cuando les exige coordinación y unidad; yo, no hace falta ni que me plantee volver a pedirlo.

Soy de las personas que pienso que si esperamos a que comience el juicio, nos habremos vuelto a equivocar.

Desde el inicio del juicio hasta que se publiquen las sentencias (que ya sabemos que serán condenatorias); hasta que se pueda acceder a la justicia europea y resuelva; hasta que la justicia española se dé por enterada y sobre todo, hasta que la tome en consideración (cosa que dudo); pueden pasar muchos años.

Algunos juristas, creen en la posibilidad y conveniencia de impugnar este mal llamado “juicio” y yo estoy de acuerdo y entiendo que debería hacerse todo lo posible para detenerlo. Por dos razones:

Por dignidad; la del presos y la de sus defensores, pero también por la de todos los ciudadanos de Cataluña que nos manifestamos el 21 de diciembre ante la Conselleria de Economía, que organizamos y votamos el referéndum del primero de octubre, que nos movilizamos el 3 de octubre y que reímos y lloramos el 10 y el 27 de diciembre.

Considero que si los acusados ??y sus abogados actúan como lo harían en un juicio normal, que fuera serio y tuviera las garantías homologadas, estarán aceptando de facto, todas las irregularidades cometidas por la justicia española, y ellos y nosotros, estaremos reconociendo su validez.

Pero aún hay otra razón: no se puede olvidar que tener los presos en Estremera, Soto del Real o Alcalá Meco, comportó para los mismos presos y para sus familias y amigos, consecuencias económicas, físicas y psicológicas graves y me angustia la posibilidad de que esta situación se repita, porque si vuelven a las cárceles españolas, aparte de las humillaciones que sufrirán mientras dure el juicio, lo más probable es que se queden allí.

Esta angustia es compartida por personas que de una manera constante, sin desfallecer, cantan, hacen música, hacen carreras, recogen dinero, se manifiestan todos los días, todas las semanas, todos los meses, desde hace más un año, en las plazas, en las calles, ante los ayuntamientos de los pueblos y ciudades de Cataluña, para pedir la liberación de los presos y el retorno de los exiliados.

Ya sé que hay quien piensa que el juicio se hará para poner en evidencia al Estado español. Incluso lo piensan algunos de los encausados y sus abogados. Pero yo no puedo compartir este punto de vista. El juicio no se hace sólo a las nueve personas detenidas, ellas han estado, están y seguirán estando en prisión, de acuerdo, pero somos muchos más los que también nos sentimos encarcelados y nos sentiremos juzgados y condenados y también tenemos derecho a opinar y negarnos a aceptar que esta falta de libertad se mantenga indefinidamente.

Los que ahora son presos políticos, son los líderes de la sociedad civil, es la Presidenta del Parlamento, son el Vicepresidente y los Consejeros, que fueron elegidos democráticamente y que nos representan. Si se vulneran sus derechos, también se vulneran los de todos los que los votamos.

Y como no reconozco esta justicia y no acepto este juicio, no quiero que vuelvan a las cárceles españolas. Ni les lloro ni los reivindico, les voté libres y los quiero libres, con sus familias, y sus amigos y volviendo a trabajar, si así lo deciden, al servicio de Cataluña.

¿Hasta cuando nos debemos “cargar de razones”?

¿Hasta cuando nos tendremos que seguir poniendo lazos amarillos?

¿Hasta cuando tendremos que seguir interpretando el “Cant dels ocells” o “la Estaca”, de todas las maneras imaginables?

¿Hasta cuando seguiremos arrastrando esta angustia?

¿Hasta cuando tendremos que exhibir los carteles de “Libertad” ante las prisiones españolas?

¿Hasta cuando seguiremos dedicando nuestro tiempo a estas movilizaciones voluntaristas y abnegadas, mientras perdemos parte de nuestra vida, la salud y la esperanza?

Basta de angustia, basta de lazos, basta de concentraciones, basta de llorar, basta de suplicar, basta de quejas, basta de palabras de recuerdo, basta de cartas, basta de homenajes, basta de agradecimientos, basta de discursos.

Me rebelo a someterme a una justicia que actúa de mala fe. No quiero ser cómplice de un juez impostor, mentiroso, desacreditado; de una instrucción sesgada; de que se vulneren los derechos de la defensa; de que oculte documentación. No quiero colaborar con un Tribunal Constitucional que acepta pero que no tramita los recursos de amparo para bloquear la apelación a los tribunales europeos. No quiero.

 

Amigos de la ANC, de OC y de la AMI,

Os pido que valoréis estas reflexiones y que elaboréis una estrategia conjunta para hacer frente a esta situación.

La ANC ha preparado un Plan estratégico. Comentarlo podría ser una posibilidad de empezar a actuar y recuperar el liderazgo del independentismo.

No hace mucho, la Presidenta de la ANC, comentó que luchar por la independencia en este momento era más difícil porque no teníamos ninguna “zanahoria”. Se refería a que no hay una fecha, un objetivo concreto, como lo fueron el “9-N” o el “1-O”.

Querida y queridos, yo os propongo una “zanahoria”: rebelarnos contra el juicio e impedir el traslado de los presos y presas a Madrid (siempre con una resistencia pacífica, claro).

 

Quedo pendiente de vuestras decisiones.

Atentamente,

Jordi Romeva Manadé

VILAWEB